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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Salmos 16-17

Una herencia escogida

Mictam de David.

16 Cuídame, oh Dios, porque en ti confío.
Yo declaro, Señor, que tú eres mi dueño;
que sin ti no tengo ningún bien.
Poderosos son los dioses del país,
según todos los que en ellos se complacen.
¡Pero grandes dolores esperan a sus seguidores!
¡Jamás derramaré ante ellos ofrendas de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres!

Tú, Señor, eres mi copa y mi herencia;
tú eres quien me sostiene.
Por suerte recibí una bella herencia;
hermosa es la heredad que me asignaste.
Por eso te bendigo, Señor,
pues siempre me aconsejas,
y aun de noche me reprendes.
Todo el tiempo pienso en ti, Señor;
contigo a mi derecha, jamás caeré.
Gran regocijo hay en mi corazón y en mi alma;
todo mi ser siente una gran confianza,
10 porque no me abandonarás en el sepulcro,(A)
¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel.(B)
11 Tú me enseñas el camino de la vida;
con tu presencia me llenas de alegría;
¡estando a tu lado seré siempre dichoso!(C)

Plegaria que pide la protección de Dios

Oración de David.

17 Señor, ¡escúchame!
¡Atiende mi clamor de justicia!
¡Presta oído a mi oración,
pues no brota de labios mentirosos!
¡Sé tú quien me reivindique!
¡Posa tus ojos en mi rectitud!
Tú has examinado mi corazón;
por las noches has venido a verme.
¡Ponme a prueba, que nada malo hallarás!
¡Nada malo han pronunciado mis labios!
Yo no hago lo que otros hacen;
al contrario, tomo en cuenta tus palabras
y me alejo de caminos de violencia.
Sostén mis pasos en tus sendas
para que mis pies no resbalen.

Dios mío, yo te invoco porque tú me respondes;
¡inclina a mí tu oído, y escucha mis palabras!
Tú, que salvas de sus perseguidores
a los que buscan tu protección,
¡dame una muestra de tu gran misericordia!
¡Cuídame como a la niña de tus ojos!
¡Escóndeme bajo la sombra de tus alas!
¡No dejes que me vean mis malvados enemigos,
los opresores que quieren quitarme la vida!
10 Se regodean en su soberbia,
y profieren palabras insolentes.
11 Me tienen rodeado por completo,
y sólo esperan verme caer por tierra.
12 Parecen leones que esperan a su presa;
parecen cachorros, echados en su escondite.

13 ¡Reacciona, Señor!
¡Enfréntate a ellos, y ponlos en vergüenza!
¡Con tu espada, ponme a salvo de esos malvados!
14 ¡Con tu mano, Señor, sálvame de estos malvados
que viven obsesionados con los bienes de este mundo!
¡Ya los has saciado con tus riquezas,
y hasta les sobra para sus hijos más pequeños!
15 A mí me bastará con ver tu rostro de justicia;
¡satisfecho estaré al despertar y contemplarte!

Hechos 20:1-16

Viaje de Pablo a Macedonia y a Grecia

20 Una vez que se calmó el alboroto, Pablo llamó a los discípulos y, luego de animarlos y abrazarlos, se despidió de ellos y se fue a Macedonia. Después de recorrer aquellas regiones y de animar a los hermanos con largos discursos, se dirigió a Grecia, donde estuvo tres meses. Pero como los judíos le tendieron una emboscada cuando él estaba por embarcarse rumbo a Siria, decidió regresar por Macedonia. Lo acompañaron Sópater de Berea, Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo, y Tíquico y Trófimo, de Asia. Pero ellos se adelantaron y nos esperaron en Troas. Nosotros salimos de Filipos en barco, después de la fiesta de los panes sin levadura, y cinco días después nos reunimos con ellos en Troas. Allí nos quedamos siete días.

Visita de despedida de Pablo en Troas

El primer día de la semana los discípulos se reunieron para partir el pan, y Pablo estuvo enseñándoles. Pero como tenía que salir al día siguiente, alargó su discurso hasta la medianoche. En el aposento alto donde se habían reunido había muchas lámparas. Un joven que se llamaba Eutico estaba sentado en la ventana del tercer piso. Como Pablo se extendió demasiado en su predicación, a Eutico lo venció el sueño y se cayó, así que cuando lo levantaron estaba muerto. 10 Entonces Pablo bajó y se echó sobre él, lo abrazó y dijo: «No se alarmen. Está vivo.» 11 Después volvió a subir, y partió el pan y comió; luego siguió hablando hasta que amaneció, y entonces se fue. 12 Para consuelo de todos, al joven se lo llevaron vivo.

Viaje de Troas a Mileto

13 Nosotros nos embarcamos antes, y navegamos hasta Asón, donde teníamos que recoger a Pablo, pues él había decidido ir allá por tierra. 14 Cuando se reunió con nosotros en Asón, subió a bordo y nos fuimos a Mitilene. 15 Partimos de allí, y al día siguiente estábamos frente a Quío. Al otro día tocamos puerto en Samos, y un día después llegamos a Mileto. 16 Pablo se apresuraba porque, de ser posible, quería estar en Jerusalén el día de Pentecostés, así que había decidido pasar de largo a Éfeso y no detenerse en Asia.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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