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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
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Isaías 44:6-8

El Señor y los ídolos

»Así dice el Señor, el Señor Todopoderoso,
    rey y redentor de Israel:
“Yo soy el primero y el último;
    fuera de mí no hay otro dios.
¿Quién es como yo?
    Que lo diga.
Que declare lo que ha ocurrido
    desde que establecí a mi antiguo pueblo;
que exponga ante mí lo que está por venir,
    ¡que anuncie lo que va a suceder!
No tembléis ni os asustéis.
    ¿Acaso no lo anuncié y profeticé hace tiempo?
Vosotros sois mis testigos.
    ¿Hay algún Dios fuera de mí?
No, no hay otra Roca;
    no conozco ninguna”».

Salmos 86:11-17

11 Instrúyeme, Señor, en tu camino
    para conducirme con fidelidad.
Dame integridad de corazón
    para temer tu nombre.
12 Señor mi Dios, con todo el corazón te alabaré,
    y por siempre glorificaré tu nombre.
13 Porque grande es tu amor por mí:
    me has librado de caer en el sepulcro.

14 Gente altanera me ataca, oh Dios;
    una banda de asesinos procura matarme.
    ¡Son gente que no te tiene en cuenta!
15 Pero tú, Señor, eres Dios clemente y compasivo,
    lento para la ira, y grande en amor y verdad.
16 Vuélvete hacia mí, y ten compasión;
    concédele tu fuerza a este siervo tuyo.
    ¡Salva a tu hijo fiel![a]
17 Dame una muestra de tu amor,
    para que mis enemigos la vean y se avergüencen,
    porque tú, Señor, me has brindado ayuda y consuelo.

Romanos 8:12-25

12 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. 13 Porque, si vivís conforme a ella, moriréis; pero, si por medio del Espíritu dais muerte a los malos hábitos del cuerpo, viviréis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Y vosotros no recibisteis un espíritu que de nuevo os esclavice al miedo, sino el Espíritu que os adopta como hijos y os permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» 16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y, si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues, si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.

La gloria futura

18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. 19 La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, 20 porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza 21 de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para alcanzar así la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

22 Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. 23 Y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? 25 Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia.

Mateo 13:24-30

Parábola de la mala hierba

24 Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero, mientras todos dormían, llegó su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y se fue. 26 Cuando brotó el trigo y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. 27 Los siervos fueron al dueño y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? Así pues, ¿de dónde salió la mala hierba?” 28 “Esto es obra de un enemigo”, les respondió. Le preguntaron los siervos: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” 29 “¡No! —les contestó—, no sea que, al arrancar la mala hierba, arranquéis con ella el trigo. 30 Dejad que crezcan juntos hasta la cosecha. Entonces diré a los segadores: Recoged primero la mala hierba, y atadla en manojos para quemarla; después recoged el trigo y guardadlo en mi granero”».

Mateo 13:36-43

Explicación de la parábola de la mala hierba

36 Una vez que se despidió de la multitud, entró en la casa. Se le acercaron sus discípulos y le pidieron:

―Explícanos la parábola de la mala hierba del campo.

37 ―El que sembró la buena semilla es el Hijo del hombre —respondió Jesús—. 38 El campo es el mundo, y la buena semilla representa a los hijos del reino. La mala hierba son los hijos del maligno, 39 y el enemigo que la siembra es el diablo. La cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

40 »Así como se recoge la mala hierba y se quema en el fuego, ocurrirá también al fin del mundo. 41 El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar. 42 Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y rechinar de dientes. 43 Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga.

Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)

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