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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Daniel 8-10

El carnero y el chivo

»Además de este sueño que ya he contado, yo, Daniel, volví a tener otro sueño. Esto sucedió cuando Belsasar llevaba tres años de reinar. En ese sueño me parecía estar junto al río Ulai, en la ciudad de Susa. Esta ciudad es la capital del reino, y se encuentra en la región conocida como Elam.

»En el sueño veía yo, a lo lejos, un carnero parado junto al río. Ese carnero tenía dos cuernos largos, pero uno era más largo que el otro y le había salido después. El carnero atacaba hacia el norte, hacia el sur y hacia el oeste. Pude ver que ningún otro animal podía hacerle frente, ni tampoco se libraba de sus golpes. El carnero hacía lo que quería, y cada vez se volvía más fuerte.

»Mientras yo pensaba en lo que había visto, vi que del oeste venía un chivo. Tenía un cuerno muy grande entre los dos ojos, y corría con tanta rapidez que parecía que volaba. Cuando el chivo estuvo cerca del carnero de dos cuernos, lo atacó con todas sus fuerzas y le rompió sus dos cuernos. El carnero no tuvo fuerzas para defenderse, así que el chivo lo tiró al suelo y lo pisoteó. Y nadie pudo salvarlo.

»El chivo se iba haciendo más y más fuerte. Pero en su momento de mayor fuerza, el cuerno más grande se le rompió. En lugar de ese gran cuerno, le salieron otros cuatro cuernos. Uno de ellos apuntaba hacia el norte, otro hacia el sur, otro hacia el este y otro hacia el oeste. A uno de los cuernos le salió otro cuerno pequeño. Y ese cuerno creció mucho, y se extendió hacia el sur, hacia el oeste y hacia la tierra más hermosa. 10 Fue tanto lo que creció, que llegó a tocar las estrellas del cielo. A muchas de ellas las derribó y las pisoteó.

11 »Este cuerno pequeño se atrevió también a desafiar al jefe mismo de las estrellas. Para colmo, prohibió que se presentaran a Dios las ofrendas diarias y se burló del templo. 12 Era tanta su maldad, que ordenó que su ejército acampara en donde todos los días se presentaban las ofrendas; luego echó por los suelos la verdad y comenzó a hacer todo lo que quiso. ¡Y todo le salió bien!

13 »Poco después oí que un ángel le decía a otro ángel: “Esto que estamos viendo, pasa todos los días en el altar de las ofrendas. ¿Cuándo terminará? ¿Hasta cuándo va a permitir Dios que sigan pecando así en el templo? ¿Hasta cuándo va a permitir que sigan maltratando a los creyentes?”

14 »Y el otro ángel contestó: “Hasta que hayan pasado mil ciento cincuenta días, que es un poco más de tres años. Pasado ese tiempo, el templo quedará limpio”.

15 »Mientras yo veía todo esto, y trataba de entenderlo, se apareció ante mí alguien que parecía un hombre. 16 Entonces escuché la voz de alguien que venía del río Ulai. Esa voz decía: “Gabriel, explícale a este hombre lo que significa el sueño”.

17 »Cuando Gabriel se me acercó, yo me asusté tanto que me arrojé al suelo. Pero él me dijo: “Lo que has visto, se hará realidad cuando llegue el fin del mundo”.

18 »Mientras Gabriel me decía esto, yo perdí el sentido y me quedé tirado en el suelo. Pero él vino en mi ayuda y me levantó. 19 Luego me dijo:

“Ahora voy a decirte lo que pasará cuando llegue el fin del mundo. Cuando eso suceda, Dios estará muy enojado con la gente. 20 Tú viste un carnero con dos cuernos. Esos dos cuernos son los reyes de Media y de Persia. 21 El chivo es el rey de Grecia, y el cuerno grande que le salió entre los ojos es el más importante de todos sus reyes. 22 Los cuatro cuernos que salieron cuando se rompió el primero son los cuatro reinos que saldrán de esta nación. Pero esos reinos no tendrán tanto poder como el primero.

23 ”Cuando llegue a su fin
el poder de estos reinos,
y ya nadie soporte su maldad,
vendrá un rey egoísta y orgulloso.
24 Ese rey se irá haciendo
más y más poderoso,
aunque no por sus propias fuerzas.
Le irá bien en todo lo que haga,
pero causará muchos destrozos.
Destruirá a gente poderosa,
y también al pueblo de Dios.
25 Será un rey muy astuto,
y engañará a mucha gente.
Se creerá el rey más importante,
y matará a traición
a gente que vivía tranquila.
Se levantará en armas
contra el Príncipe de príncipes,
pero saldrá derrotado.

26 ”Ya te he explicado lo que viste acerca de los tres años y días. Eso va a suceder así. Pero tú no se lo digas a nadie, porque se hará realidad después de mucho tiempo”.

27 »Yo, Daniel, perdí las fuerzas y estuve muy enfermo durante varios días. Pero finalmente me levanté y seguí ocupándome de los asuntos del rey. Sin embargo, seguí preocupado porque no entendía bien todo lo que había visto».

Daniel le pide a Dios por su gente

1-4 Daniel también escribió:

«Un día, yo estaba leyendo el libro del profeta Jeremías. Cuando llegué al pasaje donde Dios le anuncia al profeta que Jerusalén quedaría destruida durante setenta años, decidí ayunar. Luego me vestí con ropas ásperas, me senté sobre ceniza, y comencé a pedirle a Dios por mi pueblo. Cuando esto sucedió, el rey Darío llevaba un año de reinar sobre los babilonios. Darío era hijo del rey Asuero, y pertenecía al pueblo de los medos.

»Yo le dije a Dios en mi oración:

“Dios mío, tú eres grande y poderoso. Tú siempre cumples lo que prometes, y muestras tu amor a quienes te aman y te obedecen. Por eso, tengo que reconocer que hemos pecado. Nos hemos portado muy mal contigo; hemos vivido como si tú no existieras, y te hemos desobedecido. Los profetas hablaron de ti a nuestros reyes y a nuestros jefes, y también a nuestros padres y a todos nosotros. Pero nunca ninguno de nosotros les hizo caso.

”Dios mío, tú eres justo. Por eso nos sentimos muy avergonzados. Así se sienten los que viven en Jerusalén, y también los que viven en los países lejanos, adonde los expulsaste por haber pecado contra ti.

”Dios mío, todos estamos muy avergonzados por haber pecado contra ti. Están avergonzados nuestros reyes, nuestros jefes y nuestros padres. Pero tú nos entiendes, y habrás de perdonarnos.

”Todos nosotros hemos pecado contra ti. 10-14 No te hemos hecho caso, ni hemos obedecido las enseñanzas que nos diste por medio de tus profetas. No te hemos buscado, ni hemos dejado de hacer lo malo.

”Dios nuestro, tú ya nos lo habías advertido. Si no nos portábamos bien, caerían sobre nosotros maldiciones y castigos. Así nos lo había enseñado Moisés, que siempre estuvo a tu servicio. Y ya has cumplido tus amenazas contra nosotros y nuestros gobernantes. Nunca antes habías castigado a nadie como nos has castigado a nosotros. ¡La destrucción de Jerusalén ha sido terrible! Pero tú eres justo en todo lo que haces. Tú eres nuestro Dios, y ni así te hemos escuchado.

15-16 ”Dios nuestro, en el pasado tú nos diste muestras de tu gran poder. Tú sacaste de Egipto a tu pueblo, y desde entonces te hiciste muy famoso. Además, sabemos que eres muy bondadoso. Es verdad que hemos pecado y que hemos hecho lo malo, pero te rogamos que ya no te enojes contra Jerusalén. Todos los pueblos vecinos se burlan de ella y de tu pueblo. De eso tenemos la culpa nosotros y nuestros padres. Lo reconocemos. ¡Pero recuerda que Jerusalén es tu ciudad, y que está en tu monte santo!

17 ”Por favor, Dios nuestro, escucha mi oración y mis ruegos. Por tu propio honor, te ruego que mires la triste situación en que ha quedado tu templo, y nos muestres tu amor. 18 ¡Escúchame, Dios mío! ¡Mira cómo ha quedado destruida la ciudad donde te adoramos!

”Si te pedimos esto, no es porque creamos que somos buenos, ni porque creamos merecer lo que te pedimos. Lo hacemos porque creemos que tú eres muy compasivo y bondadoso. 19 ¡Escúchanos, Dios mío, y perdónanos! ¡Atiéndenos, y ven en nuestra ayuda! ¡Dios mío, te lo pedimos por ti mismo, por tu ciudad y por tu pueblo, que te adora!”

20 »Mientras yo estaba orando por Jerusalén, y pidiendo perdón por mis pecados y los de mi pueblo, 21 llegó volando el ángel Gabriel, que ya se me había aparecido en sueños. Ya casi era la hora de presentar a Dios las ofrendas de la tarde. 22 Y Gabriel me dijo:

“Escucha, Daniel: vengo para ayudarte a entender todo esto. 23 Dios te quiere mucho, así que tan pronto como empezaste a orar, Dios contestó tus oraciones. Y yo he venido a darte su respuesta. Pon mucha atención, para que entiendas lo que quiere decir tu sueño.

24 ”Tienen que pasar setenta semanas
para que termine el castigo
contra tu pueblo y la ciudad santa,
y Dios les perdone su maldad.
Tienen que pasar setenta semanas
para que lleguen a su fin
la desobediencia y el pecado.
Al cabo de ese tiempo
siempre habrá justicia,
y sucederá lo que viste,
y Dios cumplirá su promesa.
Su santo templo será purificado,
y se le volverá a dedicar.

25 ”Tú debes entender bien esto:
Pasarán siete semanas
desde que se dé la orden
de arreglar y reconstruir Jerusalén,
hasta la llegada del Príncipe elegido.
Las calles de Jerusalén
y sus muros reconstruidos
durarán sesenta y dos semanas.
¡Serán días de angustia y tristeza!

26 ”Pasadas las sesenta y dos semanas,
vendrá un rey con su ejército
y matará al Príncipe elegido.
¡Jerusalén y el templo
serán destruidos por completo!
El fin llegará de repente,
como llega una inundación.
¡La guerra y las destrucciones
que habían sido anunciadas
seguirán hasta que llegue el fin!
27 Durante una semana más,
ese rey malvado hará un pacto
con gran número de gente;
pero a la mitad de la semana
prohibirá que se hagan ofrendas,
y en el altar de los sacrificios
se ofenderá gravemente a Dios.
Después de eso, Dios destruirá
al malvado que lo ofendió”».

Daniel sueña con ángeles

10 1-3 Daniel también escribió:

«Yo tuve otro sueño acerca de lo que estaba por pasar. Cuando eso sucedió, Ciro llevaba ya tres años como rey de Persia. También ese sueño era muy difícil de entender, pero yo me propuse entenderlo, y lo logré.

»Durante tres semanas estuve muy triste. No comí carne ni tomé vino, ni probé nada de lo que me gustaba. Tampoco me puse ningún perfume. El día veinticuatro del mes de Abib,[a] yo estaba a la orilla del gran río Tigris. De pronto, miré a alguien parecido a un hombre. Estaba vestido con ropa de lino, y tenía puesto un cinturón de oro puro. Su cuerpo parecía estar hecho de cristal amarillo, y su cara tenía el brillo de un relámpago. Sus ojos parecían llamas de fuego, sus brazos y sus pies brillaban como metal pulido, y hablaba tan fuerte que su voz sonaba como el murmullo de mucha gente. Se trataba del ángel Gabriel.

7-8 »Cuando tuve este sueño, yo estaba solo, pues los que estaban conmigo se asustaron tanto que fueron a esconderse. Hasta yo mismo me puse pálido de miedo, y sentí que me desmayaba.

»Al oír que el ángel me hablaba, me desmayé y caí de cara al suelo. 10 Pero el ángel me ayudó a levantarme, y me puso de rodillas, con las manos sobre el suelo. 11 Entonces me dijo: “Daniel, levántate y escucha bien lo que voy a decirte. Dios te ama, y por eso me envió a darte este mensaje”.

»Mientras el ángel hablaba conmigo, yo me puse de pie, pero seguía temblando. 12-14 Y el ángel me dijo:

“Daniel, no tengas miedo. Dios escuchó tus oraciones desde el primer día, cuando trataste de entender ese sueño tan difícil y te humillaste ante él. Por eso Dios me envió a decirte que tú has visto lo que va a pasarle a tu pueblo en el futuro.

”Yo iba a venir antes, pero no pude hacerlo porque, durante veintiún días, el ángel encargado de cuidar al reino de Persia me lo impidió. Yo me había quedado solo, junto a los reyes de Persia, pero vino en mi ayuda Miguel, uno de los ángeles más importantes de todos”.

15 »Mientras el ángel Gabriel me decía todo esto, yo me quedé callado y sólo miraba al suelo. 16-17 Entonces alguien más, que también parecía un hombre, me tocó los labios. Yo le dije al ángel que estaba conmigo: “Mi señor, lo que estoy viendo me llena de angustia y me deja sin fuerzas. ¿Cómo quiere usted que le hable, si casi no puedo respirar?”

18 »Aquel personaje volvió a tocarme, y me dio nuevas fuerzas. 19 Me dijo: “¡No tengas miedo, ni te preocupes de nada! ¡Alégrate y ten valor, pues Dios te ama!”

»Y mientras me decía esto, sentí que me volvían las fuerzas. Entonces le dije: “Mi señor, ahora puede usted hablarme, pues ya tengo nuevas fuerzas”.

20 »Entonces aquel personaje me dijo: “He venido a verte porque tengo que pelear con el ángel encargado de cuidar a Persia. Cuando yo termine de pelear contra él, vendrá el ángel encargado de cuidar a Grecia. 21 En mi lucha contra él, sólo cuento con la ayuda de Miguel, que es el ángel que protege a Israel. Ahora yo te voy a explicar lo que dice el libro de la verdad”».

3 Juan

Saludo

Del líder y encargado de la iglesia a mi querido amigo Gayo:

Amado hermano, le pido a Dios que te encuentres muy bien, y también le pido que te vaya bien en todo lo que hagas, y que tengas buena salud.

La buena conducta de Gayo

Algunos miembros de la iglesia vinieron y me contaron que sigues confiando en la verdad que Jesucristo nos enseñó. Eso me dio mucho gusto. Nada me alegra más que saber que mis hijos[a] obedecen siempre a la verdad que Dios nos ha enseñado.

Querido hermano, tú te portas muy bien cuando ayudas a los otros seguidores de Cristo, especialmente a los que llegan de otros lugares. Ellos le han contado a toda la iglesia cuánto los amas. Por favor, ayúdalos en todo lo que necesiten para continuar su viaje. Hazlo de tal modo que resulte agradable a Dios. Ellos han comenzado a anunciar el mensaje de Jesucristo, y no han aceptado ninguna ayuda de los que no creen en Dios. Por eso, debemos ayudarlos en este trabajo que han empezado, y también debemos hacernos cargo de ellos.

Diótrefes y Demetrio

Yo escribí una carta a la iglesia, pero Diótrefes no acepta mi autoridad, pues le gusta mandar. 10 Por eso, cuando yo vaya a visitarlos, le llamaré la atención, porque anda hablando mal de nosotros. Y no sólo eso, sino que tampoco recibe a los seguidores de Cristo que llegan de otras partes. Y si alguien quiere recibirlos en su casa, se lo prohíbe y lo echa de la iglesia.

11 Amado hermano Gayo, no sigas el ejemplo de los que hacen el mal, sino el ejemplo de los buenos. El que hace lo bueno es parte de la familia de Dios, pero el que hace lo malo nunca ha visto a Dios.

12 Todos hablan bien de Demetrio, y su comportamiento nos demuestra que dicen la verdad. También nosotros hablamos bien de él, y tú sabes que no mentimos.

Despedida

13 Tengo mucho más que decirte, pero prefiero no hacerlo por escrito, 14 porque espero ir pronto a verte, y entonces podremos hablar personalmente.

15 Que Dios te bendiga con su paz.

Los amigos que están conmigo te mandan saludos. Saluda a cada uno de mis amigos que están contigo.