Revised Common Lectionary (Complementary)
El SEÑOR: el buen pastor
23 Salmo de David.
El SEÑOR es mi pastor;
nada me faltará.
2 En prados de tiernos pastos
me hace descansar.
Junto a aguas tranquilas me conduce.
3 Confortará mi alma
y me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra
de muerte
no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo.
Tu vara y tu cayado
me infundirán aliento.
5 Preparas mesa delante de mí
en presencia de mis adversarios. Unges mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del SEÑOR
moraré por días sin fin.
32 Después Samuel dijo:
—¡Tráeme a Agag, rey de Amalec!
Agag vino a él alegremente[a], pensando: “Ciertamente ya ha pasado la amargura de la muerte”. 33 Pero Samuel dijo:
—¡Así como tu espada dejó sin hijos a las mujeres, así tu madre quedará sin hijo entre las mujeres!
Entonces Samuel descuartizó a Agag delante del SEÑOR, en Gilgal. 34 Después Samuel se fue a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl.
La Palabra se hizo carne
1 En el principio era la Palabra[a], y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios. 2 Ella era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella no fue hecho nada de lo que ha sido hecho. 4 En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
6 Hubo un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan. 7 Él vino como testimonio, a fin de dar testimonio de la luz para que todos creyeran por medio de él. 8 No era él la luz sino que vino para dar testimonio de la luz. 9 Aquel era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene al mundo.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano