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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Isaías 56:1

Dios premia a los que son fieles

56 Dios dijo:

«Hagan lo que es justo y bueno
porque pronto voy a mostrar
mi poder salvador.

Isaías 56:6-8

6-7 »A los extranjeros que me adoran,
que respetan el día de descanso,
y son fieles a mi pacto,
yo los traeré a mi monte santo
y los haré dichosos
en mi casa de oración.
Si esos extranjeros me adoran,
me sirven y me aman,
yo aceptaré los sacrificios
que ofrecen sobre mi altar,
porque mi casa será llamada:
“Casa de oración
para todos los pueblos”.

»Yo haré que los israelitas
que aún están fuera de su tierra
vuelvan a reunirse en su país.
Les juro que así será».

Salmos 67

Dios, guía de todas las naciones

SALMO 67 (66)

Instrucciones para el director musical: Este himno deberá cantarse acompañado de instrumentos de cuerda.

67 Dios mío,
ten compasión de nosotros
y danos tu bendición.
Míranos con alegría
y muéstranos tu amor;
así todas las naciones del mundo
conocerán tus enseñanzas
y tu poder para salvar.

Dios mío,
¡que te alaben los pueblos!
¡Que todos los pueblos te alaben!
¡Que todas las naciones se alegren
y canten llenas de felicidad!
Tú gobiernas a los pueblos con justicia;
¡tú guías a las naciones de la tierra!

Dios mío,
¡que te alaben los pueblos!
¡Que todos los pueblos te alaben!
La tierra dará grandes cosechas,
y tú nos bendecirás.
Sí, tú nos bendecirás;
a ti te alabarán
los más lejanos países de la tierra.

Romanos 11:1-2

Dios no ha rechazado a su pueblo

11 1-2 Entonces me pregunto: ¿Será que Dios ha rechazado al pueblo que él mismo eligió? ¡Claro que no! Dios no ha rechazado a los judíos, a quienes eligió desde el principio de la creación. Yo mismo soy israelita; soy descendiente de Abraham y pertenezco a la tribu de Benjamín.

Como ustedes bien saben, hay en la Biblia un relato, en donde Elías se queja con Dios acerca del pueblo de Israel.

Romanos 11:29-32

29 Dios no da regalos para luego quitarlos, ni se olvida de las personas que ha elegido.

30 En el pasado, ustedes desobedecieron a Dios. Pero ahora que los judíos no han querido obedecerlo, Dios se ha compadecido de ustedes. 31 Y así como Dios les ha mostrado a ustedes su compasión, también lo hará con ellos. 32 Pues Dios hizo que todos fueran desobedientes, para así tenerles compasión a todos.

Mateo 15:10-20

Lo que realmente contamina

10 Jesús llamó a la gente y le dijo:

—Escuchen y entiendan bien: 11 Lo que los hace impuros delante de Dios no es la comida que entra por su boca. Lo que los hace impuros son los insultos y las malas palabras que dicen.

12 Entonces los discípulos de Jesús se acercaron y le dijeron:

—A los fariseos no les gustó lo que dijiste.

13 Jesús respondió:

—Mi Padre tratará a los fariseos como trata el jardinero a las plantas que no ha sembrado: las arranca de raíz y las echa fuera. 14 No hagan caso de los fariseos: son como el ciego que guía a otro ciego, y si un ciego guía a otro, los dos terminan cayéndose en una zanja.

15 Pedro preguntó:

—Explícanos qué quisiste decir cuando hablaste de lo que nos hace impuros delante de Dios.

16 Jesús respondió:

—¿Tampoco ustedes entienden? 17 Todo lo que comemos o bebemos va al estómago, y después el cuerpo lo expulsa. 18-20 Pero si la gente dice cosas malas, es porque es mala y siempre está pensando en lo malo: en cómo matar, en cómo ser infieles en el matrimonio, en cómo hacer cosas indecentes, o en cómo robar, o insultar a otras personas, y mentir. A Dios no le agrada que gente así lo alabe. Pero cualquiera puede alabar a Dios, aunque coma sin lavarse las manos.

Mateo 15:21-28

Una mujer no judía confía en Dios

21 Jesús se fue de allí a la región de Tiro y de Sidón. 22 Una mujer de esa región, que era del grupo al que los judíos llamaban cananeos, se acercó a Jesús y le dijo a gritos:

—¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!

23 Jesús no le hizo caso. Pero los discípulos se acercaron a él y le rogaron:

—Atiende a esa mujer, pues viene gritando detrás de nosotros.

24 Jesús respondió:

—Dios me envió para ayudar sólo a los israelitas, pues ellos son para mí como ovejas perdidas.

25 Pero la mujer se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo:

—¡Señor, ayúdame!

26 Jesús le dijo:

—No está bien quitarles la comida a los hijos para echársela a los perros.[a]

27 La mujer le respondió:

—¡Señor, eso es cierto! Pero aun los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños.

28 Entonces Jesús le dijo:

—¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará.

Y en ese mismo instante su hija quedó sana.