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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Amós 7-9

Tres visiones de destrucción

El Señor Jehová me hizo ver esto: He aquí que él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío, el heno tardío después de las siegas del rey.

Y aconteció que cuando acabaron de comer la hierba de la tierra, yo dije: Señor Jehová, perdona ahora; ¿quién sostendrá a Jacob?, porque es pequeño.

Se arrepintió Jehová de esto: No será así, dijo Jehová.

Jehová el Señor me hizo ver esto: He aquí que el Señor Jehová convocaba para castigar por fuego; y consumió el gran abismo, y consumió también una parte de la tierra.

Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién sostendrá a Jacob?, porque es pequeño.

Se arrepintió Jehová de esto, y dijo Jehová el Señor: No será esto tampoco.

Me enseñó luego esto: He aquí que el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y tenía en su mano una plomada de albañil.

Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Yo respondí: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo la plomada en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más.

Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me alzaré con la espada contra la casa de Jeroboam.

Amós y Amasías

10 Entonces el sacerdote Amasías de Betel envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede soportar todas sus palabras.

11 Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio.

12 Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a la tierra de Judá, y come allí tu pan, y profetiza allí;

13 y no profetices más en Betel, porque es santuario del rey, y capital del reino.

14 Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y cultivador de sicómoros.

15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.

16 Ahora, pues, escucha una palabra de Jehová. Tú dices: No profetices contra Israel, ni vaticines contra la casa de Isaac.

17 Pues bien, así dice Jehová: Tu mujer será obligada a prostituirse en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra.

El canastillo de fruta de verano

Esto me ha mostrado el Señor Jehová: He aquí un canastillo de fruta madura.

Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Un canastillo de fruta madura. Y me dijo Jehová: Ha llegado el fin sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré ya más.

Y los cantos del templo se convertirán en aullidos en aquel día, dice el Señor Jehová; muchos serán los cadáveres; los echarán fuera en silencio, en cualquier lugar.

Hambre de la Palabra de Dios

Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra,

diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza,

para comprar a los pobres por dinero, y a los necesitados por un par de sandalias, y venderemos los desechos del trigo?

Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras.

¿No se estremecerá la tierra sobre esto? ¿No hará duelo todo habitante de ella? Subirá toda, como un río, y crecerá y mermará como el río de Egipto.

Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro.

10 Y cambiaré vuestras fiestas en llanto, y todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como en duelo por el unigénito, y su postrimería será como día aciago.

11 He aquí que vienen días, dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

12 E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente irán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.

13 En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed.

14 Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Por tu Dios, oh Dan, y: Por el camino de Beerseba, caerán, y nunca más se levantarán.

Caída del santuario de Betel

Vi al Señor que estaba de pie junto al altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse los dinteles, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al que quede de ellos lo mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape.

Los juicios del Señor son ineludibles

Aunque traten de forzar la entrada del Seol, de allá los sacará mi mano; y aunque suban hasta el cielo, de allá los haré descender.

Si se esconden en la cumbre del Carmel, allí los buscaré y los agarraré; y aunque se escondan de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá.

Y si van en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien.

El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y ésta se funde, y hacen duelo todos los que en ella moran; y la hace subir toda entera como un río, y merma luego como el río de Egipto.

El que edificó en el cielo sus altas moradas, y ha establecido su firmamento sobre la tierra; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre.

Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos?

He aquí que los ojos del Señor Jehová están sobre el reino pecador, y yo lo asolaré de sobre la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová.

Porque he aquí, yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae ni un granito en tierra.

10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No nos alcanzará ni nos agarrará el mal.

Restauración futura de Israel

11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo reedificaré como en el tiempo pasado;

12 para que reconquisten el resto de Edom, y todas las naciones sobre las cuales es invocado mi nombre, dice Jehová, que hace esto.

13 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.

14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.

15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, dice Jehová, tu Dios.

Apocalipsis 8

El séptimo sello

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.

Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.

Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.

Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y se produjeron truenos, y voces, y relámpagos, y terremotos.

Las trompetas

Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.

El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.

El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como una gran montaña ardiendo en llamas fue precipitado en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.

Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.

10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas.

11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.

12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y el día no resplandeciese en su tercera parte, y asimismo la noche.

13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay de los que moran en la tierra, a causa de los restantes toques de trompeta que están para tocar los tres ángeles!

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.