Old/New Testament
1 Cantad justos en el SEÑOR; a los rectos es hermosa la alabanza.
2 Celebrad al SEÑOR con arpa; cantadle con salterio y decacordio.
3 ¡Cantadle canción nueva! Hacedlo bien tañendo con júbilo.
4 Porque recta es la palabra del SEÑOR, y toda su obra es hecha con verdad.
5 El ama justicia y juicio; de la misericordia del SEÑOR está llena la tierra.
6 Con la palabra del SEÑOR fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos con el espíritu de su boca.
7 El junta como en un montón las aguas del mar; él pone por tesoros los abismos.
8 Tema al SEÑOR toda la tierra; teman de él todos los habitadores del mundo.
9 Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió.
10 El SEÑOR hace anular el consejo de los gentiles, y hace anular las maquinaciones de los pueblos.
11 El consejo del SEÑOR permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
12 ¶ Bienaventurada la gente de que el SEÑOR es su Dios; el pueblo a quien escogió por heredad para sí.
13 Desde los cielos miró el SEÑOR; vio a todos los hijos de Adán.
14 Desde la morada de su asiento miró sobre todos los moradores de la tierra.
15 El formó el corazón de todos ellos; él considera todas sus obras.
16 El rey no es salvo con la multitud del ejército; no escapa el valiente con la mucha fuerza.
17 Vanidad es el caballo para la salvación; con la grandeza de su fuerza no librará.
18 He aquí, el ojo del SEÑOR sobre los que le temen, sobre los que esperan su misericordia;
19 para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en el hambre.
20 Nuestra alma esperó al SEÑOR; nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21 Por tanto en él se alegrará nuestro corazón, porque en el Nombre de su santidad hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh SEÑOR, sobre nosotros, como te hemos esperado.
De David. Cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.
Alef
1 Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; su alabanza será siempre en mi boca.
Bet
2 En el SEÑOR se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán.
Guímel
3 Engrandeced al SEÑOR conmigo, y ensalcemos su Nombre a una.
Dálet
4 Busqué al SEÑOR, y él me oyó; y me libró de todos mis temores.
He
5 ¡A él miraron y fueron alumbrados! Y sus rostros no se avergonzaron.
Vau
6 Este pobre llamó, y le oyó el SEÑOR, y lo libró de todas sus angustias.
Zain
7 El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los defiende.
Chet
8 Gustad, y ved que es bueno el SEÑOR; dichoso el hombre que confiará en él.
Tet
9 Temed al SEÑOR, vosotros sus santos; porque no hay falta para los que le temen.
Yod
10 Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; pero los que buscan al SEÑOR, no tendrán falta de ningún bien.
11 ¶ Caf Venid, hijos, oídme; el temor del SEÑOR os enseñaré.
Lámed
12 ¿Quién es el hombre que desea vida, que ama muchos días para ver el bien?
Mem
13 Guarda tu lengua de mal, y tus labios de hablar engaño.
Nun
14 Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela.
Sámec
15 Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Ayin
16 La ira del SEÑOR contra los que mal hacen, para cortar de la tierra la memoria de ellos.
Pe
17 Clamaron los justos, y el SEÑOR oyó, y los libró de todas sus angustias.
Tsade
18 Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón; y a los molidos de espíritu salvará.
Cof
19 Muchos son los males del justo; mas de todos ellos lo librará el SEÑOR;
Resh
20 guardando todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.
Sin
21 Matará al malo la maldad; y los que aborrecen al justo serán asolados.
Tau
22 El SEÑOR rescate el alma de sus esclavos; y no serán declarados culpables cuantos en él confían.
24 ¶ Y cinco días después descendió el príncipe de los sacerdotes, Ananías, con algunos de los ancianos, y un cierto Tértulo, orador; y comparecieron delante del gobernador contra Pablo.
2 Y citado que fue, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo: Como por causa tuya vivamos en gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia,
3 siempre y en todo lugar lo recibimos con todo hacimiento de gracias, oh excelentísimo Félix.
4 Pero por no molestarte más largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu clemencia.
5 Porque hemos hallado que este hombre es pestilencial, y levantador de sediciones a todos los judíos por todo el mundo, y príncipe de la sediciosa secta de los nazarenos;
6 el cual también intentó violar el Templo; y prendiéndole, le quisimos juzgar conforme a nuestra ley;
7 mas interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos,
8 mandando a sus acusadores que vinieran a ti; del cual tú mismo juzgando, podrás entender todas estas cosas de que le acusamos.
9 Y contendían también los judíos, diciendo ser así estas cosas.
10 ¶ Entonces Pablo, haciéndole el gobernador señal que hablara, respondió: Porque sé que desde hace muchos años eres gobernador de esta nación, con buen ánimo satisfaré por mí.
11 Porque tú puedes entender que no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén;
12 y ni me hallaron en el Templo disputando con ninguno, ni haciendo concurso de multitud, ni en sinagogas, ni en la ciudad;
13 ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan.
14 Pero esto te confieso, que conforme a aquel Camino que ellos llaman secta, así sirvo al Dios de mi patria, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas;
15 teniendo esperanza en Dios que ha de haber la resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, que ellos esperan.
16 Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres.
17 Pero pasados muchos años, vine a hacer limosnas a mi nación, y ofrendas,
18 cuando me hallaron purificado en el Templo (no con multitud ni con alboroto) unos judíos de Asia;
19 los cuales debieron comparecer delante de ti, y acusarme, si contra mí tenían algo.
20 O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando yo estuve en el concilio,
21 si no sea que, estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy hoy juzgado de vosotros.
22 ¶ Entonces Félix, oídas estas cosas, les puso dilación, diciendo: Al estar más informado de este camino, cuando descendiere el tribuno Lisias acabaré de conocer de vuestro negocio.
23 Y mandó al centurión que Pablo fuera guardado, y aliviado de las prisiones; y que no vedara a ninguno de los suyos servirle, o venir a él.
24 Y algunos días después, viniendo Félix con Drusila, su mujer, la cual era judía, llamó a Pablo, y oyó de él la fe que es en el Cristo.
25 Y disertando él de la justicia, y del dominio propio, y del juicio venidero, espantado Félix, respondió: Ahora vete, mas cuando tenga oportunidad te llamaré.
26 Esperando también con esto, que de parte de Pablo le serían dados dineros, para que le soltara; por lo cual, haciéndole venir muchas veces, hablaba con él.
27 Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix ganar la gracia de los judíos, dejó preso a Pablo.
Biblia del Jubileo 2000 (JUS) © 2000, 2001, 2010, 2014, 2017, 2020 by Ransom Press International