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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 87

Salmo de los hijos de Coré. Cántico.

87 Sobre el santo monte está la ciudad fundada por Dios. El Señor ama los portones de Sion más que a todas las casas de Jacob.

De ti, ciudad de Dios, se dicen cosas gloriosas. Entre los que me reconocen puedo contar a Rahab y a Babilonia, a Filistea y a Tiro, lo mismo que a Cus. Se dice: «Este nació en Sion». De Sion se dirá, en efecto: «Este y aquél nacieron en ella. El Altísimo mismo la ha establecido». Cuando el Señor anote en el registro a las naciones, dirá: «Este ha nacido en Sion». Y mientras cantan y bailan, dicen: «En ti se hallan todos mis orígenes».

Isaías 66:18-23

18 Yo bien veo lo que hacen, sé lo que piensan, de modo que congregaré a todas las naciones y pueblos contra Jerusalén, en donde contemplarán mi gloria. 19 Realizaré un portentoso milagro contra ellos, y enviaré a los que escapen como misioneros a las naciones: a Tarsis, Put, Lidia (famosa por sus arqueros), Tubal y Grecia, y a las tierras de ultramar que no han oído mi fama ni visto mi gloria. Ahí anunciarán mi gloria a los gentiles. 20 También traerán de regreso a sus hermanos que están entre todas las naciones como obsequio para el Señor, transportándolos suavemente, a caballo y en carrozas, en literas, a lomo de mula y en camellos, a mi santo monte, a Jerusalén, dice el Señor. Será como ofrenda que fluye al templo del Señor en tiempos de cosecha, llevados como si fueran en vasos consagrados al Señor. 21 Y nombraré a algunos de los que regresen como sacerdotes míos y levitas, dice el Señor.

22 Tan ciertamente como mi nuevo cielo y nueva tierra permanecerán, así serán ustedes para siempre pueblo mío, con un nombre que jamás perecerá. 23 Toda la humanidad llegará a adorarme semana a semana y mes a mes.

Mateo 8:1-13

Jesús sana a un leproso

Jesús descendía de la colina seguido de una multitud inmensa cuando, de pronto, un leproso se le acercó y se puso de rodillas ante él.

―Señor —suplicó el leproso—, si quieres, puedes curarme.

Jesús, extendiendo la mano, lo tocó y le dijo:

―Quiero. ¡Ya estás curado!

E instantáneamente la lepra desapareció.

―No te detengas a conversar con nadie —le ordenó entonces Jesús—. Ve en seguida a que el sacerdote te examine y presenta la ofrenda que requiere la ley de Moisés, para que les conste que ya estás bien.

La fe del centurión

Cuando Jesús llegó a Capernaúm, un capitán del ejército romano se le acercó y le rogó que sanara a un sirviente que estaba en cama paralítico y que sufría mucho.

Le respondió Jesús:

―Iré a sanarlo.

―Señor —le dijo entonces el capitán—, no soy digno de que vayas a mi casa. Desde aquí mismo puedes ordenar que se sane mi criado y se sanará. Lo sé, porque estoy acostumbrado a obedecer las órdenes de mis superiores; además, si yo le digo a alguno de mis soldados que vaya a algún lugar, va; y si le digo que venga, viene; y si le digo a mi esclavo que haga esto o aquello, lo hace.

10 Al oír esto, Jesús se maravilló y les dijo a quienes lo seguían:

―¡En todo Israel no he hallado una fe tan grande como la de este hombre! 11 Óiganme lo que les digo: Muchos gentiles, al igual que este soldado romano, irán de todas partes del mundo a sentarse en el reino de los cielos con Abraham, Isaac y Jacob. 12 En cambio, muchos israelitas que deberían estar en el reino, serán arrojados a las tinieblas de afuera donde todo es llorar y crujir los dientes.

13 Entonces Jesús le dijo al soldado:

―Vete; lo que creíste ya se ha cumplido.

Y el criado se sanó en aquella misma hora.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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