Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
1 Crónicas 13-15

Traslado del Arca (13—17)

Traslado del Arca a Jerusalén (2 Sm 6,2-11)

13 David consultó a todos los capitanes y mandos de millares y centurias y propuso a toda la asamblea de Israel:

— Si les parece bien, y Dios nuestro Señor lo permite, vamos a avisar a nuestros compatriotas de todas las regiones de Israel, junto con los sacerdotes y levitas que viven en sus ciudades y aldeas, a que se reúnan con nosotros para traer a nuestro lado el Arca de nuestro Dios, pues durante el reinado de Saúl no nos hemos preocupado de ella.

Toda la asamblea aprobó el proyecto, pues la idea agradaba a toda la gente.

David convocó a todo Israel, desde el torrente Sijor en los límites de Egipto hasta la entrada de Jamat, para traer desde Quiriat Jearín el Arca de Dios. David subió, pues, con todo Israel a Baalá, es decir, Quiriat Jearín, de Judá, para subir desde allí el Arca de Dios, sobre la que se invoca el nombre del Señor todopoderoso entronizado sobre querubines. Cargaron el Arca de Dios desde la casa de Abinadab en una carreta nueva, en la que iban conduciendo Uzá y Ajió. David y todo Israel iban bailando ante Dios con todas sus fuerzas y cantando al son de cítaras, arpas, panderos, timbales y trompetas. Cuando llegaron a la era de Quidón, los bueyes tropezaron y Uzá tendió la mano para sujetar el Arca. 10 Pero el Señor se enfureció con Uzá, lo fulminó por haber tendido su mano sobre el Arca y murió allí mismo ante él. 11 David se disgustó porque el Señor había mandado a Uzá a la fosa y llamó a aquel lugar Fares Uzá, nombre que perdura hasta el día de hoy. 12 David sintió miedo del Señor aquel día y se dijo:

— ¿Cómo voy a llevar conmigo el Arca de Dios?

13 Por ello, no se llevó consigo el Arca a la ciudad de David y la dejó en casa de Obededón, el de Gat. 14 El Arca de Dios permaneció tres meses en casa de Obededón, el de Gat, y el Señor bendijo a la familia de Obededón y todas sus posesiones.

David en Jerusalén (2 Sm 5,11-16)

14 Jirán, rey de Tiro, envió emisarios a David con madera de cedro, albañiles y carpinteros, para construirle un palacio. Entonces David comprendió que el Señor lo había consolidado como rey de Israel y que había engrandecido su reino por amor a su pueblo Israel.

David tomó en Jerusalén otras esposas y tuvo nuevos hijos e hijas. He aquí los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Jibjar, Elisúa, Elpélet, Nogá, Néfeg, Jafía, Elisamá, Beelyadá y Elifélet.

Victorias sobre los filisteos (2 Sm 5,17-25)

Cuando los filisteos oyeron que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos para atacarlo. David se enteró y salió a su encuentro. Los filisteos llegaron e invadieron el valle de Refaín. 10 Entonces David consultó a Dios:

— ¿Debo atacar a los filisteos? ¿Me los vas a entregar?

El Señor le respondió:

— Atácalos, que yo los pondré en tus manos.

11 Los filisteos subieron a Baal Faresín y David los derrotó allí. Entonces dijo:

— Con mi intervención Dios ha abierto brecha entre mis enemigos, como una vía de agua.

Por eso aquel lugar se llama Baal Faresín. 12 Los filisteos abandonaron allí a sus dioses y David los mandó quemar.

13 Los filisteos volvieron a insistir e invadieron el valle. 14 David consultó de nuevo a Dios que le respondió:

— No ataques de frente. Primero rodéalos por detrás y luego atácalos por el lado de las moreras. 15 Y cuando oigas rumor de pasos por encima de las moreras, entonces lánzate al ataque, pues en ese momento Dios saldrá delante de ti para derrotar al ejército filisteo.

16 David actuó como Dios le había ordenado y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta la entrada de Guézer. 17 La fama de David corrió por todos los países y el Señor lo hizo temible a todas las naciones.

Preparativos para el Arca

15 David se construyó edificios en la Ciudad de David. Luego preparó un lugar para el Arca de Dios y le levantó una Tienda. Entonces David ordenó:

— Sólo los levitas podrán transportar el Arca de Dios, pues a ellos los ha elegido el Señor para transportar su Arca y servirle siempre.

Luego convocó en Jerusalén a todo Israel para trasladar el Arca del Señor al lugar que le había preparado. Reunió también a los descendientes de Aarón y a los levitas: Uriel al frente de ciento veinte parientes descendientes de Queat; Asaías al frente de doscientos veinte parientes descendientes de Merarí; Joel al frente de ciento treinta parientes descendientes de Guersón; Semaías al frente de doscientos parientes descendientes de Elisafán; Eliel al frente de ochenta parientes descendientes de Hebrón; 10 y Aminadab al frente de ciento doce parientes descendientes de Uziel. 11 David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, 12 y les dijo:

— Ustedes, que son los jefes de los clanes levitas, habrán de purificarse, junto con sus parientes, para poder trasladar el Arca del Señor, Dios de Israel al lugar que le he preparado; 13 pues por no estar ustedes la vez anterior, el Señor nuestro Dios nos castigó, porque no cumplimos con la norma.

14 Los sacerdotes y levitas se purificaron para poder trasladar el Arca del Señor Dios de Israel.

15 Los levitas cargaron el Arca de Dios con los varales sobre sus hombros, como lo había dispuesto Moisés por orden del Señor. 16 David ordenó también a los jefes de los levitas que organizasen a sus parientes cantores con instrumentos musicales, salterios, cítaras y platillos, para que los tocasen con ímpetu y júbilo. 17 Los levitas eligieron a Hemán, hijo de Joel, y a sus parientes Asaf, hijo de Berequías, y Etán, hijo de Cusaías y descendiente de Merarí. 18 Y con ellos, como porteros, a sus parientes de segundo orden: Zacarías, Aziel, Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Benaías, Maasías, Matatías, Eliflehu, Micneías, Obededón y Jeiel. 19 Los cantores Hemán, Asaf y Etán tocaban los platillos de bronce. 20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Maasías y Benaías tocaban los salterios en tonos agudos. 21 Matatías, Eliflehu, Micneías, Obededón, Jeiel y Azazías tocaban cítaras en tonos graves para entonar los cantos. 22 Quenanías, jefe de los levitas encargados del transporte, dirigía el traslado, pues era muy experto. 23 Berequías y Elcaná eran los guardianes del Arca. 24 Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer tocaban las trompetas ante el Arca de Dios; y Obededón y Jejías eran también guardianes del Arca.

Reanudación del traslado (2 Sm 6,14-16)

25 Entonces David con los ancianos de Israel y los capitanes del ejército fueron a trasladar el Arca de Dios desde la casa de Obededón con gran alegría. 26 Y como Dios protegía a los levitas portadores del Arca de la alianza, se sacrificaron siete novillos y siete carneros. 27 David iba revestido de un manto de lino, como todos los levitas portadores del Arca, los músicos y Quenanías, el director del traslado. David llevaba también una túnica de lino. 28 Todo Israel subía el Arca de la alianza del Señor entre vítores, al son de cuernos, trompetas y platillos, y haciendo sonar arpas y cítaras. 29 Cuando el Arca de la alianza del Señor entraba en la ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, que estaba asomada a la ventana, vio al rey David brincando y bailando, y sintió un profundo desprecio por él.

Juan 7:1-27

La fiesta de las Chozas

Pasó algún tiempo, y Jesús seguía recorriendo Galilea. Evitaba andar por Judea, porque los judíos buscaban una ocasión para matarlo. Cuando ya estaba cerca la fiesta judía de las Chozas, sus hermanos le dijeron:

— Deberías salir de aquí e ir a Judea, para que tus seguidores puedan ver también allí las obras que haces. Nadie que pretenda darse a conocer actúa secretamente. Si en realidad haces cosas tan extraordinarias, date a conocer al mundo.

Y es que ni siquiera sus hermanos creían en él. Jesús les dijo:

— Todavía no ha llegado mi hora; para ustedes, en cambio, cualquier tiempo es apropiado. El mundo no tiene motivos para odiarlos a ustedes; a mí, en cambio, me odia porque pongo de manifiesto la malicia de sus obras. Suban ustedes a la fiesta. Yo no voy a esta fiesta pues aún no ha llegado mi hora.

Dicho esto, se quedó en Galilea.

10 Más tarde, cuando sus hermanos habían subido a la fiesta, acudió también Jesús; pero no públicamente, sino de incógnito. 11 Los judíos lo buscaban entre los asistentes a la fiesta y se preguntaban:

— ¿Dónde estará ese hombre?

12 Y también entre la gente todo eran comentarios en torno a él. Unos decían:

— Es un hombre bueno.

Otros replicaban:

— De bueno, nada; lo que hace es engañar a la gente.

13 Nadie, sin embargo, se atrevía a hablar de él públicamente por miedo a los judíos.

Jesús enseña en el Templo

14 Mediada ya la fiesta, Jesús se presentó en el Templo y se puso a enseñar. 15 Los judíos, sorprendidos, se preguntaban:

— ¿Cómo es posible que este hombre sepa tantas cosas sin haber estudiado?

16 Jesús les contestó:

— La doctrina que yo enseño no es mía; es de aquel que me ha enviado. 17 El que está dispuesto a hacer la voluntad del que me ha enviado, podrá comprobar si lo que yo enseño es cosa de Dios o si hablo por cuenta propia. 18 El que habla por su cuenta, lo que va buscando es su propio honor. En cambio, quien solamente busca el honor de aquel que lo envió, es un hombre sincero y no hay falsedad en él. 19 ¿No fue Moisés quien les dio la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la cumple. ¿Por qué quieren matarme?

20 La gente le contestó:

— ¡Tú tienes un demonio dentro! ¿Quién intenta matarte?

21 Jesús replicó:

— He realizado una obra y todos se han quedado sorprendidos. 22 Pues bien, Moisés les impuso a ustedes el rito de la circuncisión (aunque en realidad no proviene de Moisés, sino de los patriarcas) y, para cumplirlo, ustedes circuncidan aunque sea en sábado. 23 Si, pues, circuncidan incluso en sábado para no quebrantar una ley impuesta por Moisés, ¿por qué se indignan tanto contra mí que he curado por completo a una persona en sábado? 24 No deben juzgar según las apariencias; deben juzgar con rectitud.

Discusiones sobre Jesús

25 Así que algunos habitantes de Jerusalén comentaban:

— ¿No es este al que desean matar? 26 Resulta que está hablando en público y nadie le dice ni una palabra. ¿Será que nuestros jefes han reconocido que verdaderamente se trata del Mesías? 27 Pero cuando aparezca el Mesías, nadie sabrá de dónde viene; en cambio, sí sabemos de dónde viene este.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España