Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 57-59

Para el director del coro: salmo[a] de David, acerca de cuando huyó de Saúl y entró en una cueva. Cántese con la melodía de «¡No destruyas!».

57 ¡Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia!
    En ti busco protección.
Me esconderé bajo la sombra de tus alas
    hasta que haya pasado el peligro.
Clamo al Dios Altísimo,[b]
    a Dios, quien cumplirá su propósito para mí.
Él mandará ayuda del cielo para rescatarme,
    y avergonzará a los que me persiguen. Interludio
Mi Dios enviará su amor inagotable y su fidelidad.

Me rodean leones feroces
    que con avidez devoran a sus presas humanas;
sus dientes penetran como lanzas y flechas,
    y sus lenguas cortan como espadas.

¡Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos!
    Que tu gloria brille sobre toda la tierra.

Mis enemigos me tendieron una trampa;
    estoy cansado de tanta angustia.
Cavaron un pozo profundo en mi camino,
    pero ellos mismos cayeron en la trampa. Interludio

Mi corazón está confiado en ti, oh Dios;
    mi corazón tiene confianza.
    ¡Con razón puedo cantar tus alabanzas!
¡Despiértate, corazón mío!
    ¡Despiértense, lira y arpa!
    Con mi canto despertaré al amanecer.
Te daré gracias, Señor, en medio de toda la gente;
    cantaré tus alabanzas entre las naciones.
10 Pues tu amor inagotable es tan alto como los cielos;
    tu fidelidad alcanza las nubes.

11 Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos;
    que tu gloria brille sobre toda la tierra.

Para el director del coro: salmo[c] de David; cántese con la melodía de «¡No destruyas!».

58 Gobernantes,[d] ¿saben acaso el significado de la palabra justicia?
    ¿Juzgan a la gente con imparcialidad?
¡No! En el corazón traman injusticia
    y desparraman violencia por toda la tierra.
Estos malvados son pecadores de nacimiento;
    desde que nacieron mienten y siguen su propio camino.
Escupen veneno como serpientes mortíferas;
    son como cobras que se niegan a escuchar,
y hacen oídos sordos a las melodías de los encantadores de serpientes,
    aunque toquen con mucha destreza.

¡Quiébrales los colmillos, oh Dios!
    ¡Destrózales las mandíbulas a estos leones, oh Señor!
Que desaparezcan como agua en tierra sedienta;
    que sean inútiles las armas en sus manos.[e]
Que sean como caracoles que se disuelven y se hacen baba,
    como un niño que nace muerto y que nunca verá el sol.
Dios los barrerá a todos, tanto a jóvenes como a ancianos,
    más rápido de lo que se calienta una olla sobre espinos ardientes.

10 Los justos se alegrarán cuando vean la injusticia vengada;
    se lavarán los pies en la sangre de los perversos.
11 Entonces, por fin, todos dirán:
    «Es verdad que hay recompensa para los que viven para Dios;
    es cierto que existe un Dios que juzga con justicia aquí en la tierra».

Para el director del coro: salmo[f] de David, acerca de cuando Saúl envió soldados a vigilar la casa de David para matarlo. Cántese con la melodía de «¡No destruyas!».

59 Rescátame de mis enemigos, oh Dios;
    protégeme de los que han venido a destruirme.
Rescátame de estos criminales;
    sálvame de estos asesinos.
Me han tendido una emboscada.
    Enemigos feroces están a la espera, Señor,
    aunque yo no pequé ni los he ofendido.
No hice nada malo,
    sin embargo, se preparan para atacarme.
    ¡Despierta! ¡Mira lo que sucede y ayúdame!
Oh Señor, Dios de los Ejércitos Celestiales, el Dios de Israel,
    despierta y castiga a esas naciones hostiles;
    no tengas misericordia de los traidores malvados. Interludio

Salen de noche
    gruñendo como perros feroces
    mientras merodean por las calles.
Escucha la basura que sale de sus bocas;
    sus palabras cortan como espadas.
    Dicen con desdén: «Después de todo, ¿quién puede oírnos?».
Pero tú Señor, te ríes de ellos;
    te burlas de las naciones hostiles.
Tú eres mi fuerza; espero que me rescates,
    porque tú, oh Dios, eres mi fortaleza.
10 En su amor inagotable, mi Dios estará a mi lado
    y me dejará mirar triunfante a todos mis enemigos.

11 No los mates, porque mi pueblo pronto olvida esa clase de lecciones;
    hazlos tambalear con tu poder y ponlos de rodillas,
    oh Señor, escudo nuestro.
12 Debido a las cosas pecaminosas que dicen
    y a la maldad que está en sus labios,
haz que queden atrapados por su orgullo,
    por sus maldiciones y por sus mentiras.
13 ¡Destrúyelos en tu enojo!
    ¡Arrásalos por completo!
Entonces todo el mundo sabrá
    que Dios reina en Israel.[g] Interludio

14 Mis enemigos salen de noche
    gruñendo como perros feroces
    mientras merodean por las calles.
15 Escarban en busca de comida,
    pero se van a dormir insatisfechos.[h]

16 En cuanto a mí, yo cantaré de tu poder;
    cada mañana cantaré con alegría acerca de tu amor inagotable.
Pues tú has sido mi refugio,
    un lugar seguro cuando estoy angustiado.
17 Oh Fortaleza mía, a ti canto alabanzas,
    porque tú, oh Dios, eres mi refugio,
    el Dios que me demuestra amor inagotable.

Romanos 4

La fe de Abraham

Humanamente hablando, Abraham fue el fundador de nuestra nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser justo ante Dios? Que si sus buenas acciones le hubieran servido para que Dios lo aceptara, habría tenido de qué jactarse; pero esa no era la forma de actuar de Dios. Pues las Escrituras nos dicen: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe»[a].

Cuando la gente trabaja, el salario que recibe no es un regalo sino algo que se ha ganado; pero la gente no es considerada justa por sus acciones sino por su fe en Dios, quien perdona a los pecadores. David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzos para lograrlo:

«Oh, qué alegría para aquellos
    a quienes se les perdona la desobediencia,
    a quienes se les cubren los pecados.
Sí, qué alegría para aquellos
    a quienes el Señor les borró el pecado de su cuenta»[b].

Ahora bien, ¿es esta bendición solamente para los judíos o es también para los gentiles[c] incircuncisos?[d] Como venimos diciendo, Dios consideró a Abraham justo debido a su fe. 10 ¿Pero cómo sucedió esto? ¿Se le consideró justo solo después de ser circuncidado o fue antes? ¡Es evidente que Dios aceptó a Abraham antes de que fuera circuncidado!

11 La circuncisión era una señal de que Abraham ya tenía fe y de que Dios ya lo había aceptado y declarado justo aun antes de que fuera circuncidado. Por lo tanto, Abraham es el padre espiritual de los que tienen fe pero no han sido circuncidados. A ellos se les considera justos debido a su fe. 12 Y Abraham también es el padre espiritual de los que han sido circuncidados, pero solo si tienen la misma clase de fe que tenía Abraham antes de ser circuncidado.

13 Obviamente, la promesa que Dios hizo de dar toda la tierra a Abraham y a sus descendientes no se basaba en la obediencia de Abraham a la ley sino en una relación correcta con Dios, la cual viene por la fe. 14 Si la promesa de Dios es solo para los que obedecen la ley, entonces la fe no hace falta y la promesa no tiene sentido. 15 Pues la ley siempre trae castigo para los que tratan de obedecerla. (¡La única forma de no violar la ley es no tener ninguna ley para violar!).

16 Así que la promesa se recibe por medio de la fe. Es un regalo inmerecido. Y, vivamos o no de acuerdo con la ley de Moisés, todos estamos seguros de recibir esta promesa si tenemos una fe como la de Abraham, quien es el padre de todos los que creen. 17 A eso se refieren las Escrituras cuando citan lo que Dios le dijo: «Te hice padre de muchas naciones»[e]. Eso sucedió porque Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y crea cosas nuevas de la nada.

18 Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa es la cantidad de descendientes que tendrás»[f]. 19 Y la fe de Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos cien años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el vientre de Sara.

20 Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios. 21 Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete. 22 Y, debido a su fe, Dios lo consideró justo. 23 Y el hecho de que Dios lo considerara justo no fue solo para beneficio de Abraham, sino que quedó escrito 24 también para nuestro beneficio, porque nos asegura que Dios nos considerará justos a nosotros también si creemos en él, quien levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor. 25 Él fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados, y resucitado para hacernos justos a los ojos de Dios.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.