Old/New Testament
Exhortación a los creyentes gentiles
56 Así ha dicho el SEÑOR: “Guarden el derecho y practiquen la justicia; porque mi salvación está próxima a venir, y mi justicia pronta a ser revelada. 2 Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que persevera en ello, que guarda el sábado no profanándolo y que guarda su mano de hacer el mal”.
3 El hijo del extranjero que se ha adherido al SEÑOR no hable diciendo: “Sin duda, el SEÑOR me separará de su pueblo”. Tampoco diga el eunuco: “He aquí, yo soy un árbol seco”. 4 Porque así ha dicho el SEÑOR: “A los eunucos que guardan mis sábados, que escogen lo que yo quiero y que abrazan mi pacto, 5 yo les daré en mi casa y dentro de mis muros un lugar y un nombre mejor que el de hijos e hijas. Les daré un nombre eterno que nunca será borrado.
6 “A los hijos de los extranjeros que se han adherido al SEÑOR para servirle y que aman el nombre del SEÑOR para ser sus siervos, a todos los que guardan el sábado no profanándolo y que abrazan mi pacto, 7 a estos yo los traeré al monte de mi santidad y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, pues mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”.
8 El SEÑOR Dios[a], que reúne a los rechazados de Israel, dice: “Aun reuniré otros más con sus ya reunidos”.
Contra la indolencia y la idolatría
9 ¡Todos los animales del campo, todos los animales del bosque, vengan a comer!
10 Sus centinelas son ciegos; no conocen. Todos ellos son perros mudos que no pueden ladrar, videntes[b] echados que aman el dormitar. 11 Son perros comilones e insaciables; son pastores que no saben entender. Todos ellos se apartan tras sus propios caminos, cada cual tras su propio provecho. 12 Dicen: “Vengan; traeré vino, y nos embriagaremos con licor. El día de mañana será como este, o aun mucho mejor”.
57 El justo perece, y no hay quien lo tome a pecho. Los piadosos son eliminados, y nadie entiende que es a causa de la calamidad que el justo es eliminado. 2 El que anda en rectitud entrará en paz; llegarán a reposar sobre sus lechos.
3 ¡Pero acérquense acá ustedes, oh hijos de bruja, descendientes de adúltero y de prostituta! 4 ¿De quién se mofan? ¿Contra quién abren la boca y alargan la lengua? ¿No son ustedes hijos rebeldes y descendencia mentirosa? 5 Ustedes arden de lujuria entre los robles y debajo de todo árbol frondoso[c]. Degüellan a sus hijos en los valles y debajo de las hendiduras de las peñas.
6 “Con las piedras lisas del valle está tu parte. ¡Ellas, ellas serán tu porción! A ellas derramas ofrenda de vino y ofreces ofrenda de grano. ¿Habré de aplacarme ante estas cosas? 7 Sobre el monte alto y encumbrado pusiste tu cama. Allí también subiste a hacer sacrificio. 8 Tras la puerta y el poste pusiste tu propia señal; porque alejado de mí te desnudaste, subiste y extendiste tu cama. Hiciste con ellos pacto, amaste su cama, miraste su desnudez.
9 “Fuiste al rey con ungüentos, y multiplicaste tus perfumes; enviaste lejos a tus mensajeros, y te[d] humillaste hasta el Seol. 10 Con tanto caminar te cansaste, pero no dijiste: ‘¡Estoy rendida!’. Hallaste mucha vitalidad, por lo cual no desfalleciste.
11 “¿Por quién tuviste aprehensión y a quién temiste, de modo que mintieras y no te acordaras de mí ni lo tomaras a pecho? ¿No es porque he guardado silencio y disimulado[e], y no me has temido? 12 Yo expondré tu justicia y tus obras, pero ellas no te aprovecharán. 13 Cuando clames, ¡que te libre tu colección de ídolos! Pero a todos ellos se los llevará el viento; un soplo los arrebatará. Pero el que se refugia en mí tendrá la tierra por heredad y poseerá mi santo monte”.
Consuelo para los oprimidos
14 Entonces él dirá: “¡Allanen, allanen la calzada! ¡Preparen el camino! ¡Quiten los obstáculos del camino de mi pueblo!”. 15 Porque así ha dicho el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: “Yo habito en las alturas y en santidad; pero estoy con el de espíritu contrito y humillado, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los oprimidos. 16 Porque no he de contender para siempre ni para siempre he de estar airado, pues se desmayaría delante de mí el espíritu y las almas que he creado.
17 “Por la iniquidad de sus ganancias deshonestas me indigné y lo golpeé. Escondí mi rostro y me indigné. Pero él continuó rebelde en el camino de su corazón. 18 He visto sus caminos, pero lo sanaré. Lo guiaré y le daré consuelo, a él y a los suyos que están de duelo. 19 Yo soy el que crea fruto de labios: ¡Paz, paz para el que está lejos y para el que está cerca!, dice el SEÑOR. Yo lo sanaré. 20 Pero los impíos son como el mar agitado que no puede estar quieto y cuyas aguas arrojan cieno y lodo.
21 “¡No hay paz para los malos!”, dice mi Dios.
La adoración que Dios acepta
58 “¡Proclama a voz en cuello! No te contengas; alza tu voz como corneta. Denuncia ante mi pueblo su transgresión, y a la casa de Jacob su pecado. 2 Pero ellos me consultan cada día, y les agrada saber mis caminos, como si fuera gente que hubiera obrado con justicia y que no hubiera dejado el juicio de su Dios. Me piden justos juicios y quieren acercarse a Dios. 3 Dicen: ‘¿Por qué ayunamos, y no hiciste caso? ¿Por qué afligimos nuestras almas, y no te diste por aludido?’.
“He aquí que en el día de su ayuno logran su deseo y explotan a todos sus trabajadores. 4 He aquí que sus ayunos son ocasión de contiendas y de riñas, para herir con el puño de perversidad. No pueden seguir ayunando como ahora, con el objeto de hacer oír su voz en lo alto. 5 ¿Es este el ayuno que yo escogí: solo un día en que el hombre se aflija a sí mismo? ¿Acaso el doblegar la cabeza como junco y el acostarse sobre cilicio y ceniza es lo que llaman ayuno y día agradable para el SEÑOR? 6 ¿No consiste, más bien, el ayuno que yo escogí, en desatar las ligaduras de impiedad, en soltar las ataduras del yugo, en dejar libres a los quebrantados y en romper todo yugo? 7 ¿No consiste en compartir tu pan con el hambriento y en llevar a tu casa a los pobres sin hogar? ¿No consiste en cubrir a tu prójimo cuando lo veas desnudo, y en no esconderte de quien es tu propia carne? 8 Entonces despuntará tu luz como el alba, y tu recuperación brotará con rapidez. Tu justicia irá delante de ti, y la gloria del SEÑOR irá a tu retaguardia. 9 Entonces invocarás, y el SEÑOR te escuchará. Clamarás, y él dirá: ‘¡Aquí estoy!’.
“Si quitas de en medio de ti el yugo, el acusar con el dedo y el hablar vilezas; 10 si tu alma provee para el hambriento y sacias al alma humillada, tu luz irradiará en las tinieblas, y tu oscuridad será como el mediodía. 11 El SEÑOR te guiará siempre y saciará tu alma en medio de los sequedales. Él fortalecerá tus huesos, y serás como un jardín de regadío y como un manantial de aguas cuyas aguas nunca faltan. 12 Los tuyos reconstruirán las ruinas antiguas. Levantarás los cimientos que estaban destruidos de generación en generación. Y serás llamado reparador de brechas y restaurador de sendas para habitar.
13 “Si apartas tu pie por respeto al sábado, para no hacer tu capricho en mi día santo; si al sábado llamas delicia, consagrado al SEÑOR y glorioso; y si lo honras, no haciendo según tus propios caminos ni buscando tu propia conveniencia ni hablando tus propias palabras, 14 entonces te deleitarás en el SEÑOR. Yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer de la heredad de tu padre Jacob. Porque la boca del SEÑOR ha hablado”.
El hombre de iniquidad
2 Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, 2 que no sean movidos fácilmente de su modo de pensar ni sean alarmados ni por espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor. 3 Nadie los engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad[a], el hijo de perdición. 4 Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios[b].
5 ¿No se acuerdan de que mientras yo estaba todavía con ustedes les decía esto? 6 Ahora saben qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado. 7 Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. 8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida[c]. 9 El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, 10 y con todo engaño de injusticia entre los que perecen por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad sino que se complacieron en la injusticia.
La buena esperanza de los creyentes
13 Pero nosotros debemos dar gracias a Dios siempre por ustedes, hermanos amados del Señor, de que Dios los haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu y fe en la verdad. 14 Con este fin los llamó Dios por medio de nuestro evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15 Así que, hermanos, estén firmes y retengan las doctrinas en que han sido enseñados, sea por palabra o por carta nuestra. 16 Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos amó y por gracia nos dio eterno consuelo y buena esperanza, 17 anime el corazón de ustedes y los confirme en toda obra y palabra buena.
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