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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 119:1-8

Alef

[a]119 Felices son los íntegros,
    los que siguen las enseñanzas del Señor.
Felices son los que obedecen sus leyes
    y lo buscan con todo el corazón.
No negocian con el mal
    y andan solo en los caminos del Señor.
Nos has ordenado
    que cumplamos cuidadosamente tus mandamientos.
¡Oh, cuánto deseo que mis acciones
    sean un vivo reflejo de tus decretos!
Entonces no tendré vergüenza
    cuando compare mi vida con tus mandatos.
A medida que aprendo tus justas ordenanzas,
    te daré las gracias viviendo como debo hacerlo.
Obedeceré tus decretos;
    ¡por favor, no te des por vencido conmigo!

Levítico 19:32-37

32 »Ponte de pie en la presencia de los ancianos y muestra respeto por las personas de edad. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

33 »No te aproveches de los extranjeros que viven entre ustedes en la tierra. 34 Trátalos como a israelitas de nacimiento, y ámalos como a ti mismo. Recuerda que una vez fuiste extranjero cuando vivías en Egipto. Yo soy el Señor tu Dios.

35 »No emplees medidas falsas cuando midas la longitud, el peso o la capacidad. 36 Tus balanzas y pesas deben ser exactas. Tus recipientes para medir materiales secos o líquidos deben ser exactos.[a] Yo soy el Señor tu Dios quien te sacó de la tierra de Egipto.

37 »Asegúrate de obedecer todos mis decretos y mis ordenanzas poniéndolos en práctica. Yo soy el Señor».

Romanos 3:21-31

Cristo sufrió nuestro castigo

21 Pero ahora, tal como se prometió tiempo atrás en los escritos de Moisés y de los profetas,[a] Dios nos ha mostrado cómo podemos ser justos ante él sin cumplir con las exigencias de la ley. 22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere.

23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. 24 Sin embargo, en su gracia, Dios gratuitamente nos hace justos a sus ojos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. 25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, 26 porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y a los pecadores los hace justos a sus ojos cuando creen en Jesús.

27 ¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe. 28 Así que somos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe y no por obedecer la ley.

29 Después de todo, ¿acaso Dios es solo el Dios de los judíos? ¿No es también el Dios de los gentiles? Claro que sí. 30 Hay solo un Dios, y él hace justas a las personas—tanto a los judíos como a los gentiles—[b] únicamente por medio de la fe. 31 Entonces, si hacemos énfasis en la fe, ¿eso significa que podemos olvidarnos de la ley? ¡Por supuesto que no! De hecho, solo cuando tenemos fe cumplimos verdaderamente la ley.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.