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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Crónicas 1-3

Salomón pide sabiduría

(1 R 3:3-15)

Salomón hijo de David consolidó su reino, pues el SEÑOR su Dios estaba con él e hizo que su poder aumentara enormemente.

Salomón habló con todo Israel, o sea, con los jefes de mil y de cien soldados, con los líderes y con los jefes de Israel, es decir, los jefes de las familias paternas. Entonces Salomón y todo Israel se dirigieron al santuario que estaba en Gabaón, porque allí estaba la carpa del encuentro con Dios, la cual Moisés, siervo del SEÑOR, había construido en el desierto. David había llevado el cofre de Dios desde Quiriat Yearín hasta una carpa que había armado en Jerusalén. Sin embargo, como el altar de bronce que hizo Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, estaba en Gabaón, frente a la Carpa Sagrada del SEÑOR, Salomón y los israelitas fueron allí para consultarlo. Allí Salomón subió hasta el altar de bronce que estaba en la carpa del encuentro delante del SEÑOR y ofreció 1000 sacrificios que deben quemarse completamente.

Aquella noche Dios se le apareció a Salomón y le dijo:

—Pídeme lo que quieras, que yo te lo daré.

Salomón le respondió:

—Tú trataste con mucho amor fiel a mi papá David y a mí me hiciste rey en su lugar. Entonces ahora, SEÑOR Dios, cumple la promesa que le hiciste a mi papá David porque tú me hiciste rey sobre una nación tan numerosa como el polvo de la tierra. 10 Dame ahora la sabiduría y el conocimiento necesarios para gobernar a este pueblo porque, ¿quién será capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan grande?

11 Entonces Dios le dijo a Salomón:

—Ya que ese ha sido tu deseo y no pediste ser rico ni famoso ni que matara a tus enemigos ni que te concediera una larga vida, sino sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo, de quien te hice rey, 12 te voy a dar, junto con la sabiduría y el conocimiento, también la riqueza y el honor como ningún rey ha tenido jamás y ninguno tendrá después de ti.

13 Después de esto, desde la carpa del encuentro que estaba en el santuario que quedaba en Gabaón, Salomón bajó de regreso a Jerusalén y comenzó a reinar sobre Israel.

Salomón se enriquece

(1 R 10:26-29; 2 Cr 9:25-28)

14 Salomón reunió gran número de carros de combate y caballos. Tenía 1400 carros y 12 000 jinetes. Salomón construyó cuarteles de estacionamiento para los carros y también mantuvo algunos en Jerusalén. 15 El rey hizo que la plata y el oro fueran tan comunes en Jerusalén como la piedra, y que la madera de cedro fuera tan común como las higueras que crecen en la llanura. 16 Los caballos de Salomón se importaban de Egipto y de Coa. Los comerciantes de la corte los compraban en Coa. 17 Ellos importaban un carro de Egipto a un costo de 600 monedas[a] de plata y un caballo a 150, para luego vendérselos a todos los reyes hititas y sirios.

Preparativos para construir el templo

(1 R 5:1-18; 7:13-14)

Salomón decidió construir un templo en honor al SEÑOR y un palacio real para sí mismo. Reclutó a unos 70 000 cargadores y 80 000 canteros para cortar madera y piedra en las montañas. Además designó 3600 capataces para dirigir la obra.

Salomón mandó decir a Hiram, rey de Tiro:

«Haz conmigo tal como hiciste con mi papá David mandándole cedro del Líbano para que se construyera un palacio donde vivir. Es que voy a construir un templo en honor al SEÑOR mi Dios para consagrárselo, quemar incienso aromático en su honor, poner continuamente panes consagrados y ofrecer sacrificios que deben quemarse completamente por la mañana y por la tarde, los días de descanso, fiestas de Luna Nueva y en las demás fiestas del SEÑOR. Eso se hará por siempre en Israel.

»El templo que voy a construir será grande, porque nuestro Dios es más grande que todos los dioses. Pero, ¿quién podrá construirle un templo si ni los cielos más profundos pueden contenerlo? ¿Quién soy yo para construir un templo aunque sólo sea para quemar incienso ante él?

»Envíame, pues, un experto en la fabricación de objetos de oro, plata, bronce, hierro, tela púrpura, roja y azul, y que sepa hacer grabados, para que trabaje con los expertos constructores que me dejó mi papá David. Envíame también del Líbano madera de cedro, de ciprés y de sándalo. Yo sé que tus siervos tienen experiencia en cortar madera y los míos trabajarán junto a ellos. Hay que preparar muchísima madera porque el templo que voy a construir será grande y maravilloso. 10 Les pagaré a tus hombres 9000 toneladas[b] de trigo, 9000 toneladas de cebada, 440 000 litros[c] de vino y 440 000 litros de aceite de oliva».

11 Hiram, rey de Tiro, le contestó con una carta que decía así:

«El SEÑOR te ha hecho rey de Israel porque ama a su pueblo». 12 También decía: «Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que hizo el cielo y la tierra, porque le ha dado al rey David un hijo sabio, instruido e inteligente, el cual va a construir un templo en honor al SEÑOR y un palacio para su reino. 13 Te envío, pues, a un hombre sabio e inteligente, Hiram Abí. 14 Es hijo de una mujer proveniente de Dan y un hombre de la ciudad de Tiro. Además él es un experto metalúrgico y trabaja tanto el oro como la plata, el bronce y el hierro, así como también la piedra y la madera, tela púrpura y morada, y el lino y el carmesí. También es perito en grabados de toda clase de figuras y realiza el diseño que se le encargue en equipo con tus expertos y los de tu papá David.

15 »En cuanto al trigo, la cebada, el aceite y el vino que mencionas, envíaselos a mis siervos. 16 Nosotros cortaremos toda la madera que necesiten y se la enviaremos en forma de balsas por el mar, desde el Líbano hasta Jope. Ustedes entonces se encargarán de llevar la madera a Jerusalén».

17 Salomón hizo un censo de todos los hombres extranjeros que había en Israel. Este censo se hizo después del que hizo su papá David. El censo mostró que había 153 600 hombres extranjeros. 18 De ellos, él reclutó a 70 000 para que sirvieran como cargadores, a 80 000 para que sirvieran como canteros en la montaña y a 3600 como capataces para hacer trabajar a la gente.

Salomón construye el templo

(1 R 6:1-38)

Salomón empezó a construir el templo del SEÑOR en Jerusalén en el monte Moria, donde el SEÑOR se le había aparecido a su papá David. Ese era el lugar que David había destinado para ello, o sea en el lugar donde Arauna el jebuseo trillaba el trigo. Salomón comenzó la obra el día dos del segundo mes del cuarto año de su reinado.

Salomón dispuso que las medidas de los cimientos del templo fueran 27 metros de largo por 9 de ancho.[d] El vestíbulo que estaba delante del templo medía lo mismo que el ancho del templo, o sea, 9 metros[e] de largo; su altura también era de 9 metros. Salomón hizo recubrir de oro puro las paredes y el cielo raso. Recubrió la parte principal del templo con madera de ciprés y recubrió la madera con oro puro grabado con figuras de palmeras y cadenas. Adornó el templo con piedras preciosas y con oro de la mejor calidad traído de Parvayin. Las vigas, los umbrales, las paredes y las puertas del templo estaban enchapados con oro y las paredes estaban grabadas con figuras de querubines.

En el templo hizo construir el Lugar Santísimo. Medía lo mismo que el ancho del templo, o sea 9 metros de largo por 9 de ancho. Luego lo recubrió con 23 toneladas[f] de oro fino. Se usaron clavos que pesaban medio kilo[g] de oro puro cada uno. También hizo recubrir de oro los salones del piso alto.

10 Dentro del Lugar Santísimo hizo tallar dos querubines, que también estaban recubiertos de oro. 11 Las alas de los dos querubines se extendían en una longitud de unos 9 metros en total. Cada ala de los querubines medía 2.25 metros de largo, un ala tocaba la pared y la otra tocaba la punta del ala del otro querubín. 12 Cada ala del segundo querubín medía lo mismo, 2.25 metros, y una de ellas tocaba la punta del ala del primer querubín y la otra tocaba la pared. 13 Las alas extendidas de los dos querubines medían 9 metros. Estaban de pie haciendo guardia, con el rostro hacia el Lugar Santo. 14 Salomón mandó hacer una cortina de tela azul y roja, carmesí y lino fino, e hizo bordar querubines en ella.

Salomón hizo dos columnas

(1 R 7:15-22)

15 Para la fachada del templo hizo dos columnas de 16 metros de alto con capiteles de 2.25 metros de alto. 16 Como había hecho un diseño de cadenas dentro del santuario, lo hizo también para la parte más alta de las columnas, e hizo cien granadas y las puso en las cadenas. 17 Instaló las columnas en la fachada del templo, una a la derecha y otra a la izquierda. A la columna que estaba a la derecha la llamó Jaquín, y a la que estaba a la izquierda Boaz.

Juan 10:1-23

El pastor y sus ovejas

10 »Les digo la verdad: cuando alguien entra al corral de las ovejas debe hacerlo por la puerta. El que salta y entra por otro lado es un ladrón y un bandido. Pero el pastor que cuida las ovejas entra por la puerta del corral. El que vigila la puerta le abre la puerta al pastor. El pastor llama a las ovejas por sus propios nombres; ellas escuchan su voz y él las guía hacia afuera. Cuando las ha sacado a todas, el pastor camina delante de ellas, y ellas lo siguen porque conocen su voz. Pero sus ovejas no siguen a un extraño, sino que se alejan de él porque no conocen su voz.

Jesús les dio este ejemplo, pero la gente no entendió lo que les decía.

Jesús, el buen pastor

Jesús les dijo otra vez: «Les digo la verdad, yo soy la puerta por la que pasa el rebaño. Todos los que vinieron antes de mí son unos ladrones y bandidos. Las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta. Si alguno pasa por mí, se salvará. Podrá entrar y salir y encontrará todo lo que necesita. 10 El ladrón solamente viene para robar, matar y destruir. Yo vine para que la gente tenga vida y la tenga en abundancia.

11 »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 El empleado al que le pagan por cuidar las ovejas no es como el pastor. Las ovejas no le pertenecen, así que cuando ve que viene el lobo, abandona las ovejas y se escapa. El lobo las ataca y las dispersa. 13 El empleado huye porque sólo le importa que le paguen y no le importan las ovejas.

14 »Yo soy el buen pastor. Conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí 15 así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él. Yo doy mi vida por las ovejas. 16 Tengo también otras ovejas que no son de este rebaño, y debo traerlas a ellas también. Ellas escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor. 17 El Padre me ama porque doy mi vida para volver a tenerla. 18 Nadie me quita la vida, sino que la doy libremente. Tengo el derecho de darla y de recibirla de nuevo. Eso es lo que me ordenó mi Padre».

19 Nuevamente los judíos no estaban de acuerdo entre ellos por lo que decía Jesús. 20 La mayoría decía: «Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué lo escuchan?» 21 Otros decían: «Un hombre que tiene un demonio no dice estas cosas. Un demonio no puede darle la vista a un ciego».

Los líderes judíos en contra de Jesús

22 Era invierno y llegó la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. 23 Jesús estaba caminando dentro del templo en el pórtico de Salomón.

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