Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo de Canción para el día del Sábado.
1 Bueno es alabar al SEÑOR, y cantar salmos a tu Nombre, oh Altísimo;
2 anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches,
3 en el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa.
4 Por cuanto me has alegrado, oh SEÑOR, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.
12 El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano.
13 Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán.
14 Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes;
15 para anunciar que el SEÑOR mi fortaleza es recto; y que no hay injusticia en él.
14 En el año segundo de Joás hijo de Joacaz rey de Israel, comenzó a reinar Amasías hijo de Joás rey de Judá.
2 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y veintinueve años reinó en Jerusalén; el nombre de su madre fue Joadán, de Jerusalén.
3 Y él hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, aunque no como David su padre; hizo conforme a todas las cosas que había hecho Joás su padre.
4 Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo aun sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
5 Y cuando el reino fue confirmado en su mano, hirió a sus esclavos, los que habían dado muerte al rey su padre.
6 Mas no mató a los hijos de los que le mataron, conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde el SEÑOR mandó, diciendo: No matarán a los padres por los hijos, ni a los hijos por los padres; mas cada uno morirá por su pecado.
7 Este también hirió diez mil idumeos en el valle de las Salinas, y tomó a Sela {Heb. la piedra} por guerra, y la llamó Jocteel, hasta hoy.
8 Entonces Amasías envió embajadores a Joás, hijo de Joacaz hijo de Jehú, rey de Israel, diciendo: Ven, y veámonos de rostro.
9 ¶ Y Joás rey de Israel envió a Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardillo que está en el Líbano envió a decir al gran cedro que está en el Líbano: Da tu hija por mujer a mi hijo. Y pasaron las bestias fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardillo.
10 Ciertamente has herido a Edom, y tu corazón te ha envanecido; gloríate pues, mas estate en tu casa. ¿Para qué te entremeterás en un mal, para que caigas tú, y Judá contigo?
11 Mas Amasías no dio oídos; y subió Joás rey de Israel, y se vieron de rostro él y Amasías rey de Judá, en Bet-semes, que es en Judá.
12 Mas Judá cayó delante de Israel, y huyeron cada uno a sus estancias.
13 Además Joás rey de Israel tomó a Amasías rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Ocozías, en Bet-semes; y vino a Jerusalén, y rompió el muro de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la esquina, cuatrocientos codos.
14 Y tomó todo el oro, y la plata, y todos los vasos que fueron hallados en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa del rey, y los hijos en rehenes, y se volvió a Samaria.
4 ¶ Otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y se juntó a él gran multitud; tanto, que entrando él en un barco, se sentó en el mar; y toda la multitud estaba en tierra junto al mar.
2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina:
3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y aconteció sembrando, que una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo, y la tragaron.
5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y luego salió, porque no tenía la tierra profundidad;
6 mas salido el sol, se quemó; y por cuanto no tenía raíz, se secó.
7 Otra parte cayó en espinas; y subieron las espinas, y la ahogaron, y no dio fruto.
8 Otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, que subió y creció; y llevó uno a treinta, y otro a sesenta, y otro a ciento.
9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
10 Cuando estuvo solo, le preguntaron los que estaban cerca de él con los doce, sobre la parábola.
11 Y les dijo: A vosotros es dado saber el misterio del Reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;
12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.
13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
14 El sembrador es el que siembra la Palabra.
15 Y éstos son los de junto al camino; en los que la Palabra es sembrada; mas después que la oyeron, luego viene Satanás, y quita la Palabra que fue sembrada en sus corazones.
16 Y asimismo éstos son los que son sembrados en pedregales: los que cuando han oído la Palabra, luego la toman con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, antes son temporales, que levantándose la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, luego se escandalizan.
18 Y éstos son los que son sembrados entre espinas: los que oyen la palabra;
19 pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias que hay en las otras cosas, entrando, ahogan la Palabra, y es hecha sin fruto.
20 Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la Palabra, y la reciben, y hacen fruto, uno a treinta, otro a sesenta, y otro a ciento.
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