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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Éxodo 12-13

Instrucciones para celebrar la cena de la Pascua

12 Cuando Moisés y Aarón aún estaban en Egipto, Dios les dijo:

«Este mes será para ustedes el primer mes del año,[a] y el más importante. 3-5 Digan a todos los israelitas que el día diez de este mes cada familia debe apartar un cordero o un cabrito para comérselo. Los animales deben ser machos, de tan sólo un año de edad, y sin ningún defecto. Pero asegúrense de que el animal que elijan alcance para todos, pues cada miembro de la familia debe comer lo acostumbrado. Si alguna familia es muy pequeña como para comerse todo el animal, deberá compartirlo con la familia vecina.

»Cuando cada familia haya apartado su animal, deberá guardarlo hasta el día catorce de este mes, y ese día al atardecer lo matará. Una vez que se reúnan para comer, tomarán un poco de sangre del animal y la untarán en el marco de la puerta de la casa. Esa noche comerán la carne del animal asada al fuego, acompañada de pan sin levadura y hierbas amargas. Pero no vayan a comerse la carne cruda o hervida; tienen que asarla al fuego, y comerse la cabeza, las patas y las tripas.

10 »Además, deben comer rápidamente, con la ropa y las sandalias puestas, y la vara en la mano, como si estuvieran apurados por salir. 11 No deben guardar nada para el día siguiente, porque es la fiesta de la Pascua en mi honor; lo que les sobre, deberán quemarlo.

12 »Esa noche recorreré todo Egipto y mataré a todos los hijos mayores de cada familia egipcia, sea hombre o animal. Yo soy el Dios de Israel, y les daré su merecido a los dioses de Egipto. 13 Pero ustedes los israelitas no deben tener miedo; la sangre que van a untar en los marcos de las puertas me servirá de señal. Cuando yo la vea, no les haré ningún daño a sus hijos mayores, sino que pasaré de largo.

14-20 »De ahora en adelante, todos ustedes deberán celebrar esta fiesta en mi honor, para recordar el día en que los saqué de Egipto. La fiesta durará siete días, desde el atardecer del día catorce hasta el atardecer del día veintiuno. En esa semana celebrarán dos reuniones especiales, una en el primer día y otra en el séptimo. Dondequiera que ustedes vivan, durante esos siete días comerán pan sin levadura. Desde el primer día de la fiesta, y hasta el último, no deberán tener en su casa ni un pedacito de masa con levadura. El que coma pan con levadura durante estos siete días, sea extranjero o israelita, será expulsado de entre ustedes. Además, durante esos siete días no deberán hacer ningún trabajo; lo único que podrán hacer es preparar su propia comida. Ésta será una ley permanente».

Los israelitas celebran la cena de la Pascua

21 Moisés llamó a los jefes israelitas y les dijo:

«Vaya cada uno de ustedes a buscar un cordero para su familia, y mátenlo para celebrar la cena de la Pascua. 22 Echen la sangre del cordero en una vasija, tomen luego unas ramas de hisopo y unten con ellas la sangre en los marcos de las puertas de sus casas. Después de esto, nadie deberá salir de su casa hasta el día siguiente. 23 Así, cuando nuestro Dios recorra el país para quitarles la vida a los hijos mayores de los egipcios, verá la sangre en los marcos de las puertas y pasará de largo. Dios no permitirá que muera ninguno de ustedes.

24 »De ahora en adelante, ustedes los israelitas tendrán la obligación de obedecer siempre estas instrucciones que Dios les ha dado. 25 Cuando vivan en la tierra que Dios prometió darles, celebrarán esta misma ceremonia todos los años. 26 Y cuando sus hijos les pregunten qué significa esta fiesta, 27 ustedes les dirán: “Esta cena es la Pascua que celebramos en honor de nuestro Dios. Cuando él recorrió todo Egipto para matar a los hijos mayores de los egipcios, pasó de largo frente a nuestras casas y nos libró de la muerte”».

Cuando Moisés terminó de hablar, todos los israelitas se arrodillaron y adoraron a Dios, 28 y luego hicieron lo que Dios les había ordenado a Moisés y a Aarón.

Décimo castigo: Muerte de los hijos mayores egipcios

29 A la medianoche Dios les quitó la vida a todos los hijos mayores de los egipcios. Murieron todos, desde el hijo mayor del rey, que habría de reinar después, hasta el hijo mayor del que estaba preso en la cárcel. También murieron todas las primeras crías de todos los animales egipcios. 30 Esa noche se levantaron el rey y sus consejeros, y los egipcios lloraban a gritos, pues no había una sola casa donde no hubiera muerto un hijo mayor. 31 Esa misma noche, el rey mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: «¡Váyanse lejos de mi pueblo! ¡Váyanse ustedes y todos los israelitas, y adoren a su Dios como lo han estado pidiendo! 32 ¡Llévense sus ovejas y sus vacas, como lo han pedido, y váyanse de aquí! ¡Y pídanle a Dios que no me castigue!»

33 También los egipcios apuraban a los israelitas, pues pensaban que todos iban a morir. 34 Los israelitas, por su parte, tomaron la masa sin levadura, la envolvieron en sus mantos, y con recipientes y todo se la echaron al hombro. 35 Además, a los egipcios les pidieron ropa y objetos de plata y de oro, tal como lo había ordenado Moisés. 36 Dios hizo que los egipcios trataran bien a los israelitas, y que les dieran todo lo que pedían. Así fue como los israelitas les quitaron a los egipcios todas sus pertenencias.

Los israelitas salen de Egipto

37 Los israelitas viajaron a pie desde el pueblo de Ramsés hasta el pueblo de Sucot. Eran como seiscientos mil varones, más las mujeres y los niños. 38 Al salir, se llevaron una gran cantidad de ovejas y vacas, y también salió con ellos muchísima gente de otros países. 39 Salieron de Egipto con tanta prisa que no tuvieron tiempo ni de preparar comida. Por eso tomaron la masa sin levadura que sacaron de Egipto, y con ella hicieron pan.

40-41 El pueblo de Dios salió de Egipto precisamente el día en que se cumplían cuatrocientos treinta años de haber vivido allí. 42 Toda esa noche Dios estuvo pendiente de ellos para protegerlos y sacarlos a salvo de Egipto. Por eso, y en recuerdo de lo que Dios hizo por ellos, desde entonces ningún israelita duerme durante la celebración de la Pascua.

Más instrucciones acerca de la Pascua

43-49 Dios les dijo a Moisés y a Aarón:

«Cuando celebren la Pascua, deberán seguir estas instrucciones:

»Ningún extranjero que trabaje para ti podrá comer del cordero que se sacrifica en la fiesta.

»Sólo podrán comer del cordero los esclavos comprados con dinero israelita, siempre y cuando hayan sido circuncidados.

»También podrán comer del cordero los extranjeros que vivan entre ustedes, siempre y cuando ellos y todos los hombres de su familia se circunciden antes. Si lo hacen así, serán considerados parte del pueblo y podrán celebrar la Pascua.

»Nadie que no esté circuncidado podrá participar de la cena de la Pascua.

»El cordero deberá comerse dentro de la casa. Fuera de ella no debe salir ni un solo pedacito de carne. Tampoco se le debe quebrar al cordero ni un solo hueso.

»Estas instrucciones deberán obedecerlas tanto los israelitas como los extranjeros que vivan en el país».

50 Los israelitas hicieron todo tal y como Dios se lo ordenó a Moisés y a Aarón, 51 y ese mismo día Dios sacó de Egipto a su pueblo.

Peregrinación por el desierto (13.1—18.27)

La fiesta de los panes sin levadura

13 Dios le dijo a Moisés: «El primer hijo de todo matrimonio israelita será para mí. También serán para mí todas las primeras crías de los animales israelitas».

Entonces Moisés les dijo a los israelitas:

«Nunca olviden este día. Con su gran poder, nuestro Dios nos ha sacado de Egipto, donde éramos esclavos. De ahora en adelante, ninguno de ustedes deberá comer en este día pan con levadura. 4-5 Dios les prometió a sus antepasados que les daría el país de Canaán, donde ahora viven otros pueblos. ¡Es un país tan rico que siempre hay abundancia de alimentos!

»Éste es el primer mes del año.[b] Cuando Dios les haya entregado la tierra prometida y ustedes ya vivan allí, en este mismo mes celebrarán, todos los años, la fiesta de los panes sin levadura. 6-7 Durante siete días comerán pan sin levadura, y en el séptimo día harán una fiesta en honor de nuestro Dios. En esos días, nadie que viva en el país deberá tener en su casa levadura o pan con levadura.

»En el séptimo día, les dirán a sus hijos: “Esta fiesta la celebramos para recordar lo que Dios hizo por nosotros cuando nos sacó de Egipto. Esta fiesta será para ustedes como una marca en la mano o en la frente. Les hará recordar que Dios, con su gran poder, nos sacó de Egipto. Por eso, nunca deben olvidarse de sus mandamientos. 10 Recuerden que todos los años deberán celebrar esta fiesta en la fecha señalada”.

11 »Cuando Dios les haya entregado el territorio de Canaán, que es el país que les prometió a sus antepasados, 12 ustedes deberán entregarle el primer hijo varón que tengan y el primer macho de sus animales, pues ambos le pertenecen a Dios. 13 En lugar de dar como sacrificio el primer macho de los burros podrán dar en su lugar como ofrenda un cordero. Lo mismo harán ustedes con sus hijos mayores.

14 »Cuando sus hijos les pregunten por qué hacen esos sacrificios, ustedes les dirán: “Con su gran poder, nuestro Dios nos sacó de Egipto, donde éramos esclavos. 15 El rey de ese país se había puesto terco y no nos dejaba salir. Entonces Dios castigó a los egipcios quitándoles la vida a todos sus hijos mayores, y también a las primeras crías de sus animales. Por eso nosotros sacrificamos en su honor el primer macho de nuestros animales, y en lugar de nuestro hijo mayor le damos una ofrenda. 16 Este sacrificio debe ser para ustedes como una marca en el brazo o en la frente, para que recuerden que Dios nos sacó de Egipto con su gran poder”».

Dios guía a los israelitas en su viaje

17 Cuando el rey de Egipto dejó que los israelitas se fueran de su país, Dios mismo les enseñó el camino que debían seguir. No los llevó por la región donde vivían los filisteos, aunque era el camino más corto. Y es que Dios pensó que si los filisteos atacaban a los israelitas, éstos podrían asustarse y regresar a Egipto. 18 Por eso Dios hizo que los israelitas rodearan el camino del desierto que lleva al Mar de los Juncos. Así salieron de Egipto, 19 y Moisés les ordenó llevar con ellos los huesos de José, pues antes de morir, él les había dicho a sus hermanos: «Estoy seguro de que Dios vendrá a ayudarlos; cuando eso pase, llévense de aquí mis huesos».

20 Los israelitas empezaron su viaje en el pueblo de Sucot, y llegaron a Etam, donde comienza el desierto. Allí acamparon. 21-22 En ningún momento Dios los dejó solos. De día los guiaba mediante una nube en forma de columna, y de noche les alumbraba el camino con una columna de fuego.

Mateo 16

La señal de Jonás

16 Algunos de los fariseos y de los saduceos se acercaron a Jesús para ponerle una trampa, y le dijeron:

—Queremos que hagas un milagro que pruebe que Dios te ha enviado.

Pero Jesús les dijo:

—Cuando ustedes miran el cielo por la tarde, y está rojo, dicen: “¡Va a hacer buen tiempo!” Pero si en la mañana el cielo está rojo y nublado, dicen: “¡Hoy va a hacer mal tiempo!” Ustedes entienden muy bien las señales en el cielo acerca del tiempo. ¿Por qué, entonces, no entienden que lo que ahora hago es una señal de Dios? Ustedes piden una señal porque son malos y no quieren creer. Pero la única señal que les daré será lo que le pasó al profeta Jonás.

Dicho esto, Jesús los dejó y se fue.

Las enseñanzas de los fariseos

Jesús y sus discípulos cruzaron al otro lado del Lago de Galilea. Pero los discípulos se olvidaron de llevar pan. Y Jesús les dijo:

—Miren, tengan cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos.

Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos, y decían: «Seguramente Jesús dijo eso porque no trajimos pan». Jesús se dio cuenta de lo que hablaban, y les dijo:

—¡Qué poco confían en Dios! ¿Por qué se preocupan por no tener pan? Entiendan bien lo que les quiero decir; ¿o ya se olvidaron de aquella vez, cuando alimenté a cinco mil hombres con cinco panes nada más? ¿Ya se olvidaron de las canastas que llenaron con los pedazos que sobraron? 10 ¿Ya no recuerdan que también alimenté a otros cuatro mil con sólo siete panes, y que ustedes llenaron muchas canastas? 11 ¿No entienden que yo no estaba hablando de pan? ¡Cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos!

12 Entonces los discípulos entendieron que Jesús no estaba hablando de la levadura que se pone en la masa del pan, sino de las malas enseñanzas de los fariseos y de los saduceos.

¿Quién es Jesús?

13 Cuando llegaron cerca del pueblo de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

—¿Qué dice la gente acerca de mí, el Hijo del hombre?

14 Los discípulos contestaron:

—Algunos dicen que eres Juan el Bautista, y otros dicen que eres el profeta Elías, o el profeta Jeremías, o alguno de los profetas.

15 Entonces Jesús les preguntó:

—Y ustedes, ¿qué opinan? ¿Quién soy yo?

16 Pedro contestó:

—Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios que vive y da vida.

17 Jesús le dijo:

—¡Bendito seas, Pedro hijo de Jonás! Porque no sabes esto por tu propia cuenta, sino que te lo enseñó mi Padre que está en el cielo. 18 Por eso te llamaré Pedro, que quiere decir “piedra”. Sobre esta piedra construiré mi iglesia, y la muerte no podrá destruirla. 19 A ti, Pedro, te daré autoridad en el reino de Dios. Todas las cosas que tú prohíbas aquí en la tierra, desde el cielo Dios las prohibirá. Y las cosas que tú permitas, también Dios las permitirá.

20 Entonces Jesús ordenó a sus discípulos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.

Jesús habla de su muerte

21 Desde ese momento, Jesús comenzó a decirles a sus discípulos lo que le iba a pasar: «Tendré que ir a Jerusalén, y los líderes del país, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley me harán sufrir mucho. Allí van a matarme, pero tres días después resucitaré.»

22 Entonces Pedro se llevó a Jesús aparte y lo reprendió por hablar así. Le dijo:

—¡Eso no puede sucederte, Señor! ¡Que Dios nunca lo permita!

23 Jesús se volvió y le dijo:

—¡Pedro, estás hablando como Satanás! ¡Vete! Tú no entiendes los planes de Dios, y me estás pidiendo que los desobedezca.

24 Luego Jesús les dijo a sus discípulos:

«Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a cargar su cruz[a] y a hacer lo que yo les diga. 25 Si sólo les preocupa salvar su vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mi causa, entonces se salvarán. 26 De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla. 27 Porque yo, el Hijo del hombre, vendré pronto con el poder de Dios y con mis ángeles, para darles su premio a los que hicieron el bien y para castigar a los que hicieron el mal. 28 Les aseguro que algunos de ustedes, que están aquí conmigo, no morirán hasta que me vean reinar.»