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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 32

La dicha del perdón

Salmo de David. Masquil

32 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada
y cubierto su pecado.
Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad
y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos
en mi gemir todo el día,
porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

Mi pecado te declaré
y no encubrí mi iniquidad.
Dije: «Confesaré mis rebeliones a Jehová»,
y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah

Por esto orará a ti todo santo
en el tiempo en que puedas ser hallado;
ciertamente en la inundación de muchas aguas
no llegarán éstas a él.
Tú eres mi refugio;
me guardarás de la angustia;
con cánticos de liberación me rodearás. Selah

«Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar;
sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
porque si no, no se acercan a ti.»

10 Muchos dolores habrá para el impío;
mas al que espera en Jehová lo rodea la misericordia.
11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
¡cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón!

2 Samuel 15:1-12

Absalón se subleva contra David

15 Aconteció después de esto, que Absalón se hizo de carros, caballos y cincuenta hombres que corrieran delante de él. Se levantaba Absalón de mañana y se ponía a un lado del camino junto a la puerta, y a cualquiera que tenía pleito y venía ante el rey a juicio, Absalón lo llamaba y le decía: «¿De qué ciudad eres?» Él respondía: «Tu siervo es de una de las tribus de Israel.» Entonces Absalón le decía: «Mira, tus palabras son buenas y justas; pero no tienes quien te oiga de parte del rey.» Y añadía Absalón: «¡Quién me pusiera por juez en el país, para que vinieran ante mí todos los que tienen pleito o negocio, y yo les haría justicia!» Cuando alguno se acercaba para postrarse ante él, le tendía la mano, lo abrazaba y lo besaba. De esta manera hacía con todos los israelitas que venían ante el rey a juicio; y así les robaba Absalón el corazón a los de Israel.

Al cabo de cuatro años, Absalón dijo al rey:

—Te ruego que me permitas ir a Hebrón a pagar el voto que he prometido a Jehová. Porque cuando estaba en Gesur de Siria tu siervo hizo este voto: “Si Jehová me hace volver a Jerusalén, yo serviré a Jehová”.

—Ve en paz —le dijo el rey.

Se levantó y fue a Hebrón. 10 Entonces envió Absalón mensajeros por todas las tribus de Israel diciendo: «Cuando oigáis el sonido de la trompeta diréis: “¡Absalón reina en Hebrón!”» 11 Con Absalón fueron doscientos hombres de Jerusalén convidados por él, los cuales iban inocentemente, sin saber nada. 12 Mientras Absalón ofrecía los sacrificios, mandó a buscar en la ciudad de Gilo a Ahitofel, el gilonita, consejero de David. Así la conspiración se fortalecía y aumentaba el pueblo que seguía a Absalón.

Romanos 11:1-10

El remanente de Israel

11 Por tanto, pregunto: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera!, porque también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura acerca de Elías, de cómo se quejó ante Dios contra Israel, diciendo: «Señor, a tus profetas han dado muerte y tus altares han derribado; sólo yo he quedado y procuran matarme»? Pero ¿cuál fue la divina respuesta? «Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.» Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia. Y si es por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no sería obra.

¿Qué, pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: «Dios les dio espíritu insensible, ojos que no vean y oídos que no oigan, hasta el día de hoy.» Y David dice:

«Sea vuelto su banquete en trampa y en red,
en tropiezo y justo castigo.
10 Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,
y agóbiales la espalda para siempre.»

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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