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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 4

El Señor da paz

Al director, con instrumentos de cuerda. Canción de David.

Dios mío, tú que me defiendes,
    respóndeme cuando te llame.
Me libraste cuando estaba en aprietos.
    Escucha mi oración y ten compasión de mí.

Ustedes que son gente importante[a],
    ¿hasta cuándo seguirán hablando mal de mí?
Les encantan los chismes
    y se la pasan inventando mentiras de mí. Selah

Sepan que el SEÑOR escucha a un fiel suyo.
    Por eso el SEÑOR me escucha cuando le pido ayuda.

Tiemblen y dejen de pecar.
    Cuando se vayan a dormir,
    piensen acerca de eso que tanto les molesta y guarden silencio. Selah
Confíen en el SEÑOR
    y como sacrificio, hagan el bien.

Mucha gente dice:
    «Ojalá pudiéramos tener buena suerte».
Pero nosotros decimos:
    «¡SEÑOR, míranos con buenos ojos!»[b]
Tú me has hecho sentirme más feliz
    que ellos en los momentos de las mejores cosechas.
En completa paz me acuesto y me duermo,
    porque tú, SEÑOR, me haces vivir tranquilo.

Daniel 10:2-19

En ese tiempo, yo, Daniel, estuve muy triste durante tres semanas. En esas tres semanas no comí ningún plato exquisito, ni comí carne ni bebí vino, y tampoco me puse aceite en la cabeza. El día 24 del primer mes estaba a orillas del gran río Tigris. En un momento levanté la mirada y vi a un hombre vestido con una túnica de lino y un cinturón de oro. Su cuerpo parecía una piedra preciosa. Su rostro resplandecía como un relámpago, sus ojos brillaban como llamaradas, sus brazos y piernas parecían bronce pulido y cuando hablaba, su voz se oía como toda una multitud hablando.

Junto a mí había gente, pero sólo yo, Daniel, pude ver al hombre. Sin embargo, los que estaban a mi lado se asustaron tanto que salieron corriendo a esconderse. Entonces yo me quedé solo mirando esa gran visión. El terror me dejó sin fuerzas y perdí completamente mi vigor habitual. El hombre empezó a hablar y me desmayé de cara al suelo. 10 Enseguida sentí una mano que me tocó y me sacudió poniéndome sobre mis manos y mis rodillas. 11 El hombre habló y me dijo: «Estimado Daniel, presta atención a lo que te voy a decir. Levántate porque he sido enviado hasta ti». Cuando dijo eso, yo me levanté temblando. 12 Él dijo: «Daniel no tengas miedo. Dios escuchó tu oración desde el primer día en que decidiste entender las cosas difíciles y humillarte con ayuno. Por eso estoy aquí. 13 Miguel[a], uno de los príncipes más importantes, me ayudó; porque yo estaba detenido allí junto a los reyes de Persia. 14 Vine para ayudarte a comprender lo que le va a pasar a tu pueblo en los últimos días. Pues esa visión que tuviste es sobre el futuro».

15 Mientras él decía eso yo permanecía con la cabeza agachada sin decir palabra. 16 En ese momento apareció alguien parecido a un ser humano y me tocó los labios. Yo pude hablar de nuevo y le dije al que estaba frente a mí: «Señor, apenas tuve esa visión sentí calambres y perdí el control de mi cuerpo. 17 Señor, soy Daniel tu servidor y siento vergüenza por lo que me ha pasado. ¿Cómo crees que pueda seguir hablando contigo? En este momento todavía me falta la respiración».

18 En ese instante, el que parecía un ser humano se acercó a mí, me tocó y me sentí mejor. 19 Me dijo: «Daniel no tengas miedo. Dios te ama. Recupera tu fuerza y ten valor».

Mientras él me hablaba, yo empecé a sentirme mejor y dije: «Señor, háblame. Ya tengo fuerzas».

1 Juan 2:26-28

26 Esto que les escribo tiene que ver con aquellos que los engañan. 27 En cuanto a ustedes, tienen el Espíritu como un don que recibieron de Cristo. Ese don vive en ustedes y por eso no necesitan que nadie les enseñe. Ese don les enseña todo porque es verdad y no mentira. Ustedes permanezcan en Cristo, así como ese don les enseñó.

28 Así que hijitos míos, continúen permaneciendo en Cristo para que cuando aparezca estemos confiados y no sintamos vergüenza delante de él cuando regrese.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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