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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 46

Dios es nuestro amparo y fortaleza

Al músico principal; de los hijos de Coré. Salmo sobre Alamot

46 Dios es nuestro amparo y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida
y se traspasen los montes al corazón del mar;
aunque bramen y se turben sus aguas,
y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah

Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
el santuario de las moradas del Altísimo.
Dios está en medio de ella; no será conmovida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
Bramaron las naciones, titubearon los reinos;
dio él su voz y se derritió la tierra.
    ¡Jehová de los ejércitos está con nosotros!
    ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! Selah

Venid, ved las obras de Jehová,
que ha hecho portentos en la tierra,
que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra,
que quiebra el arco, corta la lanza
y quema los carros en el fuego.
10 «Estad quietos y conoced que yo soy Dios;
seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.»
11     ¡Jehová de los ejércitos está con nosotros!
    ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! Selah

Zacarías 11

11 ¡Líbano, abre tus puertas,
y que el fuego consuma tus cedros!
Aúlla, ciprés,
porque el cedro cayó,
porque los árboles magníficos son derribados.
Aullad, encinas de Basán,
porque el bosque espeso es derribado.
Voz de aullido de pastores,
porque su magnificencia es asolada;
estruendo de rugidos de cachorros de leones,
porque la gloria del Jordán es destruida.

Los pastores inútiles

Así ha dicho Jehová, mi Dios: «Apacienta las ovejas destinadas a la matanza, a las cuales matan sus compradores sin sentirse culpables; y el que las vende dice: “Bendito sea Jehová, porque me he enriquecido.” Ni aún sus pastores tienen piedad de ellas. Por tanto, no tendré ya más piedad de los habitantes de la tierra, dice Jehová. Entregaré a los hombres, a cada uno en manos de su compañero y en manos de su rey. Ellos asolarán la tierra y yo no los libraré de sus manos.»

Apacenté, pues, las ovejas destinadas a la matanza, esto es, a los pobres del rebaño. Tomé para mí dos cayados: a uno le puse por nombre Gracia, y al otro, Ataduras. Apacenté las ovejas, y en un mes despedí a tres pastores, pues mi alma se impacientó contra ellos, y su alma también se hastió de mí.

Entonces dije: «¡No os apacentaré más! ¡La que prefiera morir, que muera; si alguna se pierde, que se pierda! ¡Las que queden, que se coman unas a otras!»

10 Tomé luego mi cayado Gracia y lo quebré, para romper el pacto que había concertado con todos los pueblos. 11 El pacto quedó deshecho ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que me observaban que aquélla era palabra de Jehová. 12 Yo les dije: «Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo.» Entonces pesaron mi salario: treinta piezas de plata.

13 Jehová me dijo: «Échalo al tesoro. ¡Hermoso precio con que me han apreciado!» Tomé entonces las treinta piezas de plata y las eché en el tesoro de la casa de Jehová. 14 Quebré luego el otro cayado, Ataduras, para romper la hermandad entre Judá e Israel. 15 Jehová me dijo: «Toma ahora los aperos de un pastor insensato; 16 porque yo levanto en la tierra a un pastor que no visitará las perdidas, ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda y romperá sus pezuñas.

17 »¡Ay del pastor inútil
que abandona el ganado!
¡Que la espada hiera su brazo y su ojo derecho!
¡Que se le seque del todo el brazo
y su ojo derecho quede enteramente oscurecido!»

1 Pedro 1:3-9

Una esperanza viva

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo final.

Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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