Old/New Testament
15 Y FUÉ el espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed;
2 Y salió al encuentro á Asa, y díjole: Oidme, Asa, y todo Judá y Benjamín: Jehová es con vosotros, si vosotros fueres con él: y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.
3 Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote, y sin enseñador y sin ley:
4 Mas cuando en su tribulación se convirtieron á Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fué hallado de ellos.
5 En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba, ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitadores de las tierras.
6 Y la una gente destruía á la otra, y una ciudad á otra ciudad: porque Dios los conturbó con todas calamidades.
7 Esforzaos empero vosotros, y no desfallezcan vuestras manos; que salario hay para vuestra obra.
8 Y como oyó Asa las palabras y profecía de Obed profeta, fué confortado, y quitó las abominaciones de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que él había tomado en el monte de Ephraim; y reparó el altar de Jehová que estaba delante del pórtico de Jehová.
9 Después hizo juntar á todo Judá y Benjamín, y con ellos los extranjeros de Ephraim, y de Manasés, y de Simeón: porque muchos de Israel se habían pasado á él, viendo que Jehová su Dios era con él.
10 Juntáronse pues en Jerusalem en el mes tercero del año décimoquinto del reinado de Asa.
11 Y en aquel mismo día sacrificaron á Jehová, de los despojos que habían traído, setecientos bueyes y siete mil ovejas.
12 Y entraron en concierto de que buscarían á Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma;
13 Y que cualquiera que no buscase á Jehová el Dios de Israel, muriese, grande ó pequeño, hombre ó mujer.
14 Y juraron á Jehová con gran voz y júbilo, á son de trompetas y de bocinas:
15 Del cual juramento todos los de Judá se alegraron; porque de todo su corazón lo juraban, y de toda su voluntad lo buscaban: y fué hallado de ellos; y dióles Jehová reposo de todas partes.
16 Y aun á Maachâ madre del rey Asa, él mismo la depuso de su dignidad, porque había hecho un ídolo en el bosque: y Asa deshizo su ídolo, y lo desmenuzó, y quemó en el torrente de Cedrón.
17 Mas con todo eso los altos no eran quitados de Israel, aunque el corazón de Asa fué perfecto mientras vivió.
18 Y metió en la casa de Dios lo que su padre había dedicado, y lo que él había consagrado, plata y oro y vasos.
19 Y no hubo guerra hasta los treinta y cinco años del reinado de Asa.
16 EN el año treinta y seis del reinado de Asa, subió Baasa rey de Israel contra Judá, y edificó á Rama, para no dejar salir ni entrar á ninguno al rey Asa, rey de Judá.
2 Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió á Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:
3 Haya alianza entre mí y ti, como la hubo entre mi padre y tu padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, á fin de que se retire de mí.
4 Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos á la ciudades de Israel: y batieron á Ion, Dan, y Abel-maim, y las ciudades fuertes de Nephtalí.
5 Y oyendo esto Baasa, cesó de edificar á Rama, y dejó su obra.
6 Entonces el rey Asa tomó á todo Judá, y lleváronse de Rama la piedra y madera con que Baasa edificaba, y con ella edificó á Gibaa y Mizpa.
7 En aquel tiempo vino Hanani vidente á Asa rey de Judá, y díjole: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.
8 Los Etiopes y los Libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y muy mucha gente de á caballo? con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos.
9 Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para corroborar á los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí adelante habrá guerra contra ti.
10 Y enojado Asa contra el vidente, echólo en la casa de la cárcel, porque fué en extremo conmovido á causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo algunos del pueblo.
11 Mas he aquí, los hechos de Asa, primeros y postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
12 Y el año treinta y nueve de su reinado enfermó Asa de los pies para arriba, y en su enfermedad no buscó á Jehová, sino á los médicos.
13 Y durmió Asa con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado.
14 Y sepultáronlo en sus sepulcros que él había hecho para sí en la ciudad de David;
27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora. Mas por esto he venido en esta hora.
28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
29 Y la gente que estaba presente, y había oído, decía que había sido trueno. Otros decían: Angel le ha hablado.
30 Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, mas por causa de vosotros.
31 Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, á todos traeré á mí mismo.
33 Y esto decía dando á entender de qué muerte había de morir.
34 Respondióle la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre: ¿cómo pues dices tú: Conviene que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?
35 Entonces Jesús les dice: Aun por un poco estará la luz entre vosotros: andad entre tanto que tenéis luz, porque no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y fuése, y escondióse de ellos.
37 Empero habiendo hecho delante de ellos tantas señales, no creían en él.
38 Para que se cumpliese el dicho que dijo el profeta Isaías: ¿Señor, quién ha creído á nuestro dicho? ¿Y el brazo del Señor, á quién es revelado?
39 Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías:
40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Porque no vean con los ojos, y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.
41 Estas cosas dijo Isaías cuando vió su gloria, y habló de él.
42 Con todo eso, aun de los príncipes, muchos creyeron en él; mas por causa de los Fariseos no lo confesaban, por no ser echados de la sinagoga.
43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
44 Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
45 Y el que me ve, ve al que me envió.
46 Yo la luz he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
47 Y el que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido á juzgar al mundo, sino á salvar al mundo.
48 El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
49 Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
50 Y sé que su mandamiento es vida eterna: así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.