Old/New Testament
Traslado del cofre del pacto
13 David se reunió con todos los comandantes, tanto con los de 1000 como con los de 100 hombres. 2 Luego dirigió estas palabras a todo el pueblo de Israel: «Si ustedes están de acuerdo y es la voluntad del SEÑOR nuestro Dios, enviemos mensajeros a todo lo largo y ancho del territorio de Israel. Así podremos comunicarnos con nuestros hermanos, con los sacerdotes y con los levitas en sus regiones de pastoreo para que vengan a acompañarnos. 3 Y además traigamos de nuevo el cofre de nuestro Dios, ya que desde tiempos de Saúl no hemos buscado a Dios para que nos guíe». 4 La idea le agradó a cada uno de los presentes y todos estuvieron de acuerdo.
Llevan el cofre de Dios a Jerusalén
(2 S 6:1-11)
5 Los israelitas vivían en varios pueblos, desde el arroyo Sijor en Egipto hasta Lebó Jamat. David logró que todos se reunieran para traer el cofre de Dios desde Quiriat Yearín, 6 y partió con todos ellos a Balá de Judá, o sea a Quiriat Yearín, para llevar allá el cofre de Dios, sobre el cual se invoca el nombre del SEÑOR, que reina sobre los querubines. 7 Cargaron el cofre desde la casa de Abinadab en una carreta nueva guiada por Uza y Ajío. 8 David y todo el pueblo de Israel celebraban ante Dios con mucho entusiasmo. Bailaban y cantaban al son de liras, arpas, tambores, platillos y trompetas.
9 Cuando llegaron al lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Quidón, los bueyes tropezaron, haciendo caer el cofre, pero Uza alcanzó a sostenerlo antes de que se cayera. 10 Sin embargo, la ira del SEÑOR se volvió contra Uza y lo mató por haber tocado el cofre. Uza murió allí mismo delante de Dios. 11 David se enojó porque el SEÑOR había matado a Uza, así que llamó a aquel lugar «Peres Uza[a]», y hasta el día de hoy ese es su nombre. 12 Ese día David sintió miedo de Dios y pensó: «Es mejor que no me lleve el cofre de Dios». 13 Así que no llevó el cofre a la Ciudad de David, sino que lo llevó a la casa de Obed Edom de Gat[b]. 14 Allí permaneció el cofre durante tres meses, y el SEÑOR bendijo a Obed Edom, a toda su familia y a todo lo que tenía.
Prosperidad del reino de David
(2 S 5:11-16)
14 Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, junto con madera de cedro, carpinteros y canteros para construirle una casa. 2 David se dio cuenta de que realmente el SEÑOR lo había puesto como rey de Israel y había hecho que su reino fuera importante por consideración a su pueblo Israel.
3 David tomó por esposas a varias mujeres de Jerusalén y tuvo más hijos e hijas. 4 Estos son los nombres de los hijos de David que nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 5 Ibjar, Elisúa, Elpélet, 6 Noga, Néfeg, Jafía, 7 Elisama, Belyadá y Elifelet.
David derrota a los filisteos
(2 S 5:17-25)
8 Cuando los filisteos supieron que David había sido consagrado[c] rey de todo Israel, fueron a buscar a David para matarlo, pero David se enteró de sus planes y fue a enfrentarlos. 9 Los filisteos atacaron a la gente del valle de Refayin y se robaron todo lo que pudieron. 10 Entonces David le preguntó a Dios:
—¿Debo pelear contra los filisteos? ¿Cuento contigo para derrotarlos?
El SEÑOR le dijo:
—Sí, cuenta conmigo.
11 Entonces David fue a Baal Perasín y después de derrotar a los filisteos, dijo: «Dios penetró en mis enemigos como penetra el agua en una presa abierta». Por eso David llamó a ese lugar «Baal Perasín»[d]. 12 Los filisteos dejaron allí las estatuas de sus dioses y David ordenó que las quemaran.
13 Los filisteos volvieron a atacar al valle de Refayin. 14 David oró a Dios y en esta ocasión le dijo:
—No subas allá. Rodéalos y atácalos por la retaguardia, desde el otro lado de los árboles de bálsamo. 15 Desde las copas de los árboles, podrás oír que los filisteos avanzan para atacar. Entonces atácalos, porque esa es la señal de que Dios irá al frente de ti para derrotar a los filisteos.
16 David obedeció a Dios y derrotó a los filisteos. Los persiguieron y los mataron por el camino desde Gabaón hasta Guézer. 17 Entonces la fama de David se extendió por todas las regiones y el SEÑOR hizo que todas las naciones le temieran.
El cofre del pacto en Jerusalén
15 David mandó construir varias casas para él en la Ciudad de David, preparó un lugar para el cofre de Dios y levantó una carpa para el cofre. 2 David les advirtió a todos: «Solamente los levitas pueden cargar el cofre de Dios, porque para eso los eligió el SEÑOR para llevar el cofre del SEÑOR y para servirle siempre».
3 Después David reunió a todo el pueblo de Israel en Jerusalén para llevar el cofre del SEÑOR al lugar que le había preparado. 4 También David reunió a los descendientes de Aarón y a los levitas:
5 De los descendientes de Coat estaba Uriel, quien era el jefe, junto con 120 parientes.
6 De los descendientes de Merari estaba Asaías, quien era el jefe, junto con 220 parientes.
7 De los descendientes de Guersón estaba Joel, quien era el jefe, junto con 130 parientes.
8 De los descendientes de Elizafán estaba Semaías, quien era el jefe, junto con 200 parientes.
9 De los descendientes de Hebrón estaba Eliel, quien era el jefe, junto con 80 parientes.
10 De los descendientes de Uziel estaba Aminadab, quien era el jefe, junto con 112 parientes.
11 Luego David se reunió con algunos sacerdotes y levitas. Los sacerdotes eran Sadoc y Abiatar. Los levitas eran Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab. 12 En la reunión David les dijo: «Ustedes son los líderes y jefes de las familias de los levitas, así que purifíquense y hagan que todos los levitas se purifiquen ante Dios. Así podrán llevar el cofre del SEÑOR, Dios de Israel, al lugar que yo le preparé. 13 Como ustedes no estaban con nosotros la primera vez, el SEÑOR nuestro Dios se enojó con nosotros porque no lo consultamos en la forma que él había mandado».
14 Entonces los sacerdotes y los levitas se purificaron para poder llevar el cofre del SEÑOR Dios de Israel. 15 Los levitas cargaron el cofre sobre sus hombros utilizando las varas, así como el SEÑOR había mandado por medio de Moisés.
16 David también pidió a los jefes de los levitas que hablaran con sus familiares músicos y cantores para que amenizaran la celebración. David quería que todos estuvieran llenos de alegría cantando al son de arpas, liras y platillos. 17 Los levitas llamaron entonces a Hemán hijo de Joel y a su pariente Asaf hijo de Berequías. También llamaron a Etán hijo de Cusaías de los descendientes de Merari. 18 Junto con ellos estaban otros parientes que les seguían en categoría en el servicio. Estos son sus nombres: Zacarías, Jaziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Benaías, Maseías, Matatías, Elifeleu, Micnías, y los porteros Obed Edom y Jeyel.
19 Hemán, Asaf y Etán eran músicos y tocaban los platillos de bronce. 20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maseías y Benaías tenían arpas para tocar según Alamot[e]. 21 Matatías, Elifeleu, Micnías, Obed Edom, Jeyel y Azazías tenían liras para tocar según Seminit[f]. 22 Quenanías era el director musical de los levitas. Como él era tan talentoso y experto, estaba encargado de dirigir y coordinar a todos los músicos. 23 Berequías y Elcaná eran los guardianes del cofre. 24 Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer tocaban las trompetas. Obed Edom y Jehías también eras guardianes del cofre.
25 David, los ancianos de Israel y los comandantes de 1000 soldados estaban encargados de traer el cofre del pacto del SEÑOR desde la casa de Obed Edom. Todos iban llenos de alegría. 26 Como Dios ayudó a los levitas que cargaban el cofre del pacto del SEÑOR, se sacrificaron siete toros y siete carneros. 27 David, los levitas que cargaban el cofre, los músicos, los cantores y Quenanías que era el director musical llevaban túnicas finas de lino.
28 Todo el pueblo de Israel escoltó el cofre del pacto del SEÑOR, iban llenos de júbilo cantando al ritmo de cuernos de carneros, trompetas, platillos, arpas y liras.
29 Cuando el cofre del pacto del SEÑOR entró en la Ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, se asomó por la ventana y al ver a David saltando y danzando con alegría, sintió desprecio por él.
Los hermanos de Jesús
7 Después de esto, Jesús andaba por la región de Galilea. No quería ir a Judea,[a] porque los líderes judíos buscaban una oportunidad para matarlo. 2 Se acercaba la fiesta judía de las Enramadas, 3 entonces los hermanos de Jesús le dijeron:
—Deberías ir a la fiesta en Judea, para que tus seguidores vean las obras que haces. 4 Nadie que quiera darse a conocer hace sus cosas a escondidas. Ponte pues a la vista de todo el mundo para que todos vean lo que haces.
5 Es que ni siquiera sus hermanos creían en él. 6 Jesús les dijo:
—Todavía no es tiempo para eso, pero cualquier tiempo es bueno para ustedes. 7 El mundo no tiene por qué odiarlos a ustedes, pero el mundo me odia porque le digo a la gente lo malo que hace. 8 Vayan ustedes a la fiesta. Yo no voy porque todavía no ha llegado mi tiempo.
9 Después de decir esto, Jesús se quedó en Galilea. 10 Sus hermanos se fueron a la fiesta y después él también fue, pero de incógnito. 11 Los líderes judíos lo estaban buscando, y decían: «¿Dónde estará ese hombre?»
12 Toda la gente discutía sobre Jesús. Algunos decían: «Es un buen hombre», pero otros decían: «No, él engaña a la gente». 13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de Jesús porque tenían miedo de los líderes judíos.
Jesús enseña en Jerusalén
14 Había pasado la mitad de la fiesta cuando Jesús fue al área del templo y comenzó a enseñar. 15 Los líderes judíos estaban sorprendidos y decían: «Este hombre nunca ha estudiado, ¿cómo es que sabe tanto?»
16 Jesús les respondió:
—Lo que yo enseño no es mío, sino de Dios que me envió. 17 Si alguien quiere hacer lo que Dios quiere, sabrá que mi enseñanza viene de Dios. Sabrá que esa enseñanza no es mía. 18 El que enseña sus propias ideas está buscando honor para sí mismo. En cambio, el que busca honrar al que lo envió es honesto. No hay nada deshonesto en él. 19 Moisés les dio la ley, ¿no es cierto? Pero ninguno de ustedes la obedece. Si así fuera, ¿por qué están tratando de matarme?
20 La gente respondió:
—¡Un demonio te está volviendo loco! ¿Quién está tratando de matarte?
21 Jesús contestó:
—Hice tan sólo un milagro y todos ustedes se sorprendieron. 22 Moisés les dio la ley sobre la circuncisión. (Aunque realmente la circuncisión no viene de Moisés, sino de sus antepasados). Así que a veces tienen que circuncidar a un niño en día de descanso. 23 Esto prueba que para obedecer la ley de Moisés un niño puede ser circuncidado en día de descanso. Entonces, ¿por qué se enojan conmigo por sanarle a alguien todo el cuerpo en día de descanso? 24 Dejen de juzgar por las apariencias, más bien juzguen de una manera correcta.
¿Es Jesús el Mesías?
25 Entonces algunos de los que vivían en Jerusalén comenzaron a decir: «¿Acaso no es este el hombre que quieren matar? 26 Pero miren, está hablando en público y no le dicen nada. ¿Será posible que los líderes hayan decidido que él es realmente el Mesías? 27 Nosotros sabemos de dónde viene ese hombre, pero cuando venga el verdadero Mesías, nadie sabrá de dónde viene».
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