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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
2 Samuel 9-11

Bondad de David hacia Mefi-bóset

Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?

Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Sibá, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Sibá? Y él respondió: Tu siervo soy.

El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Sibá respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.

Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Sibá respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.

Entonces envió el rey David, y lo mandó traer de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.

Y vino Mefi-bóset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-bóset. Y él respondió: He aquí tu siervo.

Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

Y él, inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?

Entonces el rey llamó a Sibá siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, se lo doy al hijo de tu señor.

10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que los hijos de tu señor tengan pan para comer; pero Mefi-bóset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Sibá quince hijos y veinte siervos.

11 Y respondió Sibá al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Y Mefi-bóset comía a la mesa (de David), como uno de los hijos del rey.

12 Y tenía Mefi-bóset un hijo pequeño, que se llamaba Micá. Y toda la familia de la casa de Sibá eran siervos de Mefi-bóset.

13 Pero Mefi-bóset vivía en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.

Derrotas de amonitas y sirios

10 Después de esto, aconteció que murió el rey de los hijos de Amón, y reinó en lugar suyo Hanún su hijo.

Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Nahás, como su padre la hizo conmigo. Y envió David sus siervos para darle el pésame por la muerte de su padre. Mas llegados los siervos de David a la tierra de los hijos de Amón,

los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún su señor: ¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla?

Entonces Hanún tomó los siervos de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió.

Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved.

Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, enviaron los hijos de Amón y tomaron a sueldo a los arameos de Bet-rehob y a los de Sobá, veinte mil hombres de a pie, del rey de Maacá mil hombres, y del rey de Tob doce mil hombres.

Cuando David oyó esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.

Y saliendo los hijos de Amón, se pusieron en orden de batalla a la entrada de la puerta; pero los sirios de Sobá, de Rehob, de Tob y de Maacá estaban aparte en el campo.

Viendo, pues, Joab que se le presentaba la batalla de frente y a la retaguardia, entresacó de todos los escogidos de Israel, y se puso en orden de batalla contra los sirios.

10 Entregó luego el resto del ejército en mano de Abisay su hermano, y lo alineó para luchar con los amonitas.

11 Y dijo: Si los sirios pueden más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pueden más que tú, yo te daré ayuda.

12 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le parezca.

13 Y se acercó Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron delante de él.

14 Entonces los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisay, y se refugiaron en la ciudad. Se volvió, pues, Joab de luchar contra los hijos de Amón, y vino a Jerusalén.

15 Pero los sirios, viendo que habían sido derrotados por Israel, se volvieron a reunir.

16 Y envió Hadad-ézer e hizo salir a los sirios que estaban al otro lado del Eufrates, los cuales vinieron a Helam, llevando por jefe a Sobac, general del ejército de Hadad-ézer.

17 Le fue dado aviso a David, y reunió a todo Israel, y pasando el Jordán vino a Helam; y los sirios se pusieron en orden de batalla contra David y pelearon contra él.

18 Pero los sirios huyeron delante de Israel; y David mató de los sirios a la gente de setecientos carros, y cuarenta mil hombres de a caballo; hirió también a Sobac general del ejército, quien murió allí.

19 Viendo, pues, todos los reyes que ayudaban a Hadad-ézer, cómo habían sido derrotados delante de Israel, hicieron paz con Israel y le sirvieron; y de allí en adelante los sirios no osaron ayudar más a los hijos de Amón.

David y Betsabé

11 Al año siguiente, en la época en que salen los reyes a campaña, David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.

Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo.

Y envió David mensajeros que la trajeran y, cuando llegó, David se acostó con ella cuando acababa de purificarse de su menstruo, y ella se volvió a su casa.

La mujer quedó embarazada, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.

Entonces David envió a decir a Joab: Haz venir a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David.

Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra.

Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado un presente de la mesa real.

Mas Urías durmió a la puerta de la casa del rey con los de la guardia de su señor, y no descendió a su casa.

10 E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa. Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa?

11 Y Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y acostarme con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa.

12 Y David dijo a Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente.

13 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los de la guardia de su señor; mas no descendió a su casa.

14 Venida la mañana, escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías.

15 Había escrito en la carta lo siguiente: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera.

16 Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes.

17 Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo.

18 Entonces envió Joab e hizo saber a David todos los asuntos de la guerra.

19 Y mandó al mensajero, diciendo: Cuando acabes de contar al rey todas las noticias de la guerra,

20 si el rey comienza a enojarse, y te dice: ¿Por qué os acercasteis demasiado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais lo que suelen arrojar desde el muro?

21 ¿Quién hirió a Abimélec hijo de Jerobaal? ¿No echó una mujer del muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro? Entonces tú le dirás: También tu siervo Urías heteo ha muerto.

22 Fue el mensajero, y llegando, contó a David todo aquello a que Joab le había enviado.

23 Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los hombres que salieron contra nosotros al campo, aunque les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta;

24 pero los flecheros tiraron contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y murió también tu siervo Urías heteo.

25 Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada devora, ora a uno, ora a otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale.

26 Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido.

27 Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.

Lucas 15:11-32

Parábola del hijo pródigo

11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;

12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.

13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí malgastó sus bienes viviendo perdidamente.

14 Y cuando todo lo había gastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a pasar necesidad.

15 Y fue y se allegó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a sus campos para que apacentase cerdos.

16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.

17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.

19 Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como a uno de tus jornaleros.

20 Y levantándose, marchó hacia su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a compasión, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó efusivamente.

21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.

22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad de prisa el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.

23 Y traed el becerro engordado y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;

24 porque este mi hijo estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y ha sido hallado. Y comenzaron a regocijarse.

25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;

26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro engordado, por haberlo recobrado sano y salvo.

28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió, por tanto, su padre, y le rogaba que entrase.

29 Pero él, respondiendo, dijo al padre: He aquí que por tantos años te vengo sirviendo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para pasarlo bien con mis amigos.

30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro engordado.

31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.

32 Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y ha sido hallado.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.