Old/New Testament
Súplica contra los opresores de Sion
129 Canto de ascenso gradual[a].
“Mucho me han angustiado desde mi juventud”;
dígalo, por favor, Israel,
2 “mucho me han angustiado
desde mi juventud
pero no han prevalecido contra mí.
3 Los aradores araron sobre mis espaldas; hicieron largos sus surcos.
4 Pero el SEÑOR es justo;
cortó las cuerdas de los impíos”.
5 Sean avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion.
6 Sean como la hierba sobre los techos, que se seca antes que crezca.
7 De ella no llena su mano el segador,
ni su regazo el que hace gavillas.
8 Tampoco dicen los que pasan: “La bendición del SEÑOR sea sobre ustedes;
los bendecimos en el nombre del SEÑOR”.
Esperanza en la redención divina
130 Canto de ascenso gradual[b].
De lo profundo de mi ser clamo a ti, oh SEÑOR.
2 Señor, escucha mi voz;
estén atentos tus oídos a la voz
de mi súplica.
3 Oh SEÑOR[c], si tienes presente los pecados,
¿quién podrá, oh Señor,
mantenerse en pie?
4 Pero en ti hay perdón
para que seas reverenciado.
5 Yo espero en el SEÑOR; mi alma espera. En su palabra he puesto mi esperanza.
6 Mi alma espera al SEÑOR
más que los centinelas a la mañana;
sí, más que los centinelas a la mañana.
7 Oh Israel, pon tu esperanza en el SEÑOR, porque en el SEÑOR hay misericordia
y en él hay abundante redención.
8 Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
Esperanza y dependencia en Dios
131 Canto de ascenso gradual[d]. De David. Oh SEÑOR, no se ha envanecido mi corazón
ni mis ojos se han enaltecido
ni he andado en pos de grandezas
ni de cosas demasiado sublimes para mí.
2 Más bien, he sosegado y acallado mi alma como un niño destetado al lado
de su madre.
Como un niño destetado está mi alma dentro de mí.
3 Espera, oh Israel, en el SEÑOR desde ahora y para siempre.
11 Sean ustedes imitadores de mí; así como yo lo soy de Cristo.
Modestia de las mujeres en el culto
2 Los alabo[a] porque en todo se acuerdan de mí y retienen las enseñanzas transmitidas[b] tal como yo se las entregué. 3 Pero quiero que sepan que Cristo es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo. 4 Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. 5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza no cubierta, afrenta su cabeza, porque da lo mismo que si se hubiese rapado. 6 Porque si la mujer no se cubre, que se corte todo el cabello; y si le es vergonzoso cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 7 El hombre no ha de cubrir su cabeza, porque él es la imagen y la gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del hombre. 8 Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre. 9 Además, el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre. 10 Por lo cual, la mujer debe tener una señal de autoridad sobre su cabeza por causa de los ángeles.
11 No obstante, en el Señor ni el hombre existe aparte de la mujer ni la mujer existe aparte del hombre. 12 Porque así como la mujer proviene del hombre, así también el hombre nace de la mujer; pero todo proviene de Dios. 13 Juzguen por ustedes mismos: ¿Es apropiado que la mujer ore a Dios con la cabeza no cubierta? 14 ¿Acaso no les enseña la naturaleza misma que le es deshonroso al hombre dejarse crecer el cabello, 15 mientras que a la mujer le es honroso dejarse crecer el cabello? Porque le ha sido dado el cabello en lugar de velo. 16 Con todo, si alguien quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni tampoco las iglesias de Dios.
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