Revised Common Lectionary (Complementary)
Dios cuida de mí
SALMO 23 (22)
Himno de David.
23 Tú, Dios mío, eres mi pastor;
contigo nada me falta.
2 Me haces descansar en verdes pastos,
y para calmar mi sed
me llevas a tranquilas aguas.
3 Me das nuevas fuerzas
y me guías por el mejor camino,
porque así eres tú.
4 Puedo cruzar lugares peligrosos
y no tener miedo de nada,
porque tú eres mi pastor
y siempre estás a mi lado;
me guías por el buen camino
y me llenas de confianza.
5 Aunque se enojen mis enemigos,
tú me ofreces un banquete
y me llenas de felicidad;
¡me das un trato especial!
6 Estoy completamente seguro
de que tu bondad y tu amor
me acompañarán mientras yo viva,
y de que para siempre
viviré donde tú vives.
Mensaje contra Jerusalén
22 Dios le mostró a Isaías lo que iba a hacer en el Valle de la Visión:
«¿Qué pasa en Jerusalén?
¿Por qué todos suben a las azoteas
y gritan de alegría?
»Es verdad que los enemigos se han retirado,
2 pero esta ciudad, que antes vivía alegre,
ahora está llena de muertos;
ninguno presentó pelea,
ninguno murió en batalla.
3 Nuestros jefes y soldados huyeron;
salieron corriendo,
pero fueron atrapados.
4 »¡Déjenme solo!,
no traten de consolarme.
Mi pueblo está en ruinas,
y quiero llorar y apagar mi tristeza.
5 »El Dios todopoderoso
nos ha enviado este terrible castigo.
En el Valle de la Visión
sólo veo destrucción y terror.
¡El enemigo derribó nuestras murallas,
y se oyen gritos de dolor en las montañas!
6 »Los soldados de Elam y de Quir
llegaron en sus carros de guerra,
armados con escudos y flechas.
7 Sus carros de guerra llenaron
los hermosos valles de Jerusalén.
Los soldados y sus caballos
rodearon la ciudad.
8 ¡Judá quedó indefensa!»
Ese día nuestra gente se dio cuenta de que había armas en el Palacio del Bosque.
Los líderes de la iglesia
5 Quiero darles un consejo a los líderes de la iglesia. Yo también soy líder como ellos, y soy testigo de cómo sufrió Cristo. Además, cuando Cristo regrese y muestre lo maravilloso que es él, disfrutaré de parte de su gloria. Mi consejo es el siguiente: 2 Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas. Háganlo por el gusto de servir, que es lo que a Dios le agrada, y no por obligación ni para ganar dinero. 3 No traten a los que Dios les encargó como si ustedes fueran sus amos; más bien, procuren ser un ejemplo para ellos. 4 Así, cuando regrese Cristo, que es el Pastor principal, ustedes recibirán un maravilloso premio que durará para siempre.
Los miembros de la iglesia
5 Del mismo modo ustedes, los jóvenes, deben obedecer la autoridad de los líderes de la iglesia. Todos deben tratarse con humildad, pues la Biblia dice:
«Dios se opone a los orgullosos,
pero brinda su ayuda a los humildes.»
Despedida
12 Silvano me ha ayudado a escribirles esta breve carta. Yo lo considero un fiel seguidor de Cristo, y alguien en quien se puede confiar.
Les he escrito para darles consejos, y para asegurarles que todo lo bueno que Dios les ha dado demuestra que él los ama mucho. ¡Nunca duden del amor de Dios!
13 Los seguidores de Cristo que están en la ciudad de Roma les mandan saludos. Ellos, igual que ustedes, forman parte del pueblo que Dios ha elegido. También les manda saludos Marcos, a quien quiero como a un hijo.
14 Salúdense unos a otros con un beso de hermanos.
Le pido a Dios que les dé paz a todos ustedes, los que pertenecen a Cristo.
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