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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 130

Cántico de los peregrinos.

130 ¡Señor, desde lo profundo de mi desesperación clamo a ti pidiendo ayuda! Escucha mi lamento, Señor. Atiende mi oración.

Si tú tomaras en cuenta nuestros pecados ¿quién, Señor, podría seguir vivo? Pero tú ofreces perdón, para que aprendamos a temerte. Yo espero en el Señor; sí, espero en él. He puesto mi esperanza en su palabra. Espero al Señor, más que los centinelas al amanecer; sí, más que los centinelas esperan al amanecer. Oh Israel, espera en el Señor porque en él hay amor inagotable, y abundante salvación. Él mismo rescatará a Israel de las cadenas del pecado.

Deuteronomio 1:34-40

34 »El Señor oyó la queja de los israelitas y se enojó. 35 Juró que nadie de esa generación viviría para ver las bondades de la tierra que había prometido a sus antepasados. 36 Caleb (hijo de Jefone) es el único que, por haber confiado completamente en el Señor, recibirá, para él y sus descendientes, como heredad personal parte de la tierra sobre la cual había andado.

37 »Y el Señor también se enojó conmigo por causa del pueblo, y me dijo: “Tampoco tú entrarás en la Tierra prometida. 38 Josué (el hijo de Nun), tu ayudante, guiará a tu pueblo hacia ella. Anímale mientras se prepara para tomar el mando. 39 La tierra se la entregaré a la nueva generación, a aquellos que según sus padres iban a morir en el desierto y todos los pequeños quienes todavía no saben distinguir entre lo bueno y lo malo. 40 Por eso se dirigió a los de la antigua generación y les dijo: Ya que así lo desean, ¡regresen al desierto, camino del Mar Rojo!”.

2 Corintios 5:1-5

Nuestra morada celestial

Sabemos que cuando esta tienda de campaña en que vivimos se desmantele, recibiremos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. Mientras eso sucede, suspiramos pues anhelamos el día en que nos hemos de revestir de aquel cuerpo celestial, pues, en efecto, seremos revestidos y no nos quedaremos desnudos.

El cuerpo terrenal que ahora tenemos nos hace gemir y suspirar, ya que no queremos desvestirnos de este cuerpo. Preferimos revestirnos del nuevo cuerpo, de manera que nuestro cuerpo mortal sea absorbido por la vida. Dios nos ha preparado para esto y nos ha dado su Santo Espíritu como garantía de sus promesas.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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