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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 20-22

Anhelo de liberación y victoria

20 Al músico principal. Salmo de David.El SEÑOR te responda en el día

de angustia;
el nombre del Dios de Jacob te defienda.
Él te envíe ayuda desde su santuario
y te sostenga desde Sion.
Tenga él memoria de tus ofrendas
y acepte tu holocausto. Selah[a]
Él te dé conforme a tu corazón
y cumpla todos tus planes.
Nosotros nos alegraremos por tu salvación,
y en el nombre de nuestro Dios
alzaremos bandera.
Cumpla el SEÑOR todos tus anhelos.
Ahora reconozco que el SEÑOR da la victoria a su ungido;
le responderá desde su santo cielo con la fuerza liberadora de su diestra.
Estos confían en carros,
y aquellos en caballos;
pero nosotros confiamos
en el nombre del SEÑOR nuestro Dios.
Ellos se doblegan y caen,
pero nosotros nos levantamos
y estamos firmes.
¡Salva, oh SEÑOR!
¡Que el Rey nos oiga el día en que
le invoquemos!

El SEÑOR da vida y liberación

21 Al músico principal. Salmo de David.¡Oh SEÑOR, el rey se alegra

en tu poder!
¡Cuánto se goza en tu salvación!
Le has concedido el deseo de su corazón y no le has negado la petición de sus labios. Selah[b]
Le has salido al encuentro con las mejores bendiciones;
corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
Te pidió vida, y se la concediste; vida extensa, eternamente
y para siempre.
Gloria grande halla en tu liberación; honra y esplendor has puesto sobre él.
Porque le has dado bendiciones para siempre
y le has colmado con la alegría
de tu rostro.
Por eso el rey confía en el SEÑOR; por la misericordia del Altísimo no será removido.
Tu mano alcanzará a todos
tus enemigos;
tu diestra alcanzará a los
que te aborrecen.
Los pondrás como horno de fuego
en el tiempo en que te presentes.
El SEÑOR los destruirá en su furor, y el fuego los consumirá.
10 Destruirás el fruto de ellos en la tierra; sus descendientes de entre
los hijos del hombre.
11 Porque se volvieron contra ti para hacerte daño;
idearon maquinaciones pero no prevalecerán.
12 En la cuerda de tu arco alistarás las flechas contra la cara de ellos; ciertamente les harás volver la espalda.
13 ¡Enaltécete, oh SEÑOR, con tu poder! Cantaremos y alabaremos tu poderío.

Testimonio de sufrimiento y victoria

22 Al músico principal. Sobre Ayélet ha-sájar[c]. Salmo de David.

¡Dios mío, Dios mío!
¿Por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación
y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, clamo de día y no respondes; clamo de noche y no hay sosiego para mí.
Pero tú eres santo.
¡Tú, que habitas entre las alabanzas de Israel!
Nuestros padres esperaron en ti: Esperaron, y tú los libraste.
Clamaron a ti, y fueron librados; confiaron en ti, y no fueron
defraudados.
Pero yo soy un gusano y no un hombre, objeto de la afrenta de los hombres
y despreciado del pueblo.
Todos los que me ven se burlan de mí. Estiran los labios y mueven
la cabeza diciendo:
“En el SEÑOR confió; que él lo rescate.
Que lo libre, ya que de él se agradó”.
Pero tú eres el que me sacó del vientre; me has hecho estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
10 Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre
tú eres mi Dios.
11 No te alejes de mí,
porque la angustia está cerca
y no hay quien ayude.
12 Muchos toros me han rodeado; fuertes toros de Basán me han cercado.
13 Contra mí abrieron su boca,
como león voraz y rugiente.
14 Soy derramado como el agua; todos mis huesos se han desarticulado. Mi corazón está como cera
y se ha derretido en medio
de mis entrañas.
15 Mi vigor se ha secado como un tiesto,
y mi lengua se ha pegado a mi paladar. Me has puesto en el polvo de la muerte.
16 Los perros me han rodeado;
me ha cercado una pandilla
de malhechores,
y horadaron[d] mis manos y mis pies.
17 Puedo contar todos mis huesos; ellos me miran y me observan.
18 Reparten entre sí mis vestidos,
y sobre mi ropa echan suertes.
19 Pero tú, oh SEÑOR, no te alejes. Fortaleza mía, apresúrate para ayudarme.
20 Libra mi alma de la espada;
libra mi única vida de las garras
de los perros.
21 Sálvame de la boca del león
y de los cuernos de los toros salvajes.
¡Me has respondido!
22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos;
en medio de la congregación te alabaré.
23 Los que temen al SEÑOR, alábenle; glorifíquenle todos los descendientes de Jacob.
Teman ustedes, todos los descendientes de Israel.
24 Porque no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido
ni de él escondió el rostro.
Más bien, le oyó cuando clamó a él.
25 Tuya es mi alabanza en la gran congregación.
Mis votos pagaré delante de los que le temen.
26 Los pobres comerán y serán saciados. Alabarán al SEÑOR los que le buscan. ¡Que viva su corazón para siempre!
27 Ellos se acordarán y volverán al SEÑOR de todos los confines de la tierra. Delante de ti se postrarán
todas las familias de las naciones.
28 Porque del SEÑOR es el reino,
y él se enseñoreará de las naciones.
29 Ciertamente ante él[e] se postrarán
todos los ricos de la tierra.
Se doblegarán ante él todos los que descienden al polvo,
los que no pueden conservar la vida a su propia alma.
30 La posteridad le servirá;
esto le será referido al SEÑOR por generaciones.
31 Vendrán y anunciarán su justicia
a un pueblo que ha de nacer: “¡Él hizo esto!”.

Hechos 21:1-17

Rumbo a Jerusalén

21 Habiéndonos despedido de ellos, zarpamos y navegamos con rumbo directo a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. Hallando un barco que hacía la travesía a Fenicia, nos embarcamos y zarpamos. Después de avistar Chipre y de dejarla a la izquierda, navegábamos a Siria y arribamos a Tiro, porque el barco debía descargar allí. Nos quedamos siete días allí, ya que hallamos a los discípulos. Mediante el Espíritu ellos decían a Pablo que no subiera a Jerusalén. Cuando se nos pasaron los días, salimos acompañados por todos con sus mujeres e hijos hasta fuera de la ciudad y, puestos de rodillas en la playa, oramos. Nos despedimos los unos de los otros y subimos al barco, y ellos volvieron a sus casas.

Habiendo completado la travesía marítima desde Tiro, arribamos a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un día. Al día siguiente, partimos[a] y llegamos a Cesarea. Entramos a la casa de Felipe el evangelista, quien era uno de los siete[b], y nos alojamos con él. Este tenía cuatro hijas solteras que profetizaban. 10 Y mientras permanecíamos allí por varios días, un profeta llamado Agabo descendió de Judea. 11 Al llegar a nosotros, tomó el cinto de Pablo, se ató los pies y las manos, y dijo:

—Esto dice el Espíritu Santo: “Al hombre a quien pertenece este cinto, lo atarán así los judíos en Jerusalén, y le entregarán en manos de los gentiles”.

12 Cuando oímos esto, nosotros y también los de aquel lugar le rogamos que no subiera a Jerusalén. 13 Entonces Pablo respondió:

—¿Qué hacen llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy listo no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.

14 Como él no se dejaba persuadir, desistimos diciendo:

—Que se haga la voluntad del Señor.

15 Después de estos días, habiendo hecho los preparativos, subimos a Jerusalén. 16 También vinieron con nosotros unos discípulos de Cesarea, trayendo consigo a un tal Mnasón de Chipre, discípulo antiguo, en cuya casa nos hospedaríamos.

17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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