Revised Common Lectionary (Complementary)
Dios humilla al orgulloso y exalta al justo
Para el director del coro; según tonada de No destruyas. Salmo de Asaf. Cántico.
75 Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias(A),
pues cercano está tu nombre(B);
los hombres declaran tus maravillas(C).
2 Cuando yo escoja el tiempo oportuno(D),
seré yo quien juzgará con equidad(E).
3 Tiemblan la tierra y todos sus moradores(F),
mas yo sostengo sus columnas(G). (Selah[a])
4 Dije a los orgullosos: No os jactéis;
y a los impíos: No alcéis la frente[b](H);
5 no levantéis en alto vuestra frente[c];
no habléis con orgullo[d] insolente(I).
6 Porque ni del oriente ni del occidente,
ni del desierto[e] viene el enaltecimiento(J);
7 sino que Dios es el juez(K);
a uno humilla y a otro ensalza(L).
8 Porque hay un cáliz en la mano del Señor(M), y el vino fermenta,
lleno de mixtura(N), y de este Él sirve[f];
ciertamente lo sorberán hasta las heces y lo beberán todos los impíos de la tierra(O).
La ira de Dios contra Nínive
1 Profecía [a](A) sobre Nínive(B). Libro de la visión de Nahúm de Elcos.
2 Dios celoso y vengador es el Señor(C);
vengador es el Señor e irascible[b].
El Señor se venga de sus adversarios(D),
y guarda rencor a sus enemigos.
3 El Señor es lento para la ira y grande en poder(E),
y ciertamente el Señor no dejará impune al culpable.
En el torbellino y la tempestad está su camino(F),
y las nubes son el polvo de sus pies(G).
4 El reprende al mar y lo hace secar,
y todos los ríos agota(H).
Languidecen Basán y el Carmelo,
y las flores del Líbano se marchitan(I).
5 Los montes tiemblan ante Él(J),
y los collados se derriten(K);
sí, en su presencia se levanta la tierra(L),
el mundo y todos los que en él habitan(M).
6 En presencia de su indignación, ¿quién resistirá(N)?
¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de su ira(O)?
Su furor se derrama como fuego(P),
y las rocas se despedazan ante Él(Q).
7 Bueno es el Señor,
una fortaleza en el día de la angustia(R),
y conoce a los que en Él se refugian(S).
8 Pero con inundación desbordante(T)
pondrá fin a Nínive[c],
y perseguirá a sus enemigos aun en las tinieblas(U).
9 Lo que traméis contra el Señor(V),
Él lo hará completa destrucción(W);
no surgirá dos veces la angustia.
10 Porque ellos como espinos enmarañados(X),
y ebrios con su bebida(Y),
serán consumidos como paja totalmente seca(Z).
11 De ti ha salido
el que ha tramado el mal contra el Señor(AA),
un consejero perverso[d](AB).
12 Así dice el Señor:
Aunque estén con todo su vigor y por más que sean muchos,
aun así serán cortados y desaparecerán(AC).
Aunque te haya afligido,
no te afligiré más(AD).
13 Y ahora, quebraré su yugo de sobre ti,
y romperé tus coyundas(AE).
12 Aquí está la perseverancia de los santos(A) que guardan los mandamientos de Dios(B) y la fe de[a] Jesús(C).
13 Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: «Bienaventurados los muertos(D) que de aquí en adelante mueren en el Señor(E)». Sí —dice el Espíritu(F)— para que descansen de sus trabajos(G), porque sus obras(H) van[b] con ellos.
La siega de la tierra
14 Y miré, y he aquí una nube blanca(I), y sentado en la nube estaba uno semejante a hijo de hombre[c](J), que tenía en la cabeza una corona de oro(K), y en la mano una hoz afilada. 15 Entonces salió del templo[d] otro ángel(L) clamando a gran voz al que estaba sentado en la nube: Mete[e] tu hoz y siega(M), porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura[f](N). 16 Y el que estaba sentado en la nube blandió[g] su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.
17 Salió otro ángel del templo[h] que está en el cielo(O), que también tenía una hoz afilada. 18 Y otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego(P), salió del altar(Q); y llamó a gran voz al que tenía la hoz afilada, diciéndole: Mete[i] tu hoz afilada(R) y vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están maduras(S). 19 El ángel blandió[j] su hoz sobre la tierra, y vendimió los racimos de la vid de la tierra y los echó en el gran lagar del furor de Dios(T). 20 Y el lagar fue pisado[k] fuera de la ciudad(U), y del lagar salió sangre(V) que subió hasta los frenos de los caballos por[l] una distancia como de trescientos veinte kilómetros[m].
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