Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 4-6

Para el director del coro: salmo de David; acompáñese con instrumentos de cuerda.

Respóndeme cuando clamo a ti,
    oh Dios, tú que me declaras inocente.
Libérame de mis problemas;
    ten misericordia de mí y escucha mi oración.

¿Hasta cuándo, señores, arruinarán mi reputación?
    ¿Hasta cuándo harán acusaciones infundadas contra mí?
    ¿Hasta cuándo seguirán con sus mentiras? Interludio
De algo pueden estar seguros:
    el Señor ha separado para sí a los justos;
    el Señor me responderá cuando lo llame.

No pequen al dejar que el enojo los controle;
    reflexionen durante la noche y quédense en silencio. Interludio
Ofrezcan sacrificios con un espíritu correcto
    y confíen en el Señor.

Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará tiempos mejores?».
    Haz que tu rostro nos sonría, oh Señor.
Me has dado más alegría
    que los que tienen cosechas abundantes de grano y de vino nuevo.
En paz me acostaré y dormiré,
    porque solo tú, oh Señor, me mantendrás a salvo.

Para el director del coro: salmo de David; acompáñese con flauta.

Oh Señor, óyeme cuando oro;
    presta atención a mi gemido.
Escucha mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios,
    porque solo a ti dirijo mi oración.
Señor, escucha mi voz por la mañana;
    cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.

Oh Dios, la maldad no te agrada;
    no puedes tolerar los pecados de los malvados.
Por lo tanto, los orgullosos no pueden estar en tu presencia,
    porque aborreces a todo el que hace lo malo.
Destruirás a los que dicen mentiras;
    el Señor detesta a los asesinos y a los engañadores.

Gracias a tu amor inagotable, puedo entrar en tu casa;
    adoraré en tu templo con la más profunda reverencia.
Guíame por el camino correcto, oh Señor,
    o mis enemigos me conquistarán;
allana tu camino para que yo lo siga.

Mis enemigos no pueden decir la verdad;
    su deseo más profundo es destruir a los demás.
Lo que hablan es repugnante, como el mal olor de una tumba abierta;
    su lengua está llena de adulaciones.[a]
10 Oh Dios, decláralos culpables
    y haz que caigan en sus propias trampas;
expúlsalos a causa de sus muchos pecados,
    porque se rebelaron contra ti.

11 Pero que se alegren todos los que en ti se refugian;
    que canten alegres alabanzas por siempre.
Cúbrelos con tu protección,
    para que todos los que aman tu nombre estén llenos de alegría.
12 Pues tú bendices a los justos, oh Señor;
    los rodeas con tu escudo de amor.

Para el director del coro: salmo de David; acompáñese con instrumento de ocho cuerdas.[b]

Oh Señor, no me reprendas en tu enojo
    ni me disciplines en tu ira.
Ten compasión de mí, Señor, porque soy débil;
    sáname, Señor, porque mis huesos agonizan.
Mi corazón está angustiado;
    ¿cuánto falta, oh Señor, para que me restaures?

Vuelve, oh Señor, y rescátame;
    por tu amor inagotable, sálvame.
Pues los muertos no se acuerdan de ti;
    ¿quién puede alabarte desde la tumba[c]?

Estoy agotado de tanto llorar.
    Toda la noche inundo mi cama con llanto;
    la empapo con mis lágrimas.
El dolor me nubla la vista;
    tengo los ojos gastados a causa de todos mis enemigos.

Váyanse, todos ustedes que hacen el mal,
    porque el Señor ha oído mi llanto.
El Señor ha escuchado mi ruego;
    el Señor responderá a mi oración.
10 Que todos mis enemigos sean deshonrados y aterrorizados;
    que retrocedan de golpe, avergonzados.

Hechos 17:16-34

Pablo predica en Atenas

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se indignó profundamente al ver la gran cantidad de ídolos que había por toda la ciudad. 17 Iba a la sinagoga para razonar con los judíos y con los gentiles[a] temerosos de Dios y hablaba a diario en la plaza pública con todos los que estuvieran allí.

18 También debatió con algunos filósofos epicúreos y estoicos. Cuando les habló acerca de Jesús y de su resurrección, ellos dijeron: «¿Qué trata de decir este charlatán con esas ideas raras?». Otros decían: «Parece que predica de unos dioses extranjeros».

19 Entonces lo llevaron al Concilio Supremo de la ciudad.[b] «Ven y háblanos sobre esta nueva enseñanza—dijeron—. 20 Dices cosas bastante extrañas y queremos saber de qué se trata». 21 (Cabe explicar que todos los atenienses, al igual que los extranjeros que están en Atenas, al parecer pasan todo el tiempo discutiendo las ideas más recientes).

22 Entonces Pablo, de pie ante el Concilio,[c] les dirigió las siguientes palabras: «Hombres de Atenas, veo que ustedes son muy religiosos en todo sentido, 23 porque mientras caminaba observé la gran cantidad de lugares sagrados. Y uno de sus altares tenía la siguiente inscripción: “A un Dios Desconocido”. Este Dios, a quien ustedes rinden culto sin conocer, es de quien yo les hablo.

24 »Él es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ya que es el Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos hechos por hombres, 25 y las manos humanas no pueden servirlo, porque él no tiene ninguna necesidad. Él es quien da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad. 26 De un solo hombre[d] creó todas las naciones de toda la tierra. De antemano decidió cuándo se levantarían y cuándo caerían, y determinó los límites de cada una.

27 »Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque él no está lejos de ninguno de nosotros. 28 Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus[e] propios poetas: “Nosotros somos su descendencia”. 29 Y, como esto es cierto, no debemos pensar en Dios como un ídolo diseñado por artesanos y hecho de oro, plata o piedra.

30 »En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él. 31 Pues él ha fijado un día para juzgar al mundo con justicia por el hombre que él ha designado, y les demostró a todos quién es ese hombre al levantarlo de los muertos».

32 Cuando oyeron a Pablo hablar acerca de la resurrección de los muertos, algunos se rieron con desprecio, pero otros dijeron: «Queremos oír más sobre este tema más tarde». 33 Con esto terminó el diálogo de Pablo con ellos, 34 pero algunos se unieron a él y se convirtieron en creyentes. Entre ellos estaban Dionisio—un miembro del Concilio[f]—, una mujer llamada Dámaris y varios más.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.