Revised Common Lectionary (Complementary)
Clamor de un pecador
Cántico de ascenso gradual[a].
130 Desde lo más profundo, oh Señor(A), he clamado a ti.
2 ¡Señor, oye mi voz(B)!
Estén atentos tus oídos(C)
a la voz de mis súplicas(D).
3 Señor[b], si tú tuvieras en cuenta[c] las iniquidades,
¿quién, oh Señor, podría permanecer[d](E)?
4 Pero en ti[e] hay perdón(F),
para que seas temido[f](G).
5 Espero en el Señor; en Él espera mi alma(H),
y en[g] su palabra tengo mi esperanza(I).
6 Mi alma espera al Señor
más que los centinelas a la mañana;
sí, más que los centinelas a la mañana(J).
7 Oh Israel, espera en el Señor(K),
porque en[h] el Señor hay misericordia(L),
y en[i] Él hay abundante redención(M);
8 Él redimirá a Israel
de todas sus iniquidades(N).
13 Y se reunió mucha gente en Jerusalén en el mes segundo(A) para celebrar la fiesta de los panes sin levadura[a]; una asamblea muy grande. 14 Y se levantaron y quitaron los altares que había en Jerusalén; también quitaron todos los altares(B) de incienso y los arrojaron al torrente Cedrón(C). 15 Entonces mataron los corderos de la Pascua el día catorce del mes segundo(D). Y los sacerdotes y los levitas, avergonzados, se santificaron(E) y trajeron holocaustos a la casa del Señor. 16 Y se colocaron en sus puestos según su costumbre, conforme a la ley de Moisés, hombre de Dios; los sacerdotes rociaban la sangre que recibían de mano de los levitas(F). 17 Porque había muchos en la asamblea que no se habían santificado; por eso los levitas estaban encargados de la matanza de los corderos de la Pascua por todo el que estaba inmundo, para santificarlos al Señor(G). 18 Pues una gran multitud del pueblo, es decir, muchos de Efraín y de Manasés, de Isacar y de Zabulón(H), no se habían purificado; no obstante, comieron la Pascua(I) contrario a lo escrito(J). Empero[b] Ezequías oró por ellos, diciendo: Que el buen Señor perdone 19 a todo el que prepare su corazón para buscar a Dios(K) el Señor, Dios de sus padres, aunque no lo haga conforme a los ritos de purificación del santuario. 20 Y oyó el Señor a Ezequías y sanó al pueblo(L). 21 Y los hijos de Israel que se hallaban en Jerusalén celebraron con gran alegría la fiesta de los panes sin levadura por siete días(M); y los levitas y los sacerdotes alababan al Señor día tras día, cantando con instrumentos resonantes al Señor. 22 Entonces Ezequías habló al corazón(N) de todos los levitas que mostraban buen entendimiento en las cosas del Señor. Y comieron durante los siete días señalados, sacrificando ofrendas de paz y dando gracias al Señor, Dios de sus padres(O).
23 Y toda la asamblea determinó celebrar la fiesta otros siete días(P); y celebraron los siete días con alegría. 24 Porque Ezequías, rey de Judá, había contribuido a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas(Q); y los príncipes habían contribuido a la asamblea mil novillos y diez mil ovejas; y gran número de sacerdotes se santificaron(R). 25 Y se regocijó toda la asamblea de Judá, junto con los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo[c] que vino de Israel, tanto los peregrinos que vinieron de la tierra de Israel(S) como los que habitaban en Judá. 26 Y hubo gran regocijo en Jerusalén, porque desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén(T). 27 Entonces los sacerdotes levitas(U) se levantaron y bendijeron al pueblo(V); y se oyó su voz, y su oración llegó hasta su santa morada(W), hasta los cielos.
Curación de un paralítico
2 Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa. 2 Y se reunieron muchos(A), tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y Él les exponía[a] la palabra. 3 (B)Entonces vinieron* a traerle un paralítico(C) llevado entre cuatro. 4 Y como no pudieron acercarse[b] a Él a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla(D) en que yacía el paralítico(E). 5 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados(F). 6 Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios[c](G)? 8 Y al instante Jesús, conociendo en[d] su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico(H): «Tus pecados te son perdonados», o decirle: «Levántate, toma tu camilla y anda»? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo* al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios(I), diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante(J).
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