Revised Common Lectionary (Complementary)
El Señor es mi pastor
Canción de David.
1 El SEÑOR es mi pastor,
nada me falta.
2 Me lleva a descansar a prados verdes,
y me conduce a manantiales de agua fresca.
3 Él me da nueva vida.
Me lleva por buenos caminos
para mostrarme lo bondadoso que es.
4 Aunque pase por caminos oscuros y tenebrosos,
no tendré miedo,
porque tú estás a mi lado;
tu vara y tu bastón me reconfortan.
5 Me preparaste un banquete
delante de mis enemigos;
ungiste mi cabeza con aceite,
has llenado mi copa hasta rebosar.
6 Tu bondad y tu fiel amor estarán conmigo toda la vida;
entraré a la casa del SEÑOR
y allí me quedaré siempre.
El Señor y los ídolos
10 Pueblo de Israel, escucha el mensaje del SEÑOR. 2 Esto dice el SEÑOR:
«No aprendan a vivir
como vive la gente de otras naciones;
ni les tengan miedo a las señales del cielo,
como les sucede a esas naciones.
3 Las costumbres de esos pueblos
no valen nada.
Cortan un tronco del bosque
y un artesano lo labra con su cincel.
4 Lo adornan luego con oro y plata,
y lo aseguran con clavo y martillo
para que no se caiga.
5 Los ídolos parecen espantapájaros
en un cultivo de melones.
No pueden hablar y tienen que cargarlos
porque no pueden caminar.
Así que no les tengan miedo a esos ídolos,
pues no les pueden hacer ningún mal;
¡y mucho menos les podrán hacer algún bien!»
6 No hay nadie como tú, SEÑOR, eres magnífico,
y tu nombre es grande y poderoso.
7 ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones?
Eres digno de ser temido.
Entre todos los sabios de las naciones
y entre todos los reyes del mundo,
no hay nadie como tú.
8 Todos ellos se han vuelto tontos e insensatos,
pues sólo enseñan acerca de los ídolos inútiles hechos de madera.
9 Ellos usan la plata de Tarsis
y el oro de Ufaz para hacer sus estatuas,
hechas por artesanos y orfebres;
les ponen ropa lujosa, morada y azul.
Todos esos ídolos son el producto del trabajo de artesanos.
10 Pero el SEÑOR es el Dios verdadero,
el Dios viviente, el Rey eterno.
Cuando se enoja, tiembla la tierra;
las naciones no pueden hacer frente a su ira.
11 [a] Llévenles este mensaje a las naciones:
«Los dioses falsos no crearon el cielo ni la tierra,
y desaparecerán del cielo y de la tierra».
12 El SEÑOR fue quien con su poder hizo la tierra,
con su sabiduría creó el mundo;
con su inteligencia extendió los cielos.
13 Cuando habla en el trueno, suena una tormenta en el cielo
y el agua se junta en los nubes.
Él es quien envía los rayos con la lluvia
y saca el viento de sus bodegas.
14 Todo ser humano es torpe y falto de conocimiento.
Dios hace que todo orfebre se avergüence del ídolo que fabrica.
Es que esas estatuas son un fraude,
no hay un espíritu en ellas,
15 no valen nada, son ridículas;
les llegará su hora y serán destruidas.
16 Pero Dios no es como esos ídolos,
él hizo todo lo que existe.
Israel es la familia que él eligió para que fuera su pueblo.
Su nombre es el SEÑOR Todopoderoso.
Cuando miramos a Cristo vemos a Dios
15 Nadie puede ver a Dios,
pero Cristo es Dios en forma visible.
Él existe desde antes de la creación
y es supremo Señor[a] de toda ella.
16 Con su poder creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra,
lo que se ve y lo que no se ve,
ya sean ellos seres espirituales, poderes, autoridades o gobernantes.
Todo ha sido creado por él y para él.
17 Cristo existió antes que todas las cosas,
y todo el universo sigue su curso gracias a él.
18 Cristo es la cabeza de la iglesia,
que es su cuerpo.
Él dio comienzo a todo
y fue el primero en resucitar de la muerte.
Entonces él es el más importante en todo sentido.
19 A Dios le agradó que todo lo que él es
habitara plenamente en Cristo.
20 Y con gusto decidió reconciliar consigo todas las cosas,
tanto las que están en el cielo,
como las que están en la tierra.
Dios hizo las paces con nosotros
a través de la sangre que Cristo derramó en la cruz.
21 Antes, ustedes estaban alejados de Dios y su manera de pensar los hacía enemigos de Dios porque practicaban la maldad. 22 Pero ahora Dios, por medio de la muerte física de Cristo, los ha convertido en sus amigos. Cristo murió para presentarlos santos ante Dios, es decir, sin ninguna mancha ni maldad que pueda ser juzgada por Dios. 23 Cristo hará esto si siguen creyendo en la buena noticia que escucharon. Tengan una buena base y manténganse firmes en su fe. No se alejen de la esperanza que les da la buena noticia, que se ha contado en todas partes del mundo y que como siervo yo, Pablo, ayudo a anunciar.
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