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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Éxodo 25-26

Una ofrenda para el santuario

25 Dios le dijo a Moisés:

«Habla con los israelitas y diles que me traigan una ofrenda. Pero no los obligues a dar nada. Quiero que su ofrenda sea voluntaria y de todo corazón. Y esto es lo que espero que me den:

objetos de oro, plata y cobre;

tela morada, tela azul, tela roja y tela de lino fino;

pelo de cabra,

pieles de carnero teñidas de rojo y pieles finas,

madera de acacia,

aceite para las lámparas,

perfumes para el aceite de consagrar[a] y para el incienso perfumado,

piedras finas, como el ónice multicolor, para ponerlas en la túnica y el chaleco del sacerdote principal.

»Además, quiero que me construyan un santuario para que yo viva entre ustedes. El santuario y todos sus muebles tienen que hacerlos exactamente iguales a los que te voy a mostrar.

El cofre del pacto

10 »Quiero también que hagas un cofre de madera de acacia. Debe medir un metro y diez centímetros de largo, sesenta y cinco centímetros de ancho, y sesenta y cinco centímetros de alto. 11 Lo debes recubrir de oro por dentro y por fuera, y ponerle alrededor una franja de oro. 12 En cada una de las cuatro patas le pondrás una argolla de oro, de modo que en cada lado tenga dos argollas. 13 Haz luego dos varas de madera de acacia, y recúbrelas de oro. 14 Pasa luego esas varas a través de las argollas para transportar el cofre. 15 Nunca las quites de allí; déjalas en las argollas. 16 Cuando te haya entregado los diez mandamientos, quiero que los pongas dentro del cofre.

17 »Después de eso quiero que le hagas al cofre una tapa de oro puro. Debe medir un metro y diez centímetros de largo por sesenta y cinco centímetros de ancho. 18 En cada extremo de la tapa pondrás dos querubines de oro moldeados a martillo. 19 La tapa y los dos querubines deben ser de una sola pieza. 20 Los dos querubines deben quedar uno frente al otro, mirando hacia la tapa y cubriéndola con sus alas extendidas. 21 Una vez que hayas puesto la tapa sobre el cofre, pondrás allí adentro los diez mandamientos. 22 Entre los dos querubines, yo me encontraré contigo y te diré lo que los israelitas deben o no deben hacer.

La mesa del pan para Dios

23 »También quiero que hagas una mesa de madera de acacia. Debe medir noventa centímetros de largo, cuarenta y cinco centímetros de ancho, y sesenta y cinco centímetros de alto. 24 Debes recubrirla de oro, y ponerle alrededor una franja de oro. 25 También le pondrás un borde de siete centímetros de ancho con una franja de oro. 26-28 En cada una de las cuatro patas pondrás una argolla de oro, por las que pasarán las varas para transportar la mesa. Las varas deben ser también de madera de acacia, y estar recubiertas de oro. 29 Los platos de la mesa, y los cucharones, jarras y copas para las ofrendas de vino deben ser también de oro puro. 30 La mesa es para que se ponga en ella el pan que ustedes deben ofrecerme siempre.

El candelabro de oro

31-36 »También quiero que hagas un candelabro moldeado a martillo y de una sola pieza. Todo debe ser de oro puro, incluyendo las flores que lo adornan. El tronco tendrá cuatro flores de almendro, y de las tres flores inferiores saldrán seis brazos; tres a un lado, y tres al otro. De la flor superior saldrá el brazo central. Cada brazo estará adornado con tres flores de almendro, y llevará una lámpara, así que el candelabro tendrá siete lámparas en total. Las lámparas también tendrán forma de flor de almendro, 37 y deberán alumbrar hacia el frente. 38 Sus tenazas y ceniceros deben ser también de oro puro.

39 »Para hacer el candelabro y todos sus utensilios tendrás que usar treinta y tres kilos de oro puro. 40 Pon mucho cuidado, porque todo esto debes hacerlo exactamente igual a lo que te mostré en la montaña.

El santuario

26 1-2 »Para el santuario quiero que hagas diez cortinas de doce metros y medio de largo por dos de ancho, y en ellas bordarás dos querubines. Las cortinas serán de tela de lino fino, tela morada, tela azul y tela roja, y el bordado debe ser un trabajo bien hecho.

»Cose las cortinas por los bordes, una sobre otra, en dos conjuntos de cinco cortinas cada uno. 4-5 Coloca los dos conjuntos de cortinas uno frente al otro. Ponle cincuenta ojales de cordón morado en la primera cortina de uno de los dos conjuntos, y otros cincuenta ojales en la última cortina del otro conjunto. Luego une los dos conjuntos de cortinas con cincuenta ganchos de oro, para que el santuario quede de una sola pieza.

7-8 »También quiero que tejas once paños de pelo de cabra para cubrir el santuario. Cada paño debe medir trece metros y medio de largo por dos de ancho. 9-10 Con cinco de los paños haz una gran cortina, y ponle cincuenta ojales. Con los otros seis paños, haz otra gran cortina, y ponle también cincuenta ojales. El sexto paño se deberá doblar por la parte delantera del toldo que cubre el santuario. 11 Une luego las dos cortinas con cincuenta ganchos de bronce, para tener un toldo de una sola pieza. 12-13 Como este toldo es un metro más largo que el del santuario, dejarás que cuelgue medio metro de un lado y medio metro del otro. Así la parte posterior quedará cubierta. 14 A este toldo lo protegerás con una cubierta de piel de carnero teñida de rojo, y sobre ella pondrás otra cubierta de piel fina.

15-25 »Las paredes del santuario las harás con madera de acacia. Harás veinte tablas para el lado sur, veinte para el lado norte, seis para el lado oeste, es decir, para la parte posterior del santuario, y dos más para las dos esquinas de ese mismo lado. Las dos tablas de la parte posterior quedarán unidas a la altura de la primera argolla. Todas las tablas deben medir cuatro metros y medio de largo por sesenta y cinco centímetros de ancho, y deben quedar unidas entre sí por medio de dos ranuras. En cada ranura pondrás una base de plata, de modo que cada tabla quedará sostenida por dos bases de plata.

26-27 »Harás también quince travesaños de madera de acacia: cinco para sostener las tablas del lado norte, cinco para sostener las tablas del lado sur, y cinco para sostener las tablas del lado oeste. 28 El travesaño central debe pasar de un lado al otro, a media altura de las tablas. 29 Recubrirás de oro cada travesaño y cada tabla, y a las tablas les pondrás argollas de oro para pasar por ellas los travesaños. 30 Haz el santuario exactamente igual al que te mostré en la montaña.

La cortina del santuario

31 »Haz también una cortina de tela morada, tela azul, tela roja y tela de lino fino. Ordena que un artista borde en ella dos querubines. 32-34 Ponle ganchos de oro, y cuélgala de cuatro postes de madera de acacia recubiertos de oro. Cada poste debe tener una base de plata.

»Esta cortina servirá para dividir el Lugar Santo del Lugar Santísimo. Detrás de esta cortina estará el Lugar Santísimo, y allí pondrás el cofre del pacto con su tapa. 35 La mesa para el pan que ustedes deben ofrecerme la pondrás en el Lugar Santo. El candelabro quedará en el lado sur, frente a la mesa.

36 »Para la entrada del santuario quiero que mandes a bordar una cortina de tela morada, tela azul, tela roja y tela de lino fino. 37 Hazle ganchos de oro y cuélgala de cinco postes de madera de acacia recubiertos de oro. Pon los postes sobre bases de bronce.

Mateo 20:17-34

Jesús habla otra vez de su muerte

17 Mientras Jesús iba hacia Jerusalén, en el camino reunió a sus doce discípulos y les dijo:

18 «Como pueden ver, ahora vamos a Jerusalén. Y a mí, el Hijo del hombre, me entregarán a los sacerdotes principales y a los maestros de la Ley. Ellos dirán que debo morir, 19 y me entregarán a mis enemigos para que se burlen de mí, y para que me golpeen y me hagan morir en una cruz. Pero después de tres días, resucitaré.»

La petición de una madre

20-21 La madre de Santiago y Juan, que eran dos de los discípulos, fue con ellos a hablar con Jesús. Cuando llegaron, ella se arrodilló delante de Jesús para pedirle un favor. Jesús le preguntó:

—¿Qué es lo que quieres?

Ella le dijo:

—Por favor, ordena que, cuando estés sentado en el trono de tu reino, mis hijos se sienten siempre junto a ti, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.[a]

22 Jesús respondió:

—Ustedes no saben lo que piden. ¿Están dispuestos a sufrir todo lo malo que va a pasarme?

Ellos le dijeron:

—Sí, lo estamos.

23 Jesús les dijo:

—Les aseguro que ustedes sufrirán mucho, igual que yo. Pero sólo mi Padre decide quiénes serán los más importantes en mi reino. Eso no lo decido yo.

24 Cuando los otros diez discípulos se dieron cuenta de todo esto, se enojaron con Santiago y Juan. 25 Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo:

«Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. 27 Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos. 28 Yo, el Hijo del hombre, lo hago así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para dar mi vida por la salvación de muchos.»

Jesús sana a dos ciegos

29 Cuando Jesús salió de la ciudad de Jericó en compañía de sus discípulos, mucha gente lo siguió. 30 Junto al camino estaban sentados dos ciegos. Cuando oyeron que Jesús iba pasando, comenzaron a gritar: «¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos!»

31 La gente comenzó a reprender a los ciegos para que se callaran, pero ellos gritaron con más fuerza todavía: «¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos!»

32 Entonces Jesús se detuvo, llamó a los ciegos y les preguntó:

—¿Qué quieren que haga por ustedes?

33 Ellos le respondieron:

—Señor, haz que podamos ver de nuevo.

34 Jesús tuvo compasión de ellos, y les tocó los ojos. En ese mismo instante, los ciegos pudieron ver de nuevo y siguieron a Jesús.