Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
1 Reyes 17:17-24

17 Pero un día se enfermó el hijo de la mujer, y murió.

18 ―¡Varón de Dios! —lloró ella—, ¿qué me has hecho? ¿Has venido aquí a castigarme por mis pecados, y a matar a mi hijo?

19 ―Dámelo —respondió Elías.

Elías tomó el cuerpo del niño y lo llevó al aposento alto, a la pieza de huéspedes donde vivía, y puso al niño en la cama. 20 Luego clamó al Señor: «Señor mi Dios, ¿por qué le has mandado la muerte al hijo de esta viuda que me está hospedando?». 21 Enseguida, se extendió sobre el niño tres veces, y clamó al Señor: «¡Señor mi Dios, permite que este niño vuelva a la vida!».

22 El Señor oyó la oración de Elías, y el niño volvió a vivir. 23 Entonces Elías lo llevó abajo y se lo entregó a su madre:

―¡Mira, tu hijo vive! —le dijo.

24 ―Ahora sé ciertamente que tú eres un profeta —le dijo ella— y que todo lo que tú dices viene de parte del Señor.

Salmos 30

Cántico para la dedicación de la casa. Salmo de David.

30 Te exaltaré, Señor, porque me has salvado de mis enemigos. No dejas que me derroten: Señor, Dios mío, a ti clamé y tú me devolviste la salud. Me sacaste del borde de la tumba, de la muerte misma, y heme aquí con vida.

¡Cántenle, ustedes sus santos! Den gracias a su santo nombre. Un instante dura su ira; su gracia perdura de por vida. Las lágrimas pueden huir la noche entera, pero al amanecer habrá gozo.

Dije yo en mi prosperidad: «Esto es para siempre. ¡Ahora nada puede detenerme! El Señor me ha mostrado su gracia. Me ha dado firmeza como de montaña». Entonces, Señor, apartaste de mí tu rostro y quedé destruido. Clamé a ti, Señor. ¡Ay, como supliqué! «Señor, ¿qué ganarás con matarme? ¿Acaso puede el polvo mío hablar desde el sepulcro y proclamar al mundo tu fidelidad? 10 Escúchame, Señor; apiádate y ayúdame». 11 Entonces, él transformó mi dolor en danza. Me quitó mi ropa de luto y me vistió de fiesta, 12 para que pudiera entonarle alegres alabanzas en vez de yacer en el silencio de la tumba. Señor, Dios mío, proseguiré expresándote mi gratitud eternamente.

Gálatas 1:11-24

Pablo, llamado por Dios

11 Hermanos, quiero que sepan que el evangelio que yo predico no es una invención humana. 12 No lo recibí ni aprendí de ninguna persona, sino que fue Jesucristo mismo quien me lo enseñó.

13 Ya estarán enterados de mi conducta cuando era de la religión judía. Saben que implacablemente perseguí a la iglesia de Dios y que me esforcé por erradicarla de la tierra. 14 Yo era el más ferviente de mis contemporáneos de mi misma edad, y trataba por todos los medios de cumplir con las reglas tradicionales de mis antepasados.

15 Sin embargo, Dios me había escogido desde antes que yo naciera, y me llamó por su gracia. Y cuando él quiso 16 revelarme a su Hijo, para que fuera a predicarlo entre los gentiles, no fui inmediatamente a consultar con nadie, 17 ni corrí a Jerusalén a consultar a los que eran apóstoles antes que yo. Al contrario, fui de inmediato a la región de Arabia y después regresé a la ciudad de Damasco.

18 Tres años más tarde fui a Jerusalén a hablar con Pedro y estuve con él quince días. 19 Aparte de él, al único apóstol que vi fue a Jacobo, el hermano de nuestro Señor.

20 Delante de Dios les aseguro que esto fue lo que sucedió; no miento. 21 Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 Pero las iglesias de Judea todavía no me conocían personalmente. 23 Sólo sabían lo que se andaba diciendo: que el antiguo enemigo de los cristianos estaba pregonando la fe que había tratado de destruir. 24 Y glorificaban a Dios a causa de mí.

Lucas 7:11-17

Jesús resucita al hijo de una viuda

11 Poco después, Jesús, acompañado de mucha gente y de sus discípulos, se dirigió a un pueblo llamado Naín. 12 Cuando se acercaba a las puertas del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto. Se trataba del único hijo de una viuda, a quien acompañaba mucha gente del pueblo.

13 Al verla el Señor, tuvo compasión de ella y le dijo:

―No llores.

14 Se acercó luego y tocó la camilla. Los que la llevaban se detuvieron, y Jesús dijo:

―¡Joven, te ordeno que te levantes!

15 Entonces el muerto se levantó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.

16 La gente se llenó de miedo y, alabando a Dios, decía:

―Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha venido a ayudar a su pueblo.

17 Lo que Jesús había hecho se supo por toda Judea y sus alrededores.

Nueva Biblia Viva (NBV)

Nueva Biblia Viva, © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.