Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo 25 (24)
Acuérdate, Señor, de tu misericordia
25 De David.
A ti me dirijo, Señor.
2 Dios mío, en ti confío, no me defraudes,
que mis enemigos no se burlen de mí.
3 Quien en ti espera no quedará defraudado;
pero sí quedará confundido
el que es infiel sin motivo.
4 Señor, muéstrame tus caminos,
enséñame tus sendas,
5 instrúyeme en tu verdad; enséñame,
porque tú eres el Dios que me salva,
en ti pongo mi esperanza cada día.
6 Recuerda, Señor, tu misericordia
y tu amor que desde siempre existen;
7 olvida mis faltas de juventud y mis pecados,
recuérdame en tu amor, por tu bondad, Señor.
8 El Señor es bueno y recto,
él muestra el camino a los pecadores,
9 instruye en la justicia a los humildes,
enseña a los humildes su camino.
Un signo complementario
17 El Señor me dirigió la palabra:
18 — Hijo de hombre, cuando comas, lo harás atemorizado, y cuando bebas, estarás inquieto y angustiado. 19 Dirás a la gente del país: Esto dice el Señor Dios con respecto a los habitantes de Jerusalén, a los que viven en la tierra de Israel: Cuando coman, lo harán atemorizados; y cuando beban, estarán asustados, pues su tierra quedará devastada, vacía de cuanto contiene, por culpa de la violencia de sus habitantes. 20 Las ciudades habitadas quedarán en ruinas, y la tierra será pura desolación; así ustedes reconocerán que yo soy el Señor.
Falsedad de algunos dichos populares
21 El Señor me dirigió la palabra:
22 — Hijo de hombre, ¿qué dicho es ese que utilizan referente a la tierra de Israel, cuando dicen: “Pasan los días y las visiones no se cumplen”? 23 Pues les dirás lo siguiente: Esto dice el Señor Dios: Voy a poner fin a este dicho; ya no volverá a ser pronunciado en Israel. Y les dirás además: “Los días ya están cerca, y con ellos el contenido de cada visión”. 24 Ya no habrá visiones falsas ni presagios engañosos en la comunidad de Israel. 25 Yo soy el Señor, quien habla, y lo que hablo se cumplirá sin dilación. Y precisamente en los días de ustedes, casa rebelde, pronunciaré una palabra y haré que se cumpla —oráculo del Señor Dios—.
26 El Señor me dirigió la palabra:
27 — Hijo de hombre, ahí tienes a la comunidad de Israel, que anda diciendo: “La visión de este va para largo, profetiza para un tiempo aún lejano”. 28 Diles lo siguiente: Esto dice el Señor Dios: No volverán a retrasarse mis palabras; todo lo que yo diga, se cumplirá —oráculo del Señor Dios—.
III.— JUICIO Y SALVACIÓN (4,11—5,18)
El juicio sobre el hermano
11 Hermanos, no hablen mal unos de otros. Quien critica a su hermano o se erige en su juez, está criticando y juzgando a la ley. Y si juzgas a la ley, no eres su cumplidor, sino su juez. 12 Mas sólo hay uno que es al mismo tiempo legislador y juez; sólo uno que tiene poder para salvar y condenar. ¿Quién eres tú, entonces, para erigirte en juez del prójimo?
Advertencias a los autosuficientes
13 En cuanto a ustedes, los que dicen: “Hoy o mañana iremos a tal ciudad y pasaremos allí el año negociando y enriqueciéndonos”, 14 ¿saben, acaso, qué les sucederá mañana? Pues la vida es como una nube de vapor, que aparece un instante y al punto se disipa. 15 Harían mejor en decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”. 16 Pero no; ustedes alardean con fanfarronería, sin pensar que semejante actitud es siempre reprochable.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España