Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo de David.
103 Alaba, alma mía al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. 2 Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de las cosas buenas que él te da. 3 Él perdona todos tus pecados y sana todas tus enfermedades, 4 y rescata tu vida del sepulcro. Te rodea de tierno amor y misericordia. 5 Llena tu vida de cosas buenas. Te rejuvenece como a las águilas. 6 Él hace justicia a cuantos son tratados injustamente. 7 A Moisés dio a conocer sus caminos, y al pueblo de Israel sus obras.
8 El Señor es misericordioso y compasivo, es lento para enojarse y está lleno de amor. 9 No nos acusa constantemente, ni permanece enojado para siempre. 10 No nos ha castigado conforme a lo que merecemos por todos nuestros pecados, 11 porque su misericordia para los que le temen es tan grande como la altura de los cielos sobre la tierra. 12 Ha arrojado nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente. 13 El Señor es para nosotros como un padre, compasivo para con los que le temen.
22 Alabe al Señor todo lo que él ha creado en todos los rincones de su reino. ¡Alaba, alma mía al Señor!
53 »(Pero algún día restauraré la prosperidad de Sodoma y Samaria, y la de Judá también). 54 Tu terrible castigo será un consuelo para ellas, porque será mayor que el suyo. 55 ¡Sí, tus hermanas Sodoma y Samaria y toda su gente serán restauradas nuevamente, y Judá también prosperará en aquel día! 56 En los días de tu orgullo tenías un profundo desprecio por Sodoma, y te burlabas de ella. 57 Pero ahora tu perversidad mayor ha quedado expuesta ante todo el mundo, y tú eres objeto de desdén y burla de parte de Edom y sus vecinos y de todos los filisteos. 58 Esto es parte de tu castigo por todas tus maldades, dice el Señor.
59 »El Señor Dios dice: ¡Yo te castigaré por todas tus promesas no cumplidas! Livianamente quebraste tus solemnes votos hacia mí; 60 sin embargo, yo mantendré el compromiso que hice contigo cuando eras joven. Yo estableceré un convenio para siempre contigo, 61 y te acordarás con vergüenza de todo el mal que has hecho. Entonces serás conmovida por mi favor hacia ti cuando tome a tus hermanas Samaria y Sodoma y las haga tus hijas, para que tú reines sobre ellas. Sabrás que no mereces este acto de gracia, porque no fuiste fiel al convenio que hiciste conmigo. 62 Reafirmaré mi convenio contigo, y sabrás que yo soy el Señor. 63 A pesar de todo lo que has hecho, yo seré bondadoso contigo de nuevo. Bajarás tu rostro avergonzada cuando yo te perdone de todo lo malo que has hecho, dice el Señor Dios».
53 Y después cada uno se fue a su casa.
La mujer sorprendida en adulterio
8 Pero Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 A la mañana siguiente regresó al templo. La gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles. 3 Entonces los maestros de la ley y los fariseos llevaron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio. La pusieron en medio del grupo 4 y le dijeron a Jesús:
―Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el momento mismo en que cometía adulterio. 5 La ley de Moisés nos ordena que debemos apedrear a esa clase de mujeres. ¿Tú qué dices?
6 Ellos le estaban poniendo una trampa al hacerle esa pregunta, para así tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en el suelo con su dedo. 7 Como seguían haciéndole preguntas, se enderezó y les dijo:
―Aquel de ustedes que nunca haya pecado, tire la primera piedra.
8 Y se inclinó de nuevo a seguir escribiendo en el suelo. 9 Al oír esto, los más viejos comenzaron a irse, y luego poco a poco los demás también se fueron. Sólo la mujer seguía allí y Jesús se quedó solo con ella.
10 Entonces él se enderezó y le preguntó:
―Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?
11 Ella dijo:
―Nadie, Señor.
―Yo tampoco te condeno. Vete y no vuelvas a pecar.
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