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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Dios Habla Hoy (DHH)
Version
1 Crónicas 25-27

Los músicos y cantores

25 Luego David y los jefes de los servicios religiosos asignaron oficios especiales a los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún, quienes comunicaban mensajes proféticos acompañados de arpas, salterios y platillos. Ésta es la lista de los que estaban ocupados en esa labor.

De los hijos de Asaf: Jacur, José, Netanías y Asarela. El que los dirigía era Asaf, su padre, quien comunicaba mensajes proféticos bajo las órdenes del rey.

Los seis hijos de Jedutún: Guedalías, Serí, Isaías, Simí, Hasabías y Matatías. El que los dirigía era su padre Jedutún, el cual comunicaba mensajes proféticos acompañado de arpa para dar gracias y alabar a Dios.

Los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Hananías, Hananí, Eliatá, Guidalti, Romamti-ézer, Josbecasa, Malotí, Hotir y Mahaziot. Todos estos fueron hijos de Hemán, vidente al servicio del rey, según las promesas que Dios le había hecho de que lo haría muy poderoso; en efecto, Dios le dio a Hemán catorce hijos y tres hijas. A todos ellos los dirigía su padre cuando cantaban en los servicios religiosos del templo acompañados de platillos, salterios y cítaras.

Asaf, Jedutún y Hemán estaban bajo las órdenes del rey. El número total de músicos expertos, incluyendo a sus otros compañeros instruidos para cantar al Señor, era de doscientos ochenta y ocho.

Entonces se repartieron por suerte los turnos del servicio entre todos, fueran mayores o menores, maestros o aprendices.

9-31 Al sacar la suerte, quedaron los turnos en el siguiente orden, del primero al vigesimocuarto:

José

Guedalías

Zacur

Isrí

Netanías

Buquías

Jesarela

Isaías

Matanías

Simí

Azarel

Hasabías

Subael

Matatías

Jeremot

Hananías

Josbecasa

Hananí

Malotí

Eliatá

Hotir

Guidalti

Mahaziot

Romamti-ézer

Cada uno de ellos con sus hermanos e hijos eran doce.

Porteros y otros funcionarios

26 Al repartir los turnos de los porteros, quedaron los siguientes:

De los coreítas, Meselemías, hijo de Coré, que fue hijo de Ebiasaf. Los hijos de Meselemías: Zacarías, el mayor; Jediael, el segundo; Zebadías, el tercero; Jatniel, el cuarto; Elam, el quinto; Johanán, el sexto, y Eliehoenai, el séptimo.

Los hijos de Obed-edom: Semaías, el mayor; Jozabad, el segundo; Joah, el tercero; Sacar, el cuarto; Natanael, el quinto; Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo, y Peultai, el octavo. Porque Dios había bendecido a Obed-edom con muchos hijos.

Semaías, hijo de Obed-edom, tuvo dos hijos que gobernaban en sus familias porque eran hombres de mucho valor. Los hijos de Semaías fueron Otní, Rafael, Obed, Elzabad, Elihú y Samaquías, hombres de valor. Todos estos, descendientes de Obed-edom, y sus hijos y hermanos, eran hombres de valor por la energía que mostraban en el servicio. En total, sesenta y dos descendientes de Obed-edom.

Hijos y hermanos de Meselemías: dieciocho, todos hombres de gran valor.

10 Hijos de Hosá, descendientes de Merarí: Simrí, que era el jefe, pues aunque no era el hijo mayor, su padre lo puso de jefe; 11 Hilquías, el segundo; Tebalías, el tercero; Zacarías, el cuarto. Los hijos y hermanos de Hosá eran en total trece.

12 Éstos eran los turnos de los porteros. A ellos, lo mismo a los jefes que a sus compañeros, les correspondía el servicio en el templo. 13 Hicieron por familias el sorteo de cada puerta, y en él entraron tanto los mayores como los menores.

14 A Selemías le tocó en el sorteo la puerta del este, y a su hijo Zacarías, consejero prudente, le tocó la del norte. 15 A Obed-edom le tocó la del sur, y a sus hijos les tocó el cuidado de los depósitos del templo. 16 A Hosá le tocó la parte del oeste donde está la puerta de Saléquet, en el camino de subida.

Los servicios correspondientes se distribuían así: 17 cada día había seis porteros al este, cuatro al norte y cuatro al sur, y dos para cada uno de los depósitos. 18 En el atrio, al oeste, había cuatro para la calzada y dos para el atrio mismo. 19 Así estaban repartidos los oficios de los porteros descendientes de Coré y Merarí.

20 Otros levitas estaban encargados de cuidar los tesoros del templo y los depósitos de ofrendas sagradas. 21 De los hijos de Ladán, que descendían de Guersón y de Jehiel, 22 los hijos de Jehiel y de sus hermanos Zetam y Joel tenían a su cargo los tesoros del templo.

23 En cuanto a los descendientes de Amram, Ishar, Hebrón y Uziel, 24 el encargado principal de los tesoros era Sebuel, descendiente de Guersón y de Moisés.

25 Parientes suyos por parte de Eliézer eran Rehabías, hijo de Eliézer; Isaías, hijo de Rehabías; Joram, hijo de Isaías; Zicrí, hijo de Joram; y Selomit, hijo de Zicrí.

26 Selomit y sus hermanos tenían a su cargo todos los depósitos de objetos sagrados que David, los jefes de familia, los jefes de batallones y de compañías y los altos jefes del ejército habían consagrado al Señor. 27 Eran cosas conseguidas en las guerras, y que ellos habían dedicado al mantenimiento del templo. 28 También estaba allí lo que habían consagrado Samuel el vidente, Saúl hijo de Quis, Abner hijo de Ner, y Joab hijo de Seruiá. Todo lo consagrado estaba al cuidado de Selomit y sus hermanos.

29 De los descendientes de Ishar, los que estaban ocupados de los asuntos exteriores de Israel, como oficiales y jueces, eran Quenanías y sus hijos.

30 De los descendientes de Hebrón, los que estaban encargados de inspeccionar a Israel al oeste del Jordán, tanto en todo lo relacionado con las cosas del Señor como en el servicio del rey, eran Hasabías y sus parientes, mil setecientos hombres de gran valor.

31 En el año cuarenta del reinado de David se hicieron investigaciones en los anales familiares de los descendientes de Hebrón, y se encontró que entre ellos había hombres de gran valor en Jazer de Galaad. El jefe de los descendientes de Hebrón era Jerías; 32 junto con sus parientes, hombres de gran valor, sumaban dos mil setecientos jefes de familia. El rey David los nombró para hacerse cargo de las tribus de Rubén y de Gad y de la media tribu de Manasés, para todos los asuntos relacionados con Dios o con el rey.

Organización militar y civil en el reino de David

27 A continuación viene la lista de los israelitas enumerados según los jefes de familia, de los jefes de batallones y de compañías, y de los oficiales de los que estaban al servicio del rey, para todo lo relacionado con las divisiones militares que servían por turnos mensuales durante todo el año. Cada división estaba formada por veinticuatro mil hombres.

Primera división, de guardia el primer mes: su jefe era Jasobeam, hijo de Zabdiel, descendiente de Fares y comandante de todos los jefes de las tropas que prestaban servicio el primer mes.

División de guardia el segundo mes: su jefe era Dodai el ahohíta.

División de guardia el tercer mes: su jefe militar era Benaías, hijo del sumo sacerdote Joiadá, el cual era uno de los treinta valientes y su jefe. Pero su hijo Amizabad mandaba esta división.

División de guardia el cuarto mes: su jefe era Asael, hermano de Joab. A él lo sucedió su hijo Zebadías.

División de guardia el quinto mes: su jefe era Samhut el izraíta.

División de guardia el sexto mes: su jefe era Irá, hijo de Iqués, del pueblo de Tecoa.

10 División de guardia el séptimo mes: su jefe era Heles el paltita, descendiente de Efraín.

11 División de guardia el octavo mes: su jefe era Sibecai el de Husá, descendiente de Zérah.

12 División de guardia el noveno mes: su jefe era Ebiézer el de Anatot, descendiente de Benjamín.

13 División de guardia el décimo mes: su jefe era Maharai el de Netofá, descendiente de Zérah.

14 División de guardia el undécimo mes: su jefe era Benaías el de Piratón, descendiente de Efraín.

15 División de guardia el duodécimo mes: su jefe era Heldai el de Netofá, descendiente de Otoniel.

16 Los jefes de las tribus de Israel eran los siguientes: de la tribu de Rubén, Eliézer, hijo de Zicrí; de la de Simeón, Sefatías, hijo de Maacá; 17 de la de Leví, Hasabías, hijo de Quemuel; de los descendientes de Aarón, Sadoc; 18 de la tribu de Judá, Elihú, un hermano de David; de la de Isacar, Omrí, hijo de Micael; 19 de la de Zabulón, Ismaías, hijo de Abdías; de la de Neftalí, Jerimot, hijo de Azriel; 20 de la de Efraín, Oseas, hijo de Azazías; de la media tribu de Manasés, Joel, hijo de Pedaías; 21 de la otra media tribu que estaba en Galaad, Idó, hijo de Zacarías; de la de Benjamín, Jaasiel, hijo de Abner; 22 de la de Dan, Azarel, hijo de Jeroham. Éstos eran los jefes de las tribus de Israel.

23 David no hizo el censo de los que tenían menos de veinte años, porque el Señor había prometido que multiplicaría a los israelitas como las estrellas del cielo. 24 Joab comenzó a hacer el censo, pero no lo terminó, porque eso trajo una calamidad a Israel. Por eso no aparece el número en el libro de las crónicas del rey David.

25 El tesorero real era Azmávet, hijo de Adiel, y el encargado de los almacenes que había en el campo, en las ciudades, en los pueblos y en las fronteras, era Jonatán, hijo de Ozías.

26 Al frente de los trabajadores que cultivaban las tierras estaba Ezrí, hijo de Quelub. 27 Al frente de los viñedos estaba Simí, de Ramat, y el encargado de recoger el vino para las bodegas era Zabdí, de Sefam. 28 Al frente de los olivares y de los bosques de higueras silvestres que había en la llanura estaba Baal-hanán, de Guéder, y de los depósitos de aceite, Joás. 29 Al frente del ganado que pastaba en Sarón estaba Sitrai, del propio Sarón, y al frente del ganado que pastaba en los valles estaba Safat, hijo de Adlai. 30 Al frente de los camellos estaba Obil, el ismaelita; de las asnas, Jehedías, de Meronot; 31 y de las ovejas, Jaziz, el agareno. Todos estos eran los administradores de los bienes del rey David.

32 Jonatán, el tío de David, hombre sabio e instruido, era consejero, y Jehiel, hijo de Hacmoní, era quien acompañaba a los hijos del rey. 33 También Ahitófel era consejero del rey, y Husai, el arquita, era el hombre de confianza del rey. 34 A Ahitófel le sucedieron en su cargo Joiadá, hijo de Benaías, y Abiatar. El jefe del ejército real era Joab.

Juan 9:1-23

Jesús da la vista a un hombre que nació ciego

Al salir, Jesús vio a su paso a un hombre que había nacido ciego. Sus discípulos le preguntaron:

—Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Por el pecado de sus padres, o por su propio pecado?

Jesús les contestó:

—Ni por su propio pecado ni por el de sus padres; fue más bien para que en él se demuestre lo que Dios puede hacer. Mientras es de día, tenemos que hacer el trabajo del que me envió; pues viene la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en este mundo, soy la luz del mundo.

Después de haber dicho esto, Jesús escupió en el suelo, hizo con la saliva un poco de lodo y se lo untó al ciego en los ojos. Luego le dijo:

—Ve a lavarte al estanque de Siloé (que significa: «Enviado»).

El ciego fue y se lavó, y cuando regresó ya podía ver. Los vecinos y los que antes lo habían visto pedir limosna se preguntaban:

—¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?

Unos decían:

—Sí, es él.

Otros decían:

—No, no es él, aunque se le parece.

Pero él mismo decía:

—Sí, yo soy.

10 Entonces le preguntaron:

—¿Y cómo es que ahora puedes ver?

11 Él les contestó:

—Ese hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo untó en los ojos, y me dijo: “Ve al estanque de Siloé, y lávate.” Yo fui, y en cuanto me lavé, pude ver.

12 Entonces le preguntaron:

—¿Dónde está ese hombre?

Y él les dijo:

—No lo sé.

Los fariseos interrogan al ciego que fue sanado

13-14 El día en que Jesús hizo el lodo y devolvió la vista al ciego era sábado. Por eso llevaron ante los fariseos al que había sido ciego, 15 y ellos le preguntaron cómo era que ya podía ver. Y él les contestó:

—Me puso lodo en los ojos, me lavé, y ahora veo.

16 Algunos fariseos dijeron:

—El que hizo esto no puede ser de Dios, porque no respeta el sábado.

Pero otros decían:

—¿Cómo puede hacer estas señales milagrosas, si es pecador?

De manera que hubo división entre ellos, 17 y volvieron a preguntarle al que antes era ciego:

—Puesto que te ha dado la vista, ¿qué dices de él?

Él contestó:

—Yo digo que es un profeta.

18 Pero los judíos no quisieron creer que había sido ciego y que ahora podía ver, hasta que llamaron a sus padres 19 y les preguntaron:

—¿Es éste su hijo? ¿Declaran ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver?

20 Sus padres contestaron:

—Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; 21 pero no sabemos cómo es que ahora puede ver, ni tampoco sabemos quién le dio la vista. Pregúntenselo a él; ya es mayor de edad, y él mismo puede darles razón.

22 Sus padres dijeron esto por miedo, pues los judíos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a cualquiera que reconociera que Jesús era el Mesías. 23 Por eso dijeron sus padres: «Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad.»

Dios Habla Hoy (DHH)

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