Old/New Testament
Reinado universal de Jehová
4 Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.
2 Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
3 Y él juzgará entre muchos pueblos, y será árbitro entre naciones poderosas hasta muy lejos; y forjarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.
4 Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.
5 Pues todos los pueblos andan cada uno en el nombre de su dios, pero nosotros andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.
Israel será redimido del cautiverio
6 En aquel día, dice Jehová, reuniré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí;
7 y pondré a la coja como remanente y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora y para siempre.
8 Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sión, hasta ti vendrá la antigua soberanía, el reino de la hija de Jerusalén.
9 Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te agobia un dolor como de mujer en parto?
10 Duélete y gime, hija de Sión, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.
11 Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo cumplido en la ruina de Sión.
12 Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; pues él los junta como gavillas en la era.
13 Levántate y trilla, hija de Sión, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus pezuñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
El reinado del libertador desde Belén
5 Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara hieren en la mejilla al juez de Israel.
2 Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña para ser contada entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus orígenes son desde el principio, desde los días de la eternidad.
3 Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá a los hijos de Israel.
4 Y él estará firme, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque entonces será engrandecido hasta los fines de la tierra.
5 Y éste será nuestra paz. Cuando el asirio invada nuestra tierra, para hollar nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y ocho hombres principales;
6 y devastarán la tierra de Asiria a espada, y con sus espadas la tierra de Nimrod; y nos librará del asirio, cuando venga contra nuestra tierra a hollar nuestras fronteras.
7 El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no se esperan de varón, ni se aguardan de manos de hijos de hombres.
8 Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasa, huella y arrebata, y no hay quien libre.
9 Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos.
10 Acontecerá en aquel día, dice Jehová, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros.
11 Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas tus fortalezas.
12 Asimismo destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti más agoreros.
13 Y haré destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te inclinarás a la obra de tus manos.
14 Arrancaré tus imágenes de Aserá de en medio de ti, y destruiré tus enemigos;
15 y con ira y con furor haré venganza en las naciones, porque no prestaron oídos.
La mujer y el dragón
12 Y apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
2 Y estando encinta, grita con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
3 También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos; y en sus cabezas, siete diademas;
4 y su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
5 Y ella dio a luz un hijo varón, que va a pastorear con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono.
6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten durante mil doscientos sesenta días.
7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;
8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
10 Y oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
12 Por lo cual, alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar!, porque el diablo ha descendido a vosotros con gran furor, sabiendo que tiene poco tiempo.
13 Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.
14 Y se le dieron a la mujer dos alas de la gran águila, para que volase de la presencia de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.
15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.
16 Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.
17 Entonces el dragón se encolerizó contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.