Revised Common Lectionary (Complementary)
Danos de nuevo la libertad
Canto para los peregrinos.
1 Cuando el SEÑOR traiga a los deportados de vuelta a Sion,
parecerá que estamos soñando;
2 nos llenaremos de felicidad
y entonaremos canciones alegres.
La gente de otras naciones dirá:
«El SEÑOR ha hecho maravillas por ellos».
3 En el pasado, el SEÑOR hizo maravillas por nosotros,
y estábamos felices de ello.
4 SEÑOR, danos de nuevo la libertad;
haz que seamos como desiertos que se llenan de manantiales.
5 Los que con lágrimas sembraron,
con gritos de alegría cosecharán.
6 El que vaya andando y llorando llevando la bolsa de semillas,
volverá gritando de alegría llevando manojos de trigo.
Mensaje de Dios para Semaías
24 Y le dirás a Semaías el nejelamita: 25 «Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Tú has enviado una carta en tu nombre a todo el pueblo de Jerusalén y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, y a todos los demás sacerdotes, diciendo: 26 El SEÑOR te ha hecho sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá para que haya vigilantes en el templo del SEÑOR. A todo aquel que actúe como loco y hable como un profeta, tú debes meterlo en el calabozo y atarlo con cadenas. 27 ¿Por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot, quien está hablándoles a ustedes como un profeta? 28 Es que él nos ha enviado un mensaje a Babilonia diciendo: Ustedes vivirán allí por mucho tiempo. Construyan casas y vivan en ellas; planten huertos y coman lo que ellos producen”».
29 Entonces el sacerdote Sofonías le leyó esta carta al profeta Jeremías. 30 Entonces vino mensaje del SEÑOR a Jeremías diciendo: 31 «Hazles conocer esto a todos los que están en el exilio: “Esto es lo que le dice el SEÑOR acerca de Semaías el nejelamita: Ya que Semaías les ha profetizado sin que yo lo haya enviado, y les dio falsas esperanzas, 32 esto dice el SEÑOR: Voy a castigar a Semaías el nejelamita y a su descendencia. Nadie de su familia vivirá para ver el bien que le haré a mi pueblo, porque él habla mentiras contra el SEÑOR, dice el SEÑOR”».
Jesús sana a un ciego en Betsaida
22 Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le pidieron a Jesús que lo tocara. 23 Jesús tomó al hombre de la mano y lo llevó hasta las afueras del pueblo. Allí, escupió saliva en los ojos del ciego, lo tocó y le preguntó:
—¿Puedes ver algo?
24 El hombre levantó la mirada y dijo:
—Veo a la gente como árboles caminando.
25 Entonces Jesús volvió a poner sus manos en los ojos del ciego. Luego el hombre abrió bien los ojos y pudo ver todo con claridad. Había recobrado la vista. 26 Jesús mandó al hombre a su casa y le dijo:
—No entres al pueblo.
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