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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
1 Crónicas 10-12

Muerte de Saúl y de sus hijos

10 Los filisteos pelearon contra Israel; y huyeron delante de ellos los israelitas, y cayeron heridos en el monte de Gilboa.

Y los filisteos siguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron los filisteos a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.

Y arreciando la batalla contra Saúl, le alcanzaron los flecheros, y fue herido por los flecheros.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan esos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada y se echó sobre ella.

Cuando su escudero vio a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada y se mató.

Así murieron Saúl y sus tres hijos; y toda su casa murió juntamente con él.

Y viendo todos los de Israel que habitaban en el valle, que habían huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, dejaron sus ciudades y huyeron, y vinieron los filisteos y habitaron en ellas.

Sucedió al día siguiente, que al venir los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte de Gilboa.

Y luego que le despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar las nuevas a sus ídolos y al pueblo.

10 Y pusieron sus armas en el templo de sus dioses, y colgaron la cabeza en el templo de Dagón.

11 Y oyendo todos los de Jabés de Galaad lo que los filisteos habían hecho de Saúl,

12 se levantaron todos los hombres valientes, y tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos, y los trajeron a Jabés; y enterraron sus huesos debajo de una encina en Jabés, y ayunaron siete días.

13 Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina,

14 y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y transfirió el reino a David hijo de Isay.

David es proclamado rey de Israel

11 Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne.

Ya de antes, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo.

Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová por medio de Samuel.

David toma la fortaleza de Sión

Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebús; y los jebuseos habitaban en aquella tierra.

Y los moradores de Jebús dijeron a David: No entrarás acá. Mas David tomó la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David.

Y David había dicho: El que primero derrote a los jebuseos será cabeza y jefe. Entonces Joab hijo de Sarvia subió el primero, y fue hecho jefe.

Y David habitó en la fortaleza, y por esto la llamaron la Ciudad de David.

Y edificó la ciudad alrededor, desde Miló hasta el muro; y Joab reparó el resto de la ciudad.

Y David iba progresando y medrando, y Jehová de los ejércitos estaba con él.

Los valientes de David

10 He aquí los jefes de los valientes que David tuvo, y los que le ayudaron en su reino, con todo el pueblo, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová.

11 Esta es la lista de los héroes que David tuvo: Jasobam hijo de Hacmoní, caudillo de los treinta, el cual blandió su lanza una vez contra trescientos, a los cuales mató.

12 Tras de éste estaba Eleazar hijo de Dodó, ahohíta, el cual era de los tres héroes.

13 Éste estuvo con David en Pasdamim, donde los filisteos se habían concentrado para la batalla; y había allí una parcela de tierra llena de cebada, y huyendo el pueblo delante de los filisteos,

14 se pusieron ellos en medio de la parcela y la defendieron, y vencieron a los filisteos, porque Jehová los favoreció con una gran victoria.

15 Y tres de los treinta principales descendieron a la peña a David, a la cueva de Adulam, estando el campamento de los filisteos en el valle de Refaím.

16 David estaba entonces en la fortaleza, y había entonces guarnición de los filisteos en Belén.

17 David deseó entonces, y dijo: ¡Quién me diera de beber de las aguas del pozo de Belén, que está a la puerta!

18 Y aquellos tres rompieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que está a la puerta, y la tomaron y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, y dijo:

19 Guárdeme mi Dios de hacer esto. ¿Había yo de beber la sangre y la vida de estos varones, que con peligro de sus vidas la han traído? Y no la quiso beber. Esto hicieron aquellos tres valientes.

20 Y Abisay, hermano de Joab, era jefe de los treinta, el cual blandió su lanza contra trescientos y los mató, y ganó renombre entre los tres.

21 Fue el más ilustre de los treinta, y fue el jefe de ellos, pero no igualó a los tres primeros.

22 Benaía hijo de Joyadá, hijo de un varón valiente de Cabseel, de grandes hazañas; él venció a los dos leones de Moab; también descendió y mató a un león en medio de un foso, en tiempo de nieve.

23 Él mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor, mas él descendió con un bastón, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza.

24 Esto hizo Benaía hijo de Joyadá, y fue nombrado entre los tres valientes.

25 Y fue el más distinguido de los treinta, pero no igualó a los tres primeros. A éste puso David en su guardia personal.

26 Y los valientes de los ejércitos; Asael hermano de Joab, Elhanán hijo de Dodó de Belén,

27 Samot harodita, Heles pelonita;

28 Irá hijo de Iqués tecoíta, Abiézer anatotita,

29 Sibecay husatita, Ilay ahohíta,

30 Maharay netofatita, Héled hijo de Baaná netofatita,

31 Itay hijo de Ribay, de Gabaá de los hijos de Benjamín, Benaía piratonita,

32 Huray del río Gaás, Abiel arbatita,

33 Azmávet barhumita, Elyabá saalbonita,

34 los hijos de Hasem gizonita, Jonatán hijo de Sagé ararita,

35 Ahiam hijo de Sacar ararita, Elifal hijo de Ur,

36 Héfer mequeratita, Ahías pelonita,

37 Hezro carmelita, Naaray hijo de Ezbay,

38 Joel hermano de Natán, Mibhar hijo de Hagrí,

39 Sélec amonita, Naheray beerotita, escudero de Joab hijo de Sarvia,

40 Irá itrita, Gareb itrita,

41 Urías heteo, Zabad hijo de Ahlay,

42 Adiná hijo de Sizá rubenita, príncipe de los rubenitas, y con él treinta,

43 Hanán hijo de Maacá, Josafat mitnita,

44 Uzías astarotita, Sama y Jehiel hijos de Hotam aroerita;

45 Jediael hijo de Simrí, y Johá su hermano, tizita,

46 Eliel mahavita, Jeribay y Josavía hijos de Elnaam, Itmá moabita,

47 Eliel, Obed, y Jaasiel, de Sobá.

El ejército de David

12 Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra.

Manejaban el arco lo mismo con la mano derecha que con la izquierda, y con ambas manos tiraban piedras con honda. De los hermanos de Saúl benjaminita,

el jefe era Ahiezer, después Joás, hijos de Semaá gabaatita; Jeziel y Pélet hijos de Azmávet; Beracá y Jehú anatotitas,

Ismaías gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita,

Eluzay, Jerimot, Bealías, Serrarías, Sefatías harufita,

Elcaná, Isías, Azareel, Joezer y Jasobam, coreítas,

y Joelá y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor.

También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros en escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas.

Ezer el primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero,

10 Mismaná el cuarto, Irmeyá el quinto,

11 Atay el sexto, Eliel el séptimo,

12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno,

13 Jeremías el décimo y Macbanay el undécimo.

14 Éstos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil.

15 Éstos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado por todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente.

16 Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte.

17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón irá a una con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande.

18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isay. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

19 También se pasaron a David algunos de Manasés, cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl (pero David no les ayudó, porque los jefes de los filisteos, habido consejo, lo despidieron, diciendo: Con peligro de nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl).

20 Así que viniendo él a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés, Adná, Jozabad, Jediael, Miguel, Jozabad, Eliú y Ziletay, príncipes de millares de los de Manasés.

21 Éstos ayudaron a David contra la banda de merodeadores, pues todos ellos eran hombres valientes, y fueron capitanes en el ejército.

22 Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejército de Dios.

23 Y este es el número de los principales que estaban listos para la guerra, y vinieron a David en Hebrón para transferirle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehová:

24 De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, listos para la guerra.

25 De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres, valientes y esforzados para la guerra.

26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos;

27 asimismo Joyadá, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos,

28 y Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós de los principales de la casa de su padre.

29 De los hijos de Benjamín hermanos de Saúl, tres mil; porque hasta entonces muchos de ellos se mantenían fieles a la casa de Saúl.

30 De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, muy valientes, varones ilustres en las casas de sus padres.

31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, los cuales fueron escogidos por lista para venir a poner a David por rey.

32 De los hijos de Isacar, doscientos principales, duchos en discernir las oportunidades y saber lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.

33 De Zabulón, cincuenta mil, que salían a campaña prontos para la guerra, con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón.

34 De Neftalí, mil capitanes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza.

35 De los de Dan, dispuestos a pelear, veintiocho mil seiscientos.

36 De Aser, dispuestos para la guerra y preparados para pelear, cuarenta mil.

37 Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda clase de armas de guerra.

38 Todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón sincero a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey.

39 Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos.

40 También los que les eran vecinos, y hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.

Juan 6:45-71

45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.

46 No es que alguien haya visto al Padre, sino aquel que vino de parte de Dios; éste ha visto al Padre.

47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

48 Yo soy el pan de la vida.

49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.

50 Éste es el pan que desciende del cielo, para que coman de él y no mueran.

51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el último día.

55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mi, y yo en él.

57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por medio del Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por medio de mí.

58 Éste es el pan que descendió del cielo; no como comieron vuestros padres el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.

59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaúm.

Palabras de vida eterna

60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?

61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?

62 ¿Pues qué, si vieseis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?

63 El espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.

65 Y siguió diciendo: Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si no le ha sido dado del Padre.

66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?

68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?

71 Se refería a Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, siendo uno de los doce.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.