Revised Common Lectionary (Complementary)
Eres todo lo que tengo
Poema que David compuso cuando estaba en la cueva. Una oración.
1 Pido a gritos la ayuda del SEÑOR;
a gritos le pido al SEÑOR compasión.
2 En él puedo descargar mi angustia;
sin temor le puedo expresar mis quejas.
3 Cuando estoy perdido,
tú me muestras el camino.
Mis enemigos han tendido una trampa
y estoy a punto de caer en ella,
pero Dios me guía.
4 No tengo ni siquiera un amigo
que esté a mi lado acompañándome;
no tengo en dónde esconderme.
A nadie le importa si vivo o muero.
5 Por eso pido tu ayuda, SEÑOR,
tú eres mi refugio;
eres todo lo que tengo en este mundo.
6 A ti te pido ayuda;
te necesito, me siento muy débil.
Sálvame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 Ayúdame a escapar de sus trampas
para que pueda alabar tu nombre.
Entonces los justos celebrarán conmigo
porque tú me has cuidado.
Lamento por Israel y advertencia
5 Pueblo de Israel, escucha este mensaje
que es como un lamento por ustedes:
2 «La virgen Israel ha caído
y ya no se levantará más.
La dejaron sola tendida en el suelo
y no hay nadie que la ayude».
3 El Señor DIOS dice esto:
«La ciudad de Israel que mande 1000 soldados a la guerra,
tan sólo se quedará con cien;
la que mande cien,
tan sólo se quedará con diez».
4 El SEÑOR dice a la nación[a] de Israel:
«Vengan a buscarme y vivirán.
5 No busquen en Betel, no vayan a Guilgal.
No crucen la frontera para ir a Berseba[b],
pues todos los de Guilgal serán desterrados[c];
Betel será destruida[d]».
6 Busquen al SEÑOR y vivirán;
si no lo hacen,
como un fuego él consumirá la casa de José[e],
y en Betel no habrá nadie que pueda apagarlo.
7 Oigan, ustedes, los que convierten el derecho en amargura
y a la justicia la dejan por el suelo.
8 Dios es el creador de las Pléyades y de Orión.[f]
Él es quien convierte la oscuridad en luz de día
y transforma el día en noche.
Él es quien convoca el agua de los mares
y la derrama sobre la tierra.
¡Él es YAVÉ, ese es su nombre!
9 Él es quien derriba la fortificación
y destruye la fortaleza.
27 Cuando estaban por cumplirse los siete días, algunos judíos de Asia vieron a Pablo en el área del templo. Alborotaron a la multitud y lo agarraron. 28 Gritaban: «¡Israelitas, ayúdennos! Este es el que está enseñando en todas partes contra nuestro pueblo, contra la ley y contra este lugar. Y ahora ha traído a algunos griegos al área del templo, contaminando este lugar santo». 29 Decían esto porque habían visto antes en Jerusalén a Pablo con Trófimo de Éfeso y pensaban que Pablo lo había metido al área del templo.
30 Toda la ciudad se alborotó, corrieron y agarraron a Pablo. Lo arrastraron fuera del área del templo y cerraron inmediatamente las puertas del templo. 31 Estaban a punto de matarlo, cuando el comandante del ejército romano en Jerusalén se enteró de que había agitación en toda la ciudad. 32 Entonces fue de inmediato, junto con algunos capitanes y soldados, a donde estaba la gente. Cuando vieron al comandante del ejército y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo.
33 Entonces el comandante se acercó a Pablo, lo arrestó y ordenó que le pusieran dos cadenas. Después preguntó: «¿Quién es este hombre? ¿Qué ha hecho de malo?» 34 Pero entre la multitud unos gritaban una cosa y otros otra. Como el comandante no sabía cuál era la verdad, porque había mucha confusión, ordenó a los soldados que llevaran a Pablo al cuartel. 35 Al llegar a las escaleras, debido a la violencia de la multitud los soldados tuvieron que cargar a Pablo. 36 La gente los seguía y gritaba enfurecida: «¡Mátenlo!»
37 Cuando los soldados estaban listos para llevarlo al cuartel, Pablo le preguntó al comandante:
—¿Puedo hablarle?
El comandante dijo:
—¿Sabes griego? 38 Entonces no eres el hombre que yo pensé que eras. Creí que eras el egipcio que comenzó una revuelta hace un tiempo y que se llevó al desierto a 4000 terroristas.
39 Pablo dijo:
—No, yo soy un judío de Tarso de Cilicia y ciudadano de esa importante ciudad. Permítame hablarle al pueblo.
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