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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
1 Reyes 8:22-23

Oración de Salomón

22-23 Mientras todo el pueblo observaba, Salomón se paró delante del altar del Señor con las manos extendidas hacia el cielo y dijo: «Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en la tierra, porque tú eres amoroso y misericordioso, y guardas las promesas hechas a tu pueblo, si hace tu voluntad.

1 Reyes 8:41-43

41-42 »Y cuando los extranjeros oigan de tu gran nombre y vengan de tierras distantes a adorarte (porque oirán de tu gran nombre y de tus poderosas señales), y oren en este templo, 43 óyelos desde los cielos y responde a sus oraciones. Así, todas las naciones de la tierra conocerán y temerán tu nombre, como tu propio pueblo Israel lo hace, y toda la tierra sabrá que este es tu templo.

Salmos 96:1-9

96 Canten al Señor un cántico nuevo. Canten al Señor habitantes de toda la tierra. Cantemos sus alabanzas. Bendigamos su nombre, cada día proclamemos las buenas noticias de que él salva.

Publiquen por toda la tierra sus gloriosos hechos, Hablen con todos de las admirables obras que hace. Grande es el Señor y digno de alabanza, más respetado que todos los dioses. Porque los dioses de otras naciones no son más que ídolos, pero nuestro Dios hizo los cielos. Honra y majestad lo rodean; fortaleza y belleza hay en su templo.

Naciones del mundo, confiesen que sólo Dios es glorioso y fuerte. Denle la gloria que merece. Traigan sus ofrendas vengan y adórenlo. Alaben al Señor en la majestad de su santuario; que tiemble delante de él la tierra.

Gálatas 1:1-12

Pablo, apóstol (no enviado de los hombres ni por los hombres, sino por Jesucristo mismo y Dios el Padre que lo resucitó de los muertos) y los demás hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia.[a]

Que en ustedes reposen la paz y el amor de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Él murió por nuestros pecados conforme a los planes de nuestro Dios y Padre, para rescatarnos de este mundo perverso. A él sea la gloria por los siglos eternos. Amén.

No hay otro evangelio

Me ha sorprendido que tan pronto se estén apartando ustedes de Dios, quien les llamó y mostró su amor por medio de Cristo. Ahora han adoptado otro evangelio. Esto no significa que haya otro evangelio. Más bien me refiero a que hay quienes están tratando de confundirlos y quieren torcer el evangelio de Cristo. Que la maldición de Dios caiga sobre cualquiera, sea uno de nosotros o un ángel del cielo, que les predique otro medio de salvación que el que les hemos predicado. Repito: Si alguien les predica un evangelio diferente del que un día recibieron, que la maldición de Dios caiga sobre esa persona.

10 Como han visto, no estoy tratando de ganármelos ni de quedar bien con ustedes. Al único que trato de agradar es a Dios. Si todavía buscara agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Pablo, llamado por Dios

11 Hermanos, quiero que sepan que el evangelio que yo predico no es una invención humana. 12 No lo recibí ni aprendí de ninguna persona, sino que fue Jesucristo mismo quien me lo enseñó.

Lucas 7:1-10

La fe del centurión

Cuando Jesús terminó de hablar al pueblo, entró en Capernaúm. Allí vivía un capitán del ejército romano que tenía un siervo al que estimaba mucho. Y ese siervo estaba enfermo, al borde de la muerte. El capitán oyó hablar de Jesús y mandó a varios ancianos de los judíos a pedirle que fuera y sanara a su siervo. Al llegar ellos ante Jesús, le suplicaron:

―Ese hombre merece que hagas lo que te pide. Ama tanto a nuestra nación que nos construyó una sinagoga.

Jesús fue con ellos. Y cuando ya estaba cerca de la casa, el capitán mandó a unos amigos a decirle:

―Señor, no te molestes, pues no merezco que entres en mi casa. Por eso no fui yo mismo a buscarte. Yo sé que con una sola palabra que digas, mi siervo sanará, pues yo mismo estoy acostumbrado a obedecer las órdenes de mis superiores y también a dar ordenes a mis soldados. Si yo le digo a uno: “Ve” él va, y si le digo al otro: “Ven” él viene. Y si le digo a mi siervo: “Haz esto”, él lo hace.

Jesús, al oír aquel mensaje se asombró, y mirando a la gente que lo seguía dijo:

―Ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande.

10 Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron sano al siervo.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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