Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Ezequiel 33-34

El profeta debe vigilar a su pueblo

33 Dios también me dijo:

«Ezequiel, dales de mi parte este mensaje a los israelitas:

“Cuando yo permito que haya guerra en algún país, la gente de ese lugar elige a alguien y lo pone como vigilante. Ese vigilante tiene la obligación de tocar la trompeta si ve que el ejército enemigo se acerca. 4-5 Si alguien escucha la trompeta, pero no le hace caso, y los enemigos lo matan, esa persona es culpable de su propia muerte. Si hubiera hecho caso de la advertencia, se habría salvado.

”También puede suceder que el vigilante vea que se acerca el enemigo, y no toque la trompeta. En tal caso, si el enemigo llega y mata a alguien, esa persona morirá por causa de su pecado, pero yo le pediré cuentas de esa muerte al vigilante”.

7-9 »Yo te he elegido como mi vigilante oficial ante los israelitas. Si me oyes sentenciar a muerte a algún malvado, y tú no le adviertes que debe cambiar su mala conducta, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré a ti cuentas de su muerte. Por el contrario, si le adviertes que debe cambiar su mala conducta, y no te hace caso, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero tú salvarás tu vida.

10 »Los israelitas creen que ya no tienen remedio. Creen que se están pudriendo en vida porque han pecado mucho. Pero tú debes decirles 11 de mi parte que yo no quiero que muera la gente malvada. Lo que quiero es que dejen su mala conducta y vivan. Israelitas, ¡cambien su mala conducta! ¡Dejen de hacer lo malo, y no morirán!

12-19 »Pon atención, Ezequiel. Los israelitas me critican y dicen que soy injusto, pero en realidad los injustos son ellos. Por eso quiero que les aclares esto: Si una persona buena hace lo malo, todo lo bueno que haya hecho no la salvará de morir; pero si una persona malvada deja de hacer lo malo, todo lo malo que haya hecho le será perdonado, y vivirá por hacer lo que es recto y justo. Si roba algo, o recibe algo en prenda, pero lo devuelve, no volveré a acordarme de sus pecados, pues habrá obedecido mis mandamientos, que dan vida.

»Si a una persona buena le prometo que vivirá muchos años, y confiada en eso empieza a pecar, yo no tomaré en cuenta todo lo bueno que haya hecho, sino que morirá por los pecados que haya cometido.

20 »Sin embargo, los israelitas me critican y siguen diciendo que soy injusto. Pero yo voy a juzgar a cada quien de acuerdo con su conducta».

La destrucción de Jerusalén

21 Habían pasado doce años desde que llegamos presos a Babilonia. El día cinco del mes de Tébet[a] me enteré de que Jerusalén había sido destruida. Uno de los que habían logrado escapar con vida me dio la noticia. 22 La noche anterior, Dios me había hecho sentir su poder y me dejó mudo. Pero al día siguiente, cuando llegó el sobreviviente, Dios me permitió volver a hablar 23 y me dijo:

24 «Israel es un país en ruinas. Sin embargo, hay israelitas que se consuelan diciendo: “Si Abraham por sí solo pudo adueñarse de este país, ¡con mayor razón nosotros, que somos muchos, podremos permanecer en él!” 25-26 Por lo tanto, ve y diles de mi parte: “Ustedes hacen cosas repugnantes, comen alimentos prohibidos, adoran a dioses falsos, matan gente, confían en sus armas, y tienen relaciones sexuales con la mujer de su prójimo. ¿Y aún así esperan adueñarse de esta tierra?”

27 »Diles también de mi parte:

“Yo les juro que los israelitas que aún viven en estas ruinas morirán atravesados por la espada. Los animales salvajes se comerán a los que vivan en el campo, y la enfermedad acabará con los que se escondan en cuevas y fortalezas.

28-29 ”Ustedes han cometido pecados que yo no soporto. Pero yo les quitaré su poder y su orgullo. Dejaré este país hecho un desierto. Quedará totalmente abandonado, y nadie pasará por sus montañas. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel”.

30 »Ezequiel, los israelitas también hablan de ti. Hasta en las murallas de la ciudad, y en las puertas de sus casas, se les oye decir: “Vengan, vamos a oír el mensaje que Dios nos ha enviado por medio de Ezequiel”. 31-32 Y así lo hacen: llegan, se sientan delante de ti, y te prestan atención. Para ellos, tú eres como un cantante de dulce voz, que sabe tocar bien su instrumento musical, y que le canta al amor. Les gusta mucho cómo hablas, pero les gusta más el dinero. Te oyen, pero no hacen lo que les dices.

33 »Muy pronto se cumplirá todo lo que he dicho. Cuando se cumpla, van a darse cuenta de que hubo entre ellos alguien que les hablaba de mi parte».

Los malos gobernantes de Israel

34 Dios también me dijo:

«Ezequiel, dales a los gobernantes de los israelitas el siguiente mensaje de mi parte:

“¡Ay de ustedes, malos gobernantes! Ustedes debieran cuidar a los israelitas, como cuidan los pastores a sus ovejas, ¡pero sólo se cuidan a sí mismos! En vez de cuidar a las ovejas, se beben la leche, se hacen vestidos con la lana, y hasta matan a las ovejas más gordas. No apoyan a las ovejas débiles ni curan a las ovejas enfermas, ni les ponen vendas a las ovejas heridas. Tampoco van tras las ovejas que se pierden ni tras las que se apartan del camino. Al contrario, las golpean y las maltratan.

5-6 ”Mi pueblo es como un rebaño de ovejas. Andan por los cerros como ovejas sin pastor. Corren grave peligro, pero a nadie le importa.

”¡Escúchenme ahora, gobernantes! ¡Préstenme atención! Ustedes debían cuidar de mi pueblo, como los pastores cuidan de sus ovejas, ¡pero sólo se cuidan a sí mismos! Por eso mi pueblo ha sufrido a manos de ladrones y de gente cruel. Les juro que así es.

9-11 ”Por lo tanto, gobernantes de Israel, escuchen lo que voy a decirles: Yo me declaro en contra de ustedes, y voy a pedirles cuentas por lo que han hecho con mi pueblo. Van a dejar de gobernarlo, y no volverán a aprovecharse de él. Les quitaré a mi pueblo, para que no lo sigan maltratando. Yo mismo lo cuidaré. Les juro que así lo haré”.

El buen pastor de Israel

12 »Así como un buen pastor va en busca de las ovejas perdidas, también yo iré en busca de mi pueblo. Lo traeré de los lugares por donde se perdió un día oscuro y lleno de nubes. 13-15 Lo sacaré de los países donde ahora está preso; lo reuniré y lo llevaré de vuelta a su tierra. Luego lo llevaré a las montañas de Israel, y a los arroyos, y a todas las poblaciones del país, para que se alimente con la mejor comida. Vivirá en las montañas más altas de Israel. Yo mismo le daré de comer y lo haré descansar. Juro que así lo haré.

16 »Yo cuidaré de mi pueblo como cuida un buen pastor a sus ovejas. Mi pueblo anda perdido, pero yo lo buscaré. Se ha apartado del camino, pero yo lo haré volver. Anda herido, pero yo vendaré sus heridas. Está débil, pero yo le daré fuerzas. Y aun cuando esté gordo y fuerte, cuidaré de él.

17 »Y a ustedes, pueblo mío, quiero decirles que seré justo, tanto con los débiles como con los fuertes. Algunos de ustedes son como las ovejas, otros son como los carneros y otros son como los chivos. 18 Algunos de ustedes no se conforman con comerse el mejor pasto, sino que pisotean el pasto que no se comieron. A otros les gusta beber el agua clara, pero con las patas revuelven toda el agua. 19 Y así, los más débiles tienen que comerse el pasto pisoteado y beberse el agua revuelta.

20 »Yo juzgaré a los fuertes y a los débiles. Les doy mi palabra. 21 Ustedes los fuertes empujan a los débiles, y los hacen a un lado; además, los atacan y los hacen huir. 22 Pero yo soy su juez, y voy a protegerlos. No dejaré que vuelvan a aprovecharse de ellos, 23 pues les enviaré de nuevo a David, mi fiel servidor, para que los cuide. 24 Yo soy el Dios de Israel, y David será su gobernante. Les doy mi palabra.

25 »Éste es el pacto de paz que haré con ustedes: Alejaré a los pueblos violentos. Así podrán vivir tranquilos en el desierto, y podrán dormir en los bosques. 26 Yo los dejaré vivir alrededor de mi monte, y les enviaré abundantes lluvias en el momento oportuno. 27 Los árboles del campo darán sus frutos, la tierra dará su cosecha, y ustedes vivirán tranquilos en su propia tierra. Y cuando yo los libre de quienes los hicieron esclavos, reconocerán que soy el Dios de Israel.

28 »Ninguna nación volverá a esclavizarlos ni los animales salvajes volverán a devorarlos. Por el contrario, vivirán tranquilos y sin miedo de nada ni de nadie. 29 Yo haré que su tierra sea famosa por sus cosechas, y no volverán a sufrir hambre ni tendrán que aguantar las burlas de las naciones. 30 Entonces reconocerán que estoy con ustedes, y que yo soy su Dios y ustedes son mi pueblo. Les juro que así será, 31 y les aseguro que seré como un pastor para ustedes, mis ovejas».

1 Pedro 5

Los líderes de la iglesia

Quiero darles un consejo a los líderes de la iglesia. Yo también soy líder como ellos, y soy testigo de cómo sufrió Cristo. Además, cuando Cristo regrese y muestre lo maravilloso que es él, disfrutaré de parte de su gloria. Mi consejo es el siguiente: Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas. Háganlo por el gusto de servir, que es lo que a Dios le agrada, y no por obligación ni para ganar dinero. No traten a los que Dios les encargó como si ustedes fueran sus amos; más bien, procuren ser un ejemplo para ellos. Así, cuando regrese Cristo, que es el Pastor principal, ustedes recibirán un maravilloso premio que durará para siempre.

Los miembros de la iglesia

Del mismo modo ustedes, los jóvenes, deben obedecer la autoridad de los líderes de la iglesia. Todos deben tratarse con humildad, pues la Biblia dice:

«Dios se opone a los orgullosos,
pero brinda su ayuda a los humildes.»

Por eso, sean humildes y acepten la autoridad de Dios, pues él es poderoso. Cuando llegue el momento oportuno, Dios los tratará como a gente importante. Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ustedes.

Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo, el diablo, anda buscando a quien destruir. ¡Hasta parece un león hambriento! Resistan los ataques del diablo; confíen siempre en Dios y nunca duden de él. Ya saben que en todo el mundo otros seguidores de Cristo están sufriendo como ustedes. 10 Pero después de que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios hará que todo vuelva a estar bien y que ustedes nunca dejen de confiar en él; les dará fuerzas para que no se desanimen, y hará que siempre estén seguros de lo que creen. Recuerden que Dios nos ha elegido por medio de Jesucristo, para que formemos parte de su maravilloso reino. 11 ¡Que Dios reine con poder para siempre! Amén.

Despedida

12 Silvano me ha ayudado a escribirles esta breve carta. Yo lo considero un fiel seguidor de Cristo, y alguien en quien se puede confiar.

Les he escrito para darles consejos, y para asegurarles que todo lo bueno que Dios les ha dado demuestra que él los ama mucho. ¡Nunca duden del amor de Dios!

13 Los seguidores de Cristo que están en la ciudad de Roma les mandan saludos. Ellos, igual que ustedes, forman parte del pueblo que Dios ha elegido. También les manda saludos Marcos, a quien quiero como a un hijo.

14 Salúdense unos a otros con un beso de hermanos.

Le pido a Dios que les dé paz a todos ustedes, los que pertenecen a Cristo.