Old/New Testament
Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David.
4 RESPÓNDEME cuando clamo, oh Dios de mi justicia:
Estando en angustia, tú me hiciste ensanchar:
Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
2 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia,
Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah.)
3 Sabed pues, que Jehová hizo apartar al pío para sí:
Jehová oirá cuando yo á él clamare.
4 Temblad, y no pequéis:
Conversad en vuestro corazón sobre vuestra cama, y desistid. (Selah.)
5 Ofreced sacrificios de justicia,
Y confiad en Jehová.
6 Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien?
Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
7 Tú diste alegría en mi corazón,
Más que tienen ellos en el tiempo que se multiplicó su grano y su mosto.
8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me harás estar confiado.
Al Músico principal: sobre Nehiloth: Salmo de David.
5 ESCUCHA, oh Jehová, mis palabras;
Considera la meditación mía.
2 Está atento á la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
Porque á ti oraré.
3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré á ti, y esperaré.
4 Porque tú no eres un Dios que ame la maldad:
El malo no habitará junto á ti.
5 No estarán los insensatos delante de tus ojos:
Aborreces á todos los que obran iniquidad.
6 Destruirás á los que hablan mentira:
Al hombre de sangres y de engaño abominará Jehová.
7 Y yo en la multitud de tu misericordia entraré en tu casa:
Adoraré hacia el templo de tu santidad en tu temor.
8 Guíame, Jehová, en tu justicia á causa de mis enemigos;
Endereza delante de mí tu camino.
9 Porque no hay en su boca rectitud:
Sus entrañas son pravedades;
Sepulcro abierto su garganta:
Con su lengua lisonjearán.
10 Desbarátalos, oh Dios;
Caigan de sus consejos:
Por la multitud de sus rebeliones échalos,
Porque se rebelaron contra ti.
11 Y alegrarse han todos los que en ti confían;
Para siempre darán voces de júbilo, porque tú los defiendes:
Y en ti se regocijarán los que aman tu nombre.
12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo;
Lo cercarás de benevolencia como con un escudo.
Al Músico principal: en Neginoth sobre Seminith: Salmo de David.
6 JEHOVÁ, no me reprendas en tu furor,
Ni me castigues con tu ira.
2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado:
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos están conmovidos.
3 Mi alma asimismo está muy conturbada:
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
4 Vuelve, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.
5 Porque en la muerte no hay memoria de ti:
¿Quién te loará en el sepulcro?
6 Heme consumido á fuerza de gemir:
Todas las noches inundo mi lecho,
Riego mi estrado con mis lágrimas.
7 Mis ojos están carcomidos de descontento;
Hanse envejecido á causa de todos mis angustiadores.
8 Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad;
Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
9 Jehová ha oído mi ruego;
Ha recibido Jehová mi oración.
10 Se avergonzarán, y turbaránse mucho todos mis enemigos;
Volveránse y serán avergonzados subitáneamente.
16 Y esperándolos Pablo en Atenas, su espíritu se deshacía en él viendo la ciudad dada á idolatría.
17 Así que, disputaba en la sinagoga con los Judíos y religiosos; y en la plaza cada día con los que le ocurrían.
18 Y algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estóicos, disputaban con él; y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección.
19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué sea esta nueva doctrina que dices?
20 Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas: queremos pues saber qué quiere ser esto.
21 (Entonces todos los Atenienses y los huéspedes extranjeros, en ninguna otra cosa entendían, sino ó en decir ó en oir alguna cosa nueva.)
22 Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más superticiosos;
23 Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo.
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos,
25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas;
26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos;
27 Para que buscasen á Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros:
28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.
29 Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Divinidad ser semejante á oro, ó á plata, ó á piedra, escultura de artificio ó de imaginación de hombres.
30 Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia á todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan:
31 Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe á todos con haberle levantado de los muertos.
32 Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez.
33 Y así Pablo se salió de en medio de ellos.
34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales también fué Dionisio el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
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