Revised Common Lectionary (Complementary)
15 Andaré, y tornaré a mi lugar, hasta que reconozcan su culpa, y busquen mi rostro. En su angustia madrugarán a mí.
6 Venid y volvámonos al SEÑOR; que él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
2 Nos dará vida después de dos días; al tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer al SEÑOR, como el alba está aparejada su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.
4 ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La misericordia vuestra es como la nube de la mañana, y como el rocío que de madrugada desvanece.
5 Por esta causa los corté con los profetas, con las palabras de mi boca los maté; para que tu justicia sea como luz que sale.
6 Porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos.
7 ¶ Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy el Dios, el Dios tuyo.
8 No te reprenderé sobre tus sacrificios, que tus holocaustos delante de mí están siempre.
9 No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos.
10 Porque mía es toda bestia del monte; millares de animales en los montes.
11 Conozco todas las aves de los montes, y las fieras del campo están conmigo.
12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿Tengo de comer yo carne de toros, o de beber sangre de machos cabríos?
14 Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus promesas al Altísimo.
15 Y llámame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.
13 Porque no por la ley fue dada la promesa a Abraham o a su simiente, que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa.
15 Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay rebelión.
16 Por tanto, por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme a toda simiente, no solamente al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
17 ¶ Como está escrito: Que por padre de muchos gentiles te he puesto delante de Dios, al cual creyó; el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como las que son.
18 El cual creyó para esperar contra esperanza, que sería hecho padre de muchos gentiles, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu simiente.
19 Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto (siendo ya de casi cien años) ni muerta la matriz de Sara;
20 tampoco dudó en la promesa de Dios con desconfianza; antes fue esforzado en fe, dando gloria a Dios,
21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido,
22 por lo cual también le fue atribuida su fe a justicia.
23 ¶ Y no está escrito esto solamente por él, que le haya sido así contado;
24 sino también por nosotros, a quienes será así contado, esto es, a los que creen en el que levantó de los muertos a Jesús, el Señor nuestro,
25 el cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación.
9 ¶ Y pasando Jesús de allí, vio a un hombre que estaba sentado al banco de los tributos públicos, el cual se llamaba Mateo; y le dice: Sígueme. Y se levantó, y le siguió.
10 Y aconteció que estando él sentado a la mesa en su casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.
11 Y viendo esto los fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
12 Mas oyéndolo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
13 Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio; porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento.
18 ¶ Hablando él estas cosas a ellos, he aquí vino un principal, y le adoró, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre hacía doce años, acercándose por detrás, tocó la franja de su vestido,
21 porque decía entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré libre.
22 Mas Jesús volviéndose, y mirándola, dijo: Confía, hija, tu fe te ha librado. Y la mujer fue libre desde aquella hora.
23 Y llegado Jesús a casa del principal, viendo los tañedores de flautas, y la multitud que hacía bullicio,
24 les dijo: Apartaos, que la muchacha no está muerta, mas duerme. Y se burlaban de él.
25 Pero cuando la multitud fue echada fuera, entró, y la tomó de su mano, y se levantó la muchacha.
26 Y se difundió esta fama por toda aquella tierra.
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