Revised Common Lectionary (Complementary)
Cántico de los peregrinos.
121 A las montañas levanto mis ojos;
¿de dónde ha de venir mi ayuda?
2 Mi ayuda proviene del Señor,
creador del cielo y de la tierra.
3 No permitirá que tu pie resbale;
jamás duerme el que te cuida.
4 Jamás duerme ni se adormece
el que cuida de Israel.
5 El Señor es quien te cuida,
el Señor es tu sombra protectora.[a]
6 De día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
7 El Señor te protegerá;
de todo mal protegerá tu vida.
8 El Señor te cuidará en el hogar y en el camino,[b]
desde ahora y para siempre.
11 »¡Mira tú, ciudad afligida,
atormentada y sin consuelo!
¡Te afirmaré con turquesas,[a]
y te cimentaré con zafiros![b]
12 Con rubíes construiré tus almenas,
con joyas brillantes tus puertas,
y con piedras preciosas todos tus muros.
13 El Señor mismo instruirá a todos tus hijos,
y grande será su bienestar.
14 Serás establecida en justicia;
lejos de ti estará la opresión,
y nada tendrás que temer;
el terror se apartará de ti,
y no se te acercará.
15 Si alguien te ataca,
no será de mi parte;
cualquiera que te ataque
caerá ante ti.
16 »Mira, yo he creado al herrero
que aviva las brasas del fuego
y forja armas para sus propios fines.
Yo también he creado al destructor
para que haga estragos.
17 No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti;
toda lengua que te acuse será refutada.
Esta es la herencia de los siervos del Señor,
la justicia que de mí procede
—afirma el Señor—.
22 Pablo se puso en medio del Areópago y tomó la palabra:
―¡Ciudadanos atenienses! Observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que hacen. 23 Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: A un dios desconocido. Pues bien, eso que ustedes adoran como algo desconocido es lo que yo les anuncio.
24 »El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres, 25 ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. 26 De un solo hombre hizo todas las naciones[a] para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. 27 Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, 28 “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes”.
29 »Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano. 30 Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan. 31 Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos».
32 Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron:
―Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema.
33 En ese momento Pablo salió de la reunión. 34 Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago, también una mujer llamada Dámaris, y otros más.
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