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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Números 17-19

Dios demuestra que Aarón es el sumo sacerdote

17 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Diles a los israelitas que cada jefe de tribu[a] traiga un bastón, o sea que en total se traerán doce bastones. Escribe el nombre de cada jefe en su bastón. En el bastón de la tribu de Leví escribe el nombre de Aarón porque debe haber un bastón por cada jefe de tribu. Colócalos en la carpa del encuentro al frente del cofre del pacto, donde yo me reúno con ustedes. El bastón de mi elegido retoñará y así haré que los israelitas dejen de hablar mal de ustedes delante de mí».

Entonces Moisés les dijo esto a los israelitas y todos sus jefes le trajeron los doce bastones, uno por cada jefe de tribu. El bastón de Aarón era uno de esos bastones. Moisés puso los bastones ante el SEÑOR en la carpa del pacto.

Al día siguiente Moisés entró a la carpa del pacto y vio que el bastón de Aarón había retoñado. Le habían salido retoños, flores y también almendras. Entonces Moisés sacó todos los bastones de la presencia del SEÑOR y se los mostró a todos los israelitas. Cada uno de los jefes identificó su bastón y se lo llevó.

10 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Pon de nuevo el bastón de Aarón en frente del cofre del pacto para que sirva de advertencia a los rebeldes y así dejen de hablar mal ante mí y no mueran».

11 Moisés hizo lo que el SEÑOR le había ordenado, 12 pero los israelitas le dijeron a Moisés: «¡Todos moriremos! ¡Estamos perdidos! 13 Todo el que se acerca a la Carpa Sagrada del SEÑOR muere, ¿es que vamos a morir todos?»

El trabajo de los sacerdotes y levitas

18 El SEÑOR le dijo a Aarón: «Tú, tus hijos y tu tribu cargarán con la responsabilidad de las faltas que se cometan contra las cosas sagradas, pero solamente tú y tus hijos serán responsables de las faltas que ustedes mismos cometan al ejercer el sacerdocio. Hagan que sus hermanos de la tribu de Leví, la tribu de tu padre, se unan a ustedes los sacerdotes para ayudarles cuando tú y tus hijos estén ejerciendo sus funciones ante la carpa del pacto. Ellos tendrán la responsabilidad de ayudarles a ustedes y estarán a cargo de la Carpa Sagrada, pero sin acercarse a los objetos sagrados ni al altar, para que ellos no mueran ni ustedes tampoco. Te acompañarán y cumplirán sus responsabilidades en lo referente a la carpa del encuentro, o sea el trabajo pesado, pero nadie que no esté autorizado podrá acercarse a ustedes, porque ustedes son los que tienen a cargo el servicio en la Carpa Sagrada y el altar. Así no volveré a enojarme con los israelitas. Miren, yo mismo he separado a sus hermanos los levitas de entre los israelitas para dárselos a ustedes como un regalo. Ellos están consagrados al SEÑOR para hacer el trabajo pesado en la carpa del encuentro. Pero solamente tú y tus hijos estarán encargados de las responsabilidades sacerdotales en lo que tiene que ver con el altar y las funciones que se desempeñen detrás de la cortina. El oficio del sacerdocio se los doy de regalo sólo a ustedes, por lo que todo el que no esté autorizado para oficiar como sacerdote será condenado a muerte».

El SEÑOR le dijo a Aarón: «Mira, yo mismo te he puesto a cargo de las ofrendas que se me hacen. Todas las ofrendas sagradas de los israelitas te las doy a ti y a tus hijos como la parte que les corresponde permanentemente. Todo esto será tuyo de entre todos los sacrificios sagrados del altar apartados del fuego: cada una de sus ofrendas, incluyendo las ofrendas de cereal, los sacrificios por el pecado y los sacrificios de restitución que me lleven. Todas estas ofrendas sagradas te pertenecerán a ti y a tus hijos. 10 Todo varón de entre ustedes podrá comerlas, pero lo hará en un sitio consagrado, pues son sagradas.

11 »Esto también será tuyo: toda otra ofrenda especial que los israelitas me presenten se la doy a ti y a tus hijos e hijas que vivan contigo, como la parte que les corresponde permanentemente. Todo el que esté puro en tu familia puede comer de esa ofrenda. 12 También te daré los primeros frutos que los israelitas lleven al SEÑOR, el mejor aceite de oliva, vino nuevo y granos. 13 Te pertenecerán, además, todos los primeros frutos de sus cosechas que ellos lleven al SEÑOR. Todo el que esté puro en tu familia podrá comerlos. 14 Todo lo que haya sido dedicado por completo a Dios en Israel será tuyo.

15 »Todos los primeros hijos varones de los israelitas o las primeras crías de los animales que ellos ofrezcan al SEÑOR serán para ti, pero aceptarás pago por el rescate de un hijo mayor o de una primera cría de animal impuro. 16 El rescate se pagará un mes después del nacimiento al precio de cinco monedas de plata, de acuerdo al peso oficial que establece que cada moneda de plata debe pesar 11 gramos.

17 »Pero no permitan que se pague rescate por las primeras crías de las vacas, ovejas o cabras, pues son sagradas. Derramarás su sangre sobre el altar y quemarás su grasa como ofrenda de comida de olor agradable para el SEÑOR. 18 Pero la carne será tuya, tanto el pecho de la ofrenda a la que se hace el movimiento de presentación, como el muslo derecho. 19 Todas las contribuciones de ofrendas sagradas que los israelitas presenten al SEÑOR, yo te las doy a ti y a tus hijos, y también a tus hijas que vivan todavía contigo. Esta es una ley permanente, un pacto hecho para siempre delante del SEÑOR para ti y tus descendientes».

20 El SEÑOR le dijo a Aarón: «No poseerás un territorio en el país ni serás propietario de tierras entre lo que le corresponde a los demás israelitas porque yo soy tu territorio y tu herencia en Israel.

21 »Yo les doy a los levitas la décima parte de lo que tienen los israelitas como la parte que les corresponde en compensación por el trabajo pesado que ellos hacen en la carpa del encuentro. 22 Los demás israelitas no deben acercarse a la carpa del encuentro porque si lo hacen pecarán y morirán. 23 Solamente los levitas estarán a cargo del trabajo en la carpa del encuentro, y cargarán con la responsabilidad de las faltas que cometan. Esta es una ley permanente que pasará de generación en generación: A los levitas no se les dará ningún territorio entre los israelitas 24 porque yo les doy a ellos la décima parte de lo que los israelitas apartan para el SEÑOR como ofrenda. Es por eso que les he dicho que no recibirán ningún territorio entre los israelitas».

25 El SEÑOR le dijo a Moisés: 26 «Diles a los levitas que cuando reciban la parte que yo les he dado, o sea la décima parte de los productos de los israelitas, deben presentar como ofrenda al SEÑOR la décima parte de esa décima parte. 27 Esa será su ofrenda que equivaldrá a las ofrendas que dan los israelitas del grano de la nueva cosecha y del jugo de uva con que se hace el vino. 28 Así que los levitas también presentarán una ofrenda al SEÑOR de la décima parte que recibieron de los israelitas, y le entregarán la ofrenda del SEÑOR al sacerdote Aarón. 29 Entonces, de todo lo que reciban deben separar una parte como ofrenda al SEÑOR, y esa debe ser la mejor parte.

30 »También diles que una vez que ellos hayan separado la mejor parte para mí, lo cual se les tomará en cuenta como si fuera su trigo y su vino, 31 ellos y sus familias podrán comerse el resto, donde quieran. Es su salario por el trabajo que hacen en la carpa del encuentro. 32 Después de que hayan separado la mejor parte para mí, ya no será pecado que se coman el resto. De esta forma ellos no profanarán las ofrendas sagradas de los israelitas y se librarán de morir».

Cenizas y agua para la purificación

19 El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: «Este mandamiento hace parte de la ley que yo, el SEÑOR, establezco: Díganles a los israelitas que traigan una vaca rojiza que no tenga ningún defecto y a la que nunca le hayan puesto yugo. Que le den la vaca al sacerdote Eleazar, quien la sacará del campamento y mandará que la sacrifiquen en su presencia. Luego, el sacerdote Eleazar tomará con sus dedos parte de la sangre y la rociará siete veces hacia la carpa del encuentro. Después, el sacerdote debe asegurarse de que quemen la vaca completamente, incluso los ojos, la piel, la carne, y también la sangre y el estiércol. Enseguida, el sacerdote tomará madera de cedro, hisopo y tela roja, y los echará al fuego en que esté ardiendo la vaca. Luego, el sacerdote debe lavar sus ropas y bañarse todo el cuerpo. Después de todo esto, él podrá regresar al campamento, pero permanecerá impuro hasta el atardecer. El que queme la vaca lavará sus ropas y se bañará el cuerpo; él quedará impuro hasta el atardecer.

»Luego, un hombre que esté puro recogerá las cenizas de la vaca y las colocará fuera del campamento en un sitio puro. Esas cenizas serán guardadas por los israelitas para preparar el agua de purificación. Todo esto es un sacrificio por el pecado. 10 El que recogió las cenizas debe lavar su ropa, pero quedará impuro hasta el atardecer. Esta será una ley permanente tanto para los israelitas como para los extranjeros que vivan entre ellos.

11 »El que toque el cadáver de un ser humano quedará impuro por siete días. 12 Tiene que purificarse con el agua de purificación al tercer y al séptimo día de haber tocado el cadáver y entonces quedará puro. Pero no quedará puro si no se purifica al tercer y al séptimo día. 13 Cualquiera que toque un cadáver y no se purifique, contamina la Carpa Sagrada del SEÑOR y tendrá que ser separado de Israel porque al no recibir el agua de purificación sobre él, habrá conservado su estado de impureza.

14 »Esta es la ley en lo que respecta al caso de que alguien muera en una carpa. Si la persona muere dentro de la carpa, todo el que esté adentro o entre a esa carpa quedará impuro por siete días. 15 Todo plato que no esté tapado quedará impuro. 16 También quedará impuro el que haya tocado el cadáver de alguien que haya muerto, ya sea en batalla o de muerte natural, y también el que haya tocado un hueso humano o una tumba.

17 »Con el fin de purificar a quien quedó impuro, se echará en una vasija un poco de la ceniza de la vaca del sacrificio por el pecado y se le añadirá agua fresca. 18 Alguien que esté puro tomará el hisopo y lo mojará en el agua, luego la rociará sobre la carpa, los platos y las personas que estuvieron ahí. La rociará también sobre el que haya tocado los huesos o el cadáver de alguien que haya muerto en batalla o de muerte natural, y también sobre el que haya tocado una tumba. 19 El que esté puro rociará esa agua al tercer y al séptimo día sobre el que está impuro; al séptimo día ya lo habrá purificado. Enseguida, el que está impuro debe lavar su ropa y bañarse, pero quedará impuro hasta el atardecer. 20 En caso de que quien está impuro no se purifique, este tendrá que ser separado de la comunidad porque ha contaminado el lugar sagrado del SEÑOR. El agua para su purificación no fue rociada sobre él y quedó impuro. 21 Esta ley será permanente. El que rocíe el agua para la purificación lavará su ropa y el que toque el agua quedará impuro hasta el atardecer. 22 Todo lo que alguien impuro toque, quedará impuro; y el que toque a alguien impuro, quedará impuro hasta el atardecer».

Marcos 6:30-56

Jesús alimenta a más de 5000

(Mt 14:13-21; Lc 9:10-17; Jn 6:1-14)

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. 31 Como Jesús y los apóstoles estaban en un lugar muy ruidoso y concurrido, no tenían tranquilidad ni para comer, así que Jesús les dijo:

—Vengan conmigo a un lugar tranquilo para que puedan descansar un rato.

32 Así que se fueron en una barca a un lugar despoblado. 33 Pero muchos los vieron salir, y como los conocían, decidieron ir con ellos. De todos los pueblos salió gente corriendo por los caminos y llegaron antes que ellos. 34 Cuando Jesús bajó de la barca y vio una multitud tan grande, tuvo compasión de ellos porque eran como ovejas que no tienen pastor. Entonces, se acercó a ellos y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Como ya se estaba haciendo tarde, los seguidores se acercaron a Jesús y le dijeron:

—Este es un lugar despoblado y ya es muy tarde. 36 Haz ir a la gente para que vayan a los campos y pueblos cercanos y compren algo de comer.

37 Pero Jesús les respondió:

—Denles ustedes de comer.

Y ellos respondieron:

—¿Quieres que para alimentar a tanta gente vayamos y compremos pan por el equivalente a un mes de trabajo de todos nosotros[a]?

38 Jesús les dijo:

—Vayan y vean cuántos panes tienen ustedes.

Fueron, averiguaron y le dijeron:

—Tenemos cinco panes y dos pescados.

39 Entonces Jesús les ordenó que hicieran sentar a la gente en grupos sobre la hierba verde. 40 Se sentaron en grupos de 50 y de 100. 41 Después, Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Luego partió los panes y se los dio a sus seguidores para que los repartiera; también repartió los dos pescados entre todos. 42 Todos comieron y quedaron satisfechos. 43 Recogieron doce canastas llenas de los pedazos de pan y pescado. 44 Los que comieron fueron 5000 hombres.

Jesús camina sobre el agua

(Mt 14:22-33; Jn 6:16-21)

45 Enseguida Jesús ordenó a sus seguidores que subieran a la barca y se fueran primero que él a Betsaida, al otro lado del lago, mientras que él se despedía de la gente. 46 Después de despedirse de ellos, se fue al cerro a orar. 47 Al atardecer, la barca estaba en medio del lago, y él estaba en tierra. 48 Vio que tenían dificultad para remar porque soplaba un viento muy fuerte en su contra. A la madrugada, Jesús llegó caminando sobre el agua e hizo como que iba a pasar de largo. 49 Pero cuando lo vieron caminando sobre el lago, pensaron que era un fantasma y comenzaron a gritar. 50 Todos lo vieron y por eso se asustaron muchísimo. Enseguida les dijo:

—¡Tranquilos, soy yo! No tengan miedo.

51 Entonces se subió a la barca con ellos y el viento se calmó. Estaban completamente fuera de sí 52 porque no podían entender lo que acababa de ocurrir por la misma razón que no entendieron el milagro de los panes. Su mente no podía captarlo.

Jesús sana a mucha gente

(Mt 14:34-36)

53 Cruzaron el lago hasta llegar a tierra en Genesaret y ataron la barca en la orilla. 54 Tan pronto bajaron de la barca, la gente de allí reconoció a Jesús. 55 Entonces corrieron por toda la región y empezaron a llevar a los enfermos en camillas a donde oían que él estaba. 56 Y dondequiera que iba, en las aldeas, en los pueblos o en los campos, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que tan sólo los dejara tocar el borde de su manto. Todos los que lo tocaban quedaban sanados.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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