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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Ezequiel 27-29

Lamento por la caída de Tiro

27 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Tú, oh hijo de hombre, entona un lamento por Tiro. Dirás a Tiro, que está asentada a la entrada del mar y comercia con los pueblos de muchas costas, que así ha dicho el SEÑOR Dios:

“Oh Tiro, tú has dicho:

‘Yo soy de completa hermosura’.

En el corazón de los mares

están tus fronteras;

los que te construyeron

hicieron completa tu hermosura.

Con cipreses de Senir

construyeron tus paredes.

Tomaron un cedro del Líbano para hacer un mástil sobre ti.

Con encinas de Basán

hicieron tus remos;

hicieron tu cubierta con marfil

y con cipreses de las costas de Quitim.

Tu vela fue de lino bordado de Egipto, para servirte de bandera.

Tu toldo fue de material azul

y de púrpura de las costas de Elisa.

Los habitantes de Sidón y de Arvad fueron tus remeros.

Tus expertos, oh Tiro, estaban en ti

y fueron tus timoneles.

Los ancianos de Biblos y sus sabios reparaban tus desperfectos. Todos los barcos del mar y sus marinero estuvieron en ti para hacer

contigo intercambio.

10 “Persas, lidios y libios estaban en tu ejército como tus hombres de guerra. Escudos y cascos colgaban en ti; ellos te daban tu esplendor.

11 Los hijos de Arvad estaban con

tu ejército sobre tus muros

en derredor,

y los gamadeos[a] estaban

en tus torreones.

Colgaban sus escudos sobre

tus muros en derredor;

ellos hacían completa tu hermosura.

12 “Tarsis comerciaba contigo

a causa de la abundancia

de todas tus riquezas.

Con plata, hierro, estaño y plomo pagaban por tus mercaderías.

13 Grecia, Tubal y Mesec

comerciaban contigo.

Con vidas humanas y objetos

de bronce pagaban tus mercancías.

14 Los de Bet-togarma,

con caballos, corceles y mulos pagaban tus mercaderías.

15 “Los hijos de Rodas[b]

comerciaban contigo.

Muchas costas comerciaban

contigo;

colmillos de marfil y madera de ébano te traían como tributo.

16 “Edom[c] también comerciaba contigo

a causa de la abundancia

de tus productos.

Con turquesas, púrpura, telas bordadas, linos finos, corales y rubíes pagaban tus mercaderías.

17 “Judá y la tierra de Israel

comerciaban contigo.

Con trigo, mirra, casia[d],

miel, aceite y resinas

pagaban tus mercancías.

18 “Damasco comerciaba contigo debido a la abundancia

de tus productos

y a la abundancia de tus riquezas. Con vino de Helbón y lana de Sajar,

19 Vedán y Grecia, desde Uzal, pagaban tus mercaderías:

Hierro forjado, casia y caña aromática había entre tus productos.

20 “Dedán comerciaba contigo con mantas para cabalgadura.

21 Arabia y todos los príncipes de Quedar comerciaban contigo con corderos, carneros y machos cabríos; con esto comerciaban contigo.

22 “Los mercaderes de Saba y de Raama comerciaban contigo.

Con lo mejor de todas las especias, pagaban tus mercaderías.

23 “Harán, Calne[e], Edén

y los mercaderes de Saba, Asiria y Quilmad comerciaban contigo.

24 “Estos comerciaban contigo,

y a cambio de tus productos daban

espléndidos vestidos, mantos de azul, telas bordadas, tapices de colores,

y cuerdas entrelazadas y trenzadas.

25 “Las naves de Tarsis eran tus flotas que llevaban tus mercancías.

Te llenaste y te hiciste muy opulenta en el corazón de los mares.

26 Los que navegaban contigo

te condujeron por las muchas aguas, pero el viento de oriente te destrozó en el corazón de los mares.

27 “En el día de tu caída

caerán en medio de los mares:

tus riquezas, tus mercaderías, tus productos,

tus marineros, tus timoneles, los que reparaban tus desperfectos, los agentes de tu intercambio, todos tus hombres de guerra que están en ti,

y toda la multitud que se halla

en medio de ti.

28 Ante el griterío de tus timoneles

se estremecerán los campos de alrededor,

29 y descenderán de tus barcos todos los que toman el remo.

Los marineros y todos los timoneles del mar quedarán de pie en tierra.

30 Harán oír su voz por ti;

gritarán amargamente.

Echarán polvo sobre sus cabezas

y se revolcarán en la ceniza.

31 Se raparán la cabeza a causa de ti

y se ceñirán con cilicio.

Con amargura de alma llorarán por ti con amargo duelo.

32 En medio de su llanto entonarán por ti un lamento;

por ti lamentarán diciendo:

‘¡Quién como Tiro, la que ha sido

silenciada en medio del mar!’.

33 “Cuando tus mercaderías salían por los mares, saciabas a muchos pueblos. A los reyes de la tierra enriqueciste con la abundancia de tus bienes

y de tus productos.

34 Ahora[f] que eres quebrantada[g]

en los mares, en lo profundo

de las aguas,

tus productos y toda tu tripulación han caído en medio de ti.

35 Todos los habitantes de las costas

se horrorizan a causa de ti.

Sus reyes están muy aterrorizados,

y sus rostros son abatidos.

36 Los mercaderes de los pueblos silban a causa de ti.

Has venido a ser objeto de espanto,

y dejarás de existir para siempre”.

Profecía contra el rey de Tiro

28 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, di al soberano de Tiro que así ha dicho el SEÑOR Dios[h]: Por cuanto tu corazón se enalteció, y porque, a pesar de ser hombre y no Dios, dijiste: ‘Yo soy un dios, y estoy sentado en la sede de los dioses, en el corazón de los mares’; porque igualaste tu corazón al corazón de Dios, ¡he aquí tú eres más sabio que Daniel, y no hay ningún misterio que te sea oculto! Con tu sabiduría e inteligencia te has conseguido riquezas, y has acumulado oro y plata en tus tesoros. Con tu gran sabiduría has engrandecido tus riquezas mediante tu comercio, y tu corazón se ha enaltecido a causa de tus riquezas. Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[i]: Porque igualaste tu corazón con el corazón de Dios, he aquí yo traigo contra ti extranjeros, los más crueles de las naciones. Desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y profanarán tu esplendor. Te harán descender a la fosa, y morirás como los que son muertos en el corazón de los mares. ¿Osarás decir delante de tu verdugo, a pesar de ser hombre y no Dios: ‘Yo soy un dios’? En mano de quienes te atraviesen 10 morirás a la manera de los incircuncisos, en mano de los extranjeros; porque yo he hablado”, dice el SEÑOR Dios[j].

Lamento por el rey de Tiro

11 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 12 “Oh hijo de hombre, entona un lamento por el rey de Tiro, y dile que así ha dicho el SEÑOR Dios[k]:

“‘¡Tú eras un modelo perfecto, lleno de sabiduría y de

completa hermosura!

13 Estabas en el Edén, el jardín de Dios. Tu vestidura era de toda clase

de piedras preciosas:

rubí, topacio, diamante, crisólito, ónice, jaspe, zafiro, turquesa y berilo.

Y de oro era la hechura

de tus encajes y de tus engastes. En el día que fuiste creado

fueron preparadas.

14 Cuando fuiste ungido, yo te puse junto con los querubines protectores. Estabas en el santo monte de Dios,

y andabas en medio de piedras

de fuego.

15 Eras perfecto en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad.

16 “ ‘A causa de tu gran comercio

te llenaron de violencia y pecaste. Por eso, te expulsé del monte de Dios,

y un querubín protector hizo que desaparecieras de en medio

de las piedras de fuego.

17 Tu corazón se enalteció debido

a tu hermosura;

a causa de tu esplendor

se corrompió tu sabiduría.

“ ‘Yo te he arrojado en tierra;

te he puesto como espectáculo ante los reyes.

18 Por tus muchos pecados

y por la iniquidad de tu comercio profanaste tu santuario[l].

Yo, pues, hice que en medio de ti

se desatara y te devorase el fuego.

Te convertí en cenizas sobre la tierra ante los ojos de cuantos

te observaban.

19 Todos los que te conocen entre los pueblos se horrorizan a causa de ti. Eres objeto de espanto,

y dejarás de ser para siempre’ ”.

Profecía contra Sidón

20 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 21 “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón y profetiza contra ella. 22 Dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios[m]: ‘Oh Sidón, he aquí que yo estoy contra ti y seré glorificado en medio de ti’. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando ejecute actos justicieros en medio de ella, y en ella yo muestre mi santidad. 23 Le enviaré peste y sangre por sus plazas. Los cadáveres caerán en medio de ella, y la espada estará alrededor de ella. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.

24 “Nunca más habrá para la casa de Israel espina que hiera ni aguijón que cause dolor, de parte de todos los que los rodean y los desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

25 Así ha dicho el SEÑOR Dios[n]: “Cuando yo reúna a los de la casa de Israel de entre las naciones donde están dispersados, entonces en medio de ellos seré tratado como santo a la vista de las naciones. Y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. 26 Habitarán seguros en ella; edificarán casas y plantarán viñas. Habitarán seguros, cuando yo haya ejecutado actos justicieros alrededor de ellos, en medio de todos los que los desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios”.

Profecía contra Egipto y su rey

29 En el día doce del mes décimo[o] del año diez vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia el faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. Habla y di que así ha dicho el SEÑOR Dios[p]: He aquí yo estoy contra ti, oh faraón, rey de Egipto, gran monstruo que estás tendido en medio de sus canales, y que dices: ‘Míos son los canales del Nilo, pues yo los hice’.

“Yo pondré ganchos en tus quijadas, y haré que los peces de los canales se peguen sobre tus escamas. Te sacaré de en medio de tus canales, y todos los peces de tus canales saldrán pegados a tus escamas. Te arrojaré al desierto, a ti y a todos los peces de tus canales. Caerás sobre la superficie del campo; no serás recogido ni sepultado[q]. Te he dado por comida a los animales de la tierra y a las aves del cielo. Y sabrán todos los habitantes de Egipto que yo soy el SEÑOR, por cuanto fuiste[r] como un bastón de caña para la casa de Israel. Cuando ellos te tomaron con la mano, te quebraste y les rompiste todo el hombro. Cuando se apoyaron sobre ti, te quebraste y les estremeciste[s] todos sus lomos. Por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[t], he aquí que yo traigo la espada contra ti, y exterminaré en ti a los hombres y a los animales. La tierra de Egipto será convertida en desolación y ruinas. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.

“Por cuanto has dicho[u]: ‘¡Mío es el Nilo, pues yo lo hice!’, 10 he aquí que por eso yo estoy contra ti y contra tus canales. Convertiré la tierra de Egipto en una ruina completa, una desolación desde Migdol y Asuán hasta la frontera con Etiopía. 11 No pasará por ella pie de hombre ni pata de animal pasará por ella. No será habitada durante cuarenta años. 12 Pues convertiré la tierra de Egipto en una desolación en medio de las tierras desoladas, y sus ciudades estarán arruinadas durante cuarenta años. Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países”.

13 Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[v]: “Al final de los cuarenta años reuniré a los egipcios de entre los pueblos donde habrán sido dispersados, 14 y restauraré de la cautividad a Egipto. Los haré volver a la tierra de Patros, la tierra de su origen. Allí formarán un reino modesto; 15 será modesto en comparación con los otros reinos. Nunca más se enaltecerán sobre las naciones; porque los reduciré, para que no se enseñoreen de las naciones. 16 Nunca más serán objeto de confianza para la casa de Israel, que les haga recordar el pecado de volverse hacia ellos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR Dios[w]”.

Profecía de la invasión de Egipto

17 Aconteció en el primer día del mes primero[x] del año veintisiete que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 18 “Oh hijo de hombre: Nabucodonosor, rey de Babilonia, sometió a su ejército a una labor grande contra Tiro: Toda cabeza fue rapada y todo hombro despellejado; pero ni para él ni para su ejército hubo recompensa en Tiro por la labor que realizaron contra ella. 19 Por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[y], he aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto. Él se llevará sus riquezas, tomará botín y la saqueará; y habrá recompensa para su ejército. 20 Le he dado la tierra de Egipto por el trabajo que realizó en ella, porque lo hizo para mí, dice el SEÑOR Dios[z].

21 “En aquel día haré surgir el poderío de la casa de Israel, y te permitiré abrir la boca en medio de ellos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

1 Pedro 3

Responsabilidades en el matrimonio

Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a su marido para que, si algunos no obedecen a la palabra, también sean ganados sin una palabra por medio de la conducta de sus mujeres, al observar su manera de vivir reverente y casta. Su adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro ni en vestir ropa lujosa; sino que sea la persona interior del corazón en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios. Porque así también se adornaban en tiempos antiguos aquellas santas mujeres que esperaban en Dios y estaban sujetas a su propio marido. Así Sara obedeció a Abraham llamándolo señor. Y ustedes han venido a ser hijas de ella si hacen el bien y no tienen miedo de ninguna amenaza.

Ustedes, maridos, de la misma manera vivan con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que las oraciones de ustedes no sean estorbadas.

Actitud frente a la persecución

Finalmente, sean todos de un mismo sentir: compasivos, amándose fraternalmente, misericordiosos y humildes. No devuelvan mal por mal ni maldición por maldición sino, por el contrario, bendigan; pues para esto han sido llamados, para que hereden bendición. 10 Porque:

El que quiere amar la vida

y ver días buenos

refrene su lengua del mal,

y sus labios no hablen engaño.

11 Apártese del mal y haga el bien. Busque la paz y sígala.

12 Porque los ojos del Señor

están sobre los justos,

y sus oídos están atentos

a sus oraciones.

Pero el rostro del Señor está

contra aquellos que hacen el mal[a].

13 ¿Quién es aquel que les podrá hacer daño si son apasionados por el bien? 14 Pero aun si llegan a padecer por causa de la justicia, son bienaventurados. Por tanto, no tengan miedo por temor de ellos ni sean turbados. 15 Más bien, santifiquen en su corazón a Cristo como Señor y estén siempre listos para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia. 16 Tengan buena conciencia para que, en lo que hablan mal[b], sean avergonzados los que se burlan de su buena manera de vivir en Cristo. 17 Porque es mejor que padezcan haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.

18 Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios; siendo a la verdad muerto en la carne pero vivificado en el espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados 20 que en otro tiempo fueron desobedientes, cuando en los días de Noé la paciencia de Dios esperaba mientras se construía el arca. En esta arca fueron salvadas a través del agua pocas personas; es decir, ocho. 21 El bautismo, que corresponde a esta figura, ahora, mediante la resurrección de Jesucristo, los[c] salva, no por quitar las impurezas de la carne sino como apelación de una buena conciencia hacia Dios. 22 Ahora él, habiendo ascendido al cielo, está a la diestra de Dios; y los ángeles, las autoridades y los poderes están sujetos a él.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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