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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 132-134

Cántico de los peregrinos.

132 Señor, acuérdate de David y de todo lo que él sufrió. Él hizo un juramento ante el Señor, hizo votos al Poderoso de Jacob. No iré a mi casa y no descansaré. No cerraré los ojos, ni siquiera un parpadeo, hasta que encuentre un lugar para edificar la casa del Señor, un santuario para el Poderoso de Jacob.

En Efrata oímos hablar del cofre; dimos con él en los campos de Yagar. «Vayamos hasta la morada del Señor; postrémonos ante el estrado de sus pies». Levántate, Señor, y entra en tu santuario, con el cofre, símbolo de tu poder.

Tus sacerdotes se vestirán de salvación; ¡que tus siervos fieles canten de gozo!

10 Por amor a tu siervo David, no rechaces al rey que elegiste para tu pueblo. 11 El Señor le hizo un juramento a David, y él nunca falta a sus promesas: «Pondré uno de tus descendientes en tu trono. 12 Si tus hijos cumplen con mi pacto y con las normas que les enseñé, también sus descendientes seguirán en el trono para siempre».

13 Porque el Señor ha escogido a Sion; él decidió que ahí será su hogar: 14 «Este es mi hogar donde moraré para siempre. Aquí habitaré porque así lo deseo. 15 Bendeciré con creces sus provisiones, y saciaré de pan a sus pobres. 16 Vestiré de salvación a sus sacerdotes; sus fieles cantarán de júbilo. 17 Aumentará el poder de David, mi ungido será una luz para mi pueblo. 18 Vestiré de vergüenza a sus enemigos, pero él será un rey glorioso».

Cántico de los peregrinos. De David.

133 ¡Que admirable, que agradable es que los hermanos vivan juntos en armonía! Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras. Es tan refrescante como el rocío del monte Hermón que cae sobre los montes de Jerusalén. Donde se da esta armonía, el Señor concede bendición y vida eterna.

Cántico de los peregrinos.

134 Bendigan al Señor, todos sus siervos, ustedes que sirven por la noche en la casa del Señor. Alcen sus manos en santidad, y bendigan al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sion: el Señor que hizo el cielo y la tierra.

1 Corintios 11:17-34

La Cena del Señor

17 En esto que ahora les voy a escribir no puedo felicitarlos: me han dicho que cuando se congregan, resulta más para mal que para bien. 18 Me han informado que se arman grandes discusiones en dichas reuniones, y en parte lo creo. 19 Sin duda, debe haber grupos sectarios entre ustedes, para que se vea quiénes cuentan con la aprobación de Dios.

20 Cuando ustedes se juntan a comer, no comen la Cena del Señor 21 sino la de ustedes. Me dicen que, al comer, cada uno come su propia comida y, como resultado, algunos se quedan con hambre, mientras que otros se emborrachan. 22 ¿Es que no pueden comer y beber en casa, para así no dañar a la iglesia ni avergonzar a los que, por ser pobres, no pueden llevar alimentos? ¿Qué debo decirles en cuanto a esto? ¿Debo alabarlos? ¡Pues no señor!

23 Esto es lo que el Señor me enseñó, y que ya les transmití antes:

La noche en que Judas lo traicionó, el Señor Jesús tomó pan 24 y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo que por ustedes es entregado. Hagan esto en memoria de mí». 25 De la misma manera, tomó la copa después de haber cenado y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre. Cada vez que la beban, háganlo en memoria de mí». 26 Cada vez que comen este pan y beben de esta copa, están anunciando que Cristo murió por ustedes. Háganlo hasta que él venga.

27 Así que si alguien come de este pan y bebe de esta copa del Señor indignamente, está pecando contra el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Por eso cada uno debe examinarse antes de comer el pan y beber la copa, 29 porque si come de este pan y bebe de esta copa sin pensar en el cuerpo de Cristo, come y bebe para su propio juicio. 30 Esa es la razón por la que tantos de ustedes están débiles y enfermos, y varios han muerto. 31 Si nos examinamos cuidadosamente antes de comer, no tenemos por qué ser juzgados. 32 Pero el Señor nos juzga y disciplina para que no seamos condenados con el resto del mundo.

33 En fin, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros. 34 El que tenga hambre, coma en su casa, para que Dios no los castigue por lo que hacen en sus reuniones.

Las demás cuestiones las hablaremos cuando vaya a verlos.

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