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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
1 Crónicas 10-12

Muerte del rey Saúl

(1 S 31:1-13)

10 Los filisteos pelearon contra Israel, y los israelitas salieron huyendo. Muchos israelitas murieron en el monte Guilboa. Entonces los filisteos se dedicaron a perseguir a Saúl y a sus hijos, logrando matar a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa. La batalla se puso cada vez peor para Saúl, y los arqueros lo alcanzaron a herir con sus flechas. Entonces Saúl le dijo a su escudero:

—Toma la espada y mátame para que esos paganos[a] no vengan a hacer burla de mí.

Pero el escudero de Saúl tuvo miedo y se negó a matarlo. Así que Saúl tomó su propia espada y se mató él mismo. Al ver que Saúl estaba muerto, su escudero se atravesó con su propia espada y murió también. Saúl murió junto con sus tres hijos y toda su dinastía.

Al ver que el ejército huía y que Saúl y sus hijos habían muerto, los israelitas que vivían en el valle abandonaron sus ciudades y también huyeron. Entonces los filisteos pasaron a ocupar esas ciudades.

Al día siguiente, cuando los filisteos regresaron para despojar a los cadáveres, encontraron a Saúl y a sus hijos muertos en el monte Guilboa. A Saúl le quitaron todo lo que tenía, agarraron su cabeza y armas, y enviaron mensajeros para que esparcieran la noticia a los filisteos y a todos los templos de sus ídolos. 10 Pusieron sus armas en el templo de sus dioses y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. 11 Cuando todos los de Jabés de Galaad se enteraron de lo que los filisteos habían hecho, 12 los soldados de Jabés recuperaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos, y los llevaron a Jabés. Allí los enterraron bajo un roble y ayunaron durante siete días.

13 Saúl murió porque fue infiel al SEÑOR; no obedeció los mandamientos del SEÑOR. Saúl incluso consultó a un médium[b] para que lo guiara, 14 en lugar de pedir ayuda al SEÑOR. Entonces el Señor le quitó la vida y le entregó el reino a David, el hijo de Isaí.

Se proclama a David rey de Israel

(2 S 5:1-5)

11 Todo Israel se presentó ante David en Hebrón para decirle: «Somos parientes, tenemos la misma sangre. Aun cuando Saúl era nuestro rey, Su Majestad era el que nos dirigía en batalla, el que traía al pueblo de la guerra. El mismo SEÑOR tu Dios le dijo a Su Majestad: “Serás el pastor de mi pueblo, Israel, y reinarás sobre él”». Así que todos los líderes de Israel se reunieron con el rey David en Hebrón. Allí David hizo un pacto con ellos ante el SEÑOR. Luego los líderes lo declararon[c] rey de Israel, tal como el SEÑOR lo había dicho por medio de Samuel.

David conquista a Jerusalén

(2 S 5:6-10)

David y todo Israel fueron a Jerusalén, que es la misma Jebús, donde vivían los jebuseos. Los habitantes de Jebús le dijeron a David: «No entrarás a nuestra ciudad». Pero David logró tomar el fuerte de Sion, el cual es actualmente la Ciudad de David.

David hizo esta promesa: «El que primero ataque a los jebuseos será nombrado comandante y jefe». Así que Joab hijo de Sarvia fue el primero y se convirtió en jefe.

Luego David se fue a vivir al fuerte y por eso se le llamó la Ciudad de David. Él construyó la ciudad alrededor desde el área llamada Milo hasta sus alrededores y Joab reconstruyó el resto de la ciudad. David se fortalecía más y más porque el SEÑOR Todopoderoso estaba con él.

Los tres héroes

(2 S 23:8-39)

10 David tuvo el apoyo de militares y jefes durante su reinado en Israel. Ellos estuvieron siempre de su lado para cumplir el mandato del SEÑOR con respecto al pueblo de Israel.

11 Aquí está la lista de los principales guerreros de David: Yasobeán hijo de Jacmoní, que era el capitán de los tres[d] héroes, mató con su lanza a 300 hombres en una sola batalla. 12 Después estaba Eleazar hijo de Dodó el ajojita, que también era uno de los más famosos, 13 y estaba con David en Pasdamín cuando los filisteos se habían reunido para la batalla. Allí había un terreno lleno de sembrados de cebada y cuando los israelitas huían de los filisteos, 14 Eleazar y David siguieron firme en el lugar y lo defendieron hasta derrotar a los filisteos. Así el SEÑOR los salvó con una gran victoria.

15 Una vez tres de los treinta héroes bajaron hasta la cueva de Adulán para unirse a David. El ejército filisteo estaba acampando en el valle de Refayin. 16 David estaba en el fuerte y en ese tiempo había tropas de los filisteos acantonadas en Belén. 17 A David le dio sed y dijo: «Si sólo pudiera tomar un poco del agua del pozo que está en la entrada de Belén», pero en realidad sólo lo dijo por decir. 18 Los tres héroes avanzaron peleando entre el ejército filisteo y tomaron agua del pozo que está cerca de la entrada de la ciudad de Belén. Entonces los tres héroes le llevaron el agua a David, pero no se la tomó, sino que la derramó en la tierra como ofrenda al SEÑOR. 19 David dijo: «Ante mi Dios no puedo beber esta agua. Sería como beber la sangre de los que arriesgaron su vida por mí para traérmela». Por eso David se negó a tomársela. Los tres héroes hicieron muchos actos de ese tipo.

20 Abisay, hermano de Joab, era el jefe de los tres héroes. Abisay mató a 300 enemigos con su lanza y por eso se hizo famoso entre los tres. 21 Abisay se hizo igual de famoso que los tres héroes y se convirtió en su jefe, aunque no era uno de ellos.

22 Después estaba Benaías hijo de Joyadá, quien era de Cabsel y tenía mucho poder. Benaías mató a los dos hijos de Ariel de Moab. Un día nevado, Benaías se metió en un pozo y mató a un león. 23 También mató a un soldado egipcio de gran estatura, que medía como 2 metros y medio,[e] a pesar de que el egipcio tenía una lanza en la mano, tan grande como un rodillo de telar. Benaías lo atacó con un palo, le quitó la lanza y con la misma lanza lo mató. 24 Benaías hijo de Joyadá hizo muchas cosas así y fue tan famoso como los tres héroes. 25 Era aun más famoso que los 30 héroes, pero no era parte de ellos, y David lo nombró jefe de sus escoltas.

Los treinta héroes

26 Los soldados más valientes fueron:

Asael hermano de Joab;

Eljanán hijo de Dodó, de Belén;

27 Samot el harorita;

Heles el pelonita;

28 Irá hijo de Iqués nacido en Tecoa;

Abiezer nacido en Anatot;

29 Sibecay el jusatita;

Ilay el ajojita;

30 Maray el netofatita;

Jéled hijo de Baná y nacido en Netofa;

31 Itay hijo de Ribay, de Guibeá y descendiente de Benjamín;

Benaías el piratonita;

32 Juray, de las riveras de Gaas;

Abiel el arbatita;

33 Azmávet el bajurinita;

Elijaba el salbonita;

34 Jasén el guizonita;

Jonatán hijo de Sague el ararita;

35 Ahían hijo de Sacar el ararita;

Elifal hijo de Ur;

36 Héfer el mequeratita;

Ahías el pelonita;

37 Jezró el carmelita;

Naray hijo de Ezbay;

38 Joel, hermano de Natán;

Mibar hijo de Hagrí;

39 Sélec el amonita;

Najaray de Berot y escudero de Joab hijo de Sarvia;

40 Irá el itrita;

Gareb el itrita;

41 Urías el hitita;

Zabad hijo de Ajlay;

42 Adiná hijo de Sizá el rubenita, aunque era jefe de los rubenitas también era uno de los treinta héroes;

43 Janán hijo de Macá;

Josafat el mitnita;

44 Uzías el astarotita;

Sama y Jehiel, hijos de Jotán el aroerita;

45 Jediael hijo de Simri,

y su hermano Yojá el tizita;

46 Eliel el majavita;

Jerebay y Josavía, hijos de Elnán;

Itmá el moabita;

47 Eliel, Obed y Jasiel, de Sobá.

Guerreros aliados de David

12 David se escondió de Saúl hijo de Quis en Siclag y hasta allí fueron a unirse a él varios guerreros que le habían ayudado en las batallas. Eran hombres muy hábiles en el uso del arco y la flecha y podían lanzarlas con ambas manos. Esta es la lista con sus nombres:

De la tribu de Benjamín y parientes de Saúl: El jefe Ajiezer y Joás, ambos eran hijos de Semá de Guibeá; Jeziel y Pélet hijos de Azmávet; Beracá y Jehú de Anatot; Ismaías, nacido en Gabaón, quien era uno de los treinta guerreros y jefe de ellos; Jeremías, Jahaziel, Johanán y Jozabad, nacido en Guederá. También estaban Eluzay, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías el harufita, los coreítas Elcaná, Isías, Azarel, Joezer y Yasobeán; Joelá y Zebadías hijos de Jeroán, de Guedor.

También algunos de la tribu de Gad se unieron a David cuando estaba en la fortaleza del desierto. Ellos eran guerreros valientes, siempre listos para la guerra. Eran hábiles con el escudo y la lanza; feroces como leones y ágiles como gacelas en las montañas. Esta es la lista con sus nombres:

Ezer, el jefe; Abdías, el segundo en rango; Eliab, el tercero; 10 Mismaná, el cuarto; Jeremías, el quinto; 11 Atay, el sexto; Eliel, el séptimo; 12 Johanán, el octavo; Elzabad, el noveno; 13 Jeremías, el décimo, y Macbanay, el undécimo. 14 Estos gaditas eran jefes militares. El de menor rango estaba a cargo de 100 hombres y el de mayor rango dirigía a más de 1000 hombres. 15 Ellos fueron los hombres que cruzaron el río Jordán en el primer mes, cuando el río estaba muy crecido. Pusieron en fuga a todos los que vivían en los valles hacia el oriente y el occidente.

16 Algunos hombres de la tribu de Benjamín y Judá también se unieron a David en la fortaleza. 17 David fue a encontrarse con ellos y les dijo: «Si ustedes vienen en son de paz para ayudarme, me alegra mucho que se unan a mí. Pero si han venido a traicionarme, yo, que no he matado a nadie, espero que el Dios de sus antepasados los condene».

18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasay, el jefe de los treinta, y él dijo así:

«¡Estamos de tu lado, David!
    ¡Estamos contigo, hijo de Isaí!
¡Paz, sí, paz para ti
    y para los que te ayudan,
    porque Dios te ha ayudado!»

Entonces David les dio la bienvenida y los llevó junto con los jefes de su ejército.

19 Algunos hombres de la tribu de Manasés también se pusieron del lado de David cuando llegó con los filisteos para luchar contra Saúl. Pero los filisteos hicieron una reunión de dirigentes antes del combate. En esa reunión pensaron que David podría unirse a Saúl y eso les costaría la vida. Entonces decidieron sacar a David y por eso él no ayudó a los filisteos. 20 Los hombres de la tribu de Manasés que se unieron a David cuando fue a Siclag fueron los siguientes: Adnás, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletay, quienes eran jefes de los clanes de Manasés. 21 Todos ellos eran guerreros y oficiales del ejército, así que pudieron ayudar a David a pelear contra las bandas de invasores. 22 Cada día más hombres se unían a David, así que lograron formar un ejército tan grande como un ejército de Dios.

Más guerreros se unen a David

23 Muchos hombres equipados para la guerra llegaron hasta Hebrón para unirse a David. Allí le dieron el poder sobre el reino de Saúl, tal como lo había dicho el SEÑOR. Aquí está el total de hombres:

24 De la tribu de Judá llegaron 6800 hombres con sus escudos y lanzas, equipados para la guerra.

25 De la tribu de Simeón se unieron 7100 guerreros valientes.

26 De la tribu de Leví se presentaron 4600 hombres.

27 Joyadá, jefe de la familia de Aarón, llegó con 3700 hombres.

28 Sadoc, joven guerrero, llegó con 22 comandantes de su familia.

29 De la tribu de Benjamín, la misma de Saúl, se presentaron 3000 hombres. Casi todos ellos habían permanecido leales a la familia de Saúl.

30 De la tribu de Efraín llegaron 20 800 guerreros famosos en sus clanes.

31 La media tribu de Manasés designó directamente a 18 000 hombres para ir a proclamar rey a David.

32 La tribu de Isacar entendía muy bien lo que pasaba en ese tiempo y sabía lo que Israel debía hacer. Por eso enviaron a 200 jefes y todos sus parientes bajo sus órdenes.

33 De la tribu de Zabulón llegaron 50 000 hombres con el firme propósito de ayudar. Todos estaban preparados para el combate y llevaban toda clase de armas.

34 La tribu de Neftalí envió a mil comandantes con 37 000 soldados con escudo y lanza.

35 De la tribu de Dan llegaron 28 600 hombres listos para la batalla.

36 De la tribu de Aser se presentaron 40 000 hombres dispuestos para la guerra y preparados para la batalla.

37 De las tribus del otro lado del Jordán, o sea la tribu de Rubén, la de Gad y la media tribu de Manasés, llegaron 120 000 hombres con toda clase de armas.

38 Todos estos guerreros se reunieron en Hebrón y formaron un solo ejército. Todos ellos y todo el pueblo de Israel estaban decididos a establecer a David como rey de todo Israel. 39 Todos ellos estuvieron con David, bebiendo y celebrando durante tres días. Todos sus parientes les daban alimento y bebida. 40 También los vecinos cercanos y hasta los de Isacar, Zabulón y Neftalí les enviaron provisiones en camellos, burros, mulas y bueyes. Allá recibieron grandes cantidades de harina, tortas de higos, pasas, vino, aceite de oliva, bueyes y ovejas, porque todo Israel estaba de fiesta.

Juan 6:45-71

45 (A)Los profetas escribieron: “Y Dios les enseñará a todos”.[a] Todo el que escuche al Padre y aprenda de él, viene a mí. 46 No estoy diciendo que alguno haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que vino de Dios y él lo ha visto.

47 »Les digo la verdad: el que cree tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan que da vida. 49 Sus antepasados comieron maná en el desierto, pero de todas maneras murieron. 50 Aquí está el pan que baja del cielo. El que lo come, no muere. 51 Yo soy el pan viviente que bajó del cielo. Si alguno come este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi cuerpo y lo entregaré para que la gente pueda tener vida.

52 Entonces los judíos comenzaron a discutir entre sí. Se preguntaban:

—¿Cómo va a hacer ese para darnos a comer su propio cuerpo?

53 Jesús les dijo:

—Les digo la verdad: si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán la verdadera vida dentro de ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. 55 Mi carne es comida verdadera y mi sangre es bebida verdadera. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, vive en mí y yo vivo en él. 57 El Padre que me envió es fuente de vida y yo vivo debido a él. Así mismo el que se alimenta de mí, vivirá debido a mí. 58 Yo no soy como el pan que sus antepasados comieron, ellos comieron de ese pan pero de todas maneras murieron. Yo soy el pan que bajó del cielo. Si alguien come de este pan, vivirá para siempre.

59 Jesús dijo esto cuando enseñaba en la sinagoga de Capernaúm.

Muchos seguidores se alejan de Jesús

60 Cuando oyeron esto, muchos de sus seguidores dijeron: «Su enseñanza es difícil. ¿Quién puede aceptarla?»

61 Jesús sabía de antemano de lo que se estaban quejando, así que les dijo:

—¿Les molesta esta enseñanza? 62 ¿Les va a molestar cuando vean que el Hijo del hombre vuelve al lugar de donde vino? 63 El Espíritu es el que da vida, el cuerpo no tiene nada que ver en eso. Las palabras que les he dicho vienen del Espíritu y por lo tanto dan vida. 64 Pero algunos de ustedes no creen.

Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que lo iba a traicionar. También dijo:

65 —Por eso les digo que nadie puede venir a mí si el Padre no lo permite.

66 Esta fue la razón por la que muchos de sus seguidores lo abandonaron y no lo siguieron más. 67 Entonces Jesús les dijo a los doce:

—¿Ustedes también se quieren ir?

68 Simón Pedro le contestó:

—Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras que dan vida eterna. 69 Confiamos en ti y sabemos que eres el Santo de Dios.

70 Jesús les respondió:

—¿Acaso no los elegí a ustedes doce? Sin embargo, uno de ustedes es diablo.

71 Jesús se refería a Judas, el hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, quien lo iba a traicionar.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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