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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Nehemías 12-13

Sacerdotes y levitas en días de Jesúa

12 Estos son los sacerdotes y los levitas que volvieron con Zorobabel hijo de Salatiel y con Jesúa: Seraías, Jeremías, Esdras, Amarías, Maluc, Hatús, Secanías, Rejumb, Meremot, Ido, Ginetónc, Abías, Mijamín, Maadías, Bilga, Semaías, Joyarib, Jedaías, Salú, Amoc, Hilquías y Jedaías. Estos eran los jefes de los sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa.

Los levitas: Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, quien juntamente con sus hermanos estaba a cargo de los salmos de acción de gracias. Bacbuquías y Uni, sus hermanos, estaban frente a ellos en sus ministerios.

Sacerdotes en días de Joyaquim

10 Jesúa engendró a Joyaquim; Joyaquim engendró a Eliasib; Eliasib engendró a Joyada; 11 Joyada engendró a Jonatán[a], y Jonatán[b] engendró a Jadúa.

12 En los días de Joyaquim, los sacerdotes jefes de casas paternas fueron: Meraías de la casa paterna de Seraías; Ananías de la de Jeremías; 13 Mesulam de la de Esdras; Johanán de la de Amarías; 14 Jonatán de la de Melicú; José de la de Sebanías; 15 Adna de la de Harim; Helcai de la de Merayot; 16 Zacarías de la de Ido; Mesulam de la de Ginetón; 17 Zicri de la de Abías; de la de Miniamín; Piltai de la de Moadías; 18 Samúa de la de Bilga; Jonatán de la de Semaías; 19 Matenai de la de Joyarib; Uzi de la de Jedaías; 20 Calai de la de Salai; Heber de la de Amoc, 21 Hasabías de la de Hilquías; y Natanael de la de Jedaías.

Jefes levitas hasta los días de Jadúa

22 Los jefes de las casas paternas de los levitas y de los sacerdotes, en los días de Eliasib, de Joyada, de Johanán y de Jadúa, fueron inscritos hasta el reinado de Darío el persa. 23 Los hijos de Leví, jefes de casas paternas, también fueron inscritos en el libro de las crónicas, hasta los días de Johanán hijo de Eliasib.

24 Los jefes de los levitas eran Hasabías, Serebías y Jesúa hijo de Cadmiel, y sus hermanos que se colocaban frente a ellos, un grupo frente a otro, para la alabanza y la acción de gracias, conforme al mandato de David, hombre de Dios.

25 Matanías, Bacbuquías, Obadías, Mesulam, Talmón y Acub eran los porteros que montaban guardia en los almacenes junto a las puertas. 26 Ellos sirvieron en los días de Joyaquim hijo de Jesúa, hijo de Josadac, y en los días del gobernador Nehemías y del sacerdote y escriba Esdras.

Dedicación de la muralla de Jerusalén

27 Para la dedicación de la muralla de Jerusalén buscaron a los levitas de todos sus lugares, a fin de traerlos a Jerusalén para celebrar la dedicación y la fiesta con alabanzas y cánticos, con címbalos, liras y arpas. 28 También fueron reunidos los hijos de los cantores de la región de alrededor de Jerusalén, de las aldeas de los de Netofa, 29 de Bet-gilgal y de los campos de Geba y de Azmávet; porque los cantores se habían edificado aldeas alrededor de Jerusalén.

30 Los sacerdotes y los levitas se purificaron y purificaron al pueblo, las puertas y la muralla. 31 Después hice subir a los principales de Judá sobre la muralla y puse dos grandes coros de acción de gracias. El primero iba sobre la muralla hacia el sur, hacia la puerta del Muladar. 32 Tras ellos iban Osaías y la mitad de los principales de Judá. 33 Y Azarías, Esdras, Mesulam, 34 Judá, Benjamín, Semaías y Jeremías, 35 de los hijos de los sacerdotes, llevaban las trompetas. Zacarías hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf 36 y sus hermanos Semaías, Azareel, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani iban con los instrumentos musicales de David, hombre de Dios. Y el escriba Esdras iba delante de ellos. 37 A la puerta de la Fuente subieron directamente por las escalinatas de la Ciudad de David, por la cuesta de la muralla, pasando la casa de David hasta la puerta de las Aguas, al oriente.

38 El segundo coro de acción de gracias iba hacia el norte. Tras él iba yo con la mitad del pueblo, sobre la muralla, pasando por la torre de los Hornos hasta el muro ancho, 39 y pasando por la puerta de Efraín hasta la puerta Antigua, la puerta del Pescado, la torre de Hananeel, la torre de Hamat y la puerta de las Ovejas, y se detuvieron en la puerta de la Guardia.

40 Después los dos coros se detuvieron en la casa de Dios; y yo, y la mitad de los dirigentes conmigo, 41 y los sacerdotes Eliaquim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Ananías, con trompetas. 42 Lo mismo Maaseías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. Los cantores entonaban su canto bajo la dirección de Izrajías.

43 Aquel día ofrecieron muchos sacrificios y se regocijaron, porque Dios les había dado gran alegría. También se regocijaron las mujeres y los niños, y el regocijo de Jerusalén se oía desde lejos.

44 Aquel día fueron puestos hombres a cargo de las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para juntar en ellas de los campos de las ciudades las porciones legales para los sacerdotes y los levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y a los levitas que realizaban el servicio.

45 Así cumplieron la ordenanza de su Dios y la ordenanza de la purificación. También los cantores y los porteros hicieron conforme al mandato de David y de su hijo Salomón. 46 Porque desde el tiempo de David y de Asaf, desde tiempos antiguos, había directores de los cantores para cantar alabanzas y salmos de acción de gracias a Dios. 47 En los días de Zorobabel y en los días de Nehemías, todo Israel daba a los cantores y a los porteros las porciones correspondientes, cada cosa en su día. Ellos consagraban sus porciones para los levitas, y los levitas consagraban la porción para los hijos de Aarón.

Exclusión de los extranjeros

13 Aquel día se leyó en el libro de Moisés a oídos del pueblo y se halló escrito en él: No entrará jamás el amonita ni el moabita en la congregación de Dios, porque no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, sino que él contrató contra ellos a Balaam, para que los maldijera. Pero nuestro Dios convirtió la maldición en bendicióna.

Y sucedió que cuando escucharon la Ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros.

Segunda fase de la reforma de Nehemías

Antes de esto, el sacerdote Eliasib, siendo encargado de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías y le había preparado una gran cámara en la que antes guardaban las ofrendas vegetales, el incienso, los utensilios, el diezmo del grano, del vino nuevo y del aceite —que estaban asignados a los levitas, a los cantores y a los porteros— y la ofrenda para los sacerdotes.

Pero cuando sucedió todo esto, yo no estaba en Jerusalén, pues en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, volvía donde estaba el rey. Pero después de un tiempo pedí su permiso, y cuando llegué a Jerusalén comprendí el mal que había hecho Eliasib en atención a Tobías, preparándole una cámara en los atrios de la casa de Dios. Esto me desagradó muchísimo y arrojé fuera de la cámara todos los enseres de la casa de Tobías. Luego ordené que limpiaran las cámaras e hice volver allí los enseres de la casa de Dios con las ofrendas vegetales y el incienso.

10 Asimismo, me informé de que no habían sido dadas sus porciones a los levitas, por lo que los levitas y los cantores que hacían el servicio habían huido, cada uno a su campo. 11 Reprendí a los nobles diciendo: “¿Por qué está abandonada la casa de Dios?”. Entonces los reuní y los puse en sus puestos; 12 y todo Judá trajo a los almacenes el diezmo del grano, del vino y del aceite. 13 Puse a cargo de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y a Pedaías, uno de los levitas. Al servicio de ellos estaba Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; pues ellos eran tenidos por fieles. Ellos estaban a cargo del reparto a sus hermanos. 14 ¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, con respecto a esto, y no borres las bondades que hice por la casa de mi Dios y por sus servicios!

15 En aquellos días vi en Judá a algunos que en sábado pisaban los lagares, acarreaban gavillas, las cargaban sobre asnos, y también vino, uvas, higos y toda clase de cargas y los llevaban a Jerusalén en día de sábado. Los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. 16 Y la gente de Tiro que habitaba allí traía pescado y toda mercancía, y vendía en sábado a los habitantes de Judá en Jerusalén. 17 También reprendí a los nobles de Judá diciéndoles: “¿Por qué hacen ustedes esta cosa mala, profanando así el sábado? 18 ¿No hicieron esto sus padres, y nuestro Dios trajo sobre nosotros y sobre esta ciudad toda esta desgracia? ¡Ustedes están añadiendo ira sobre Israel, al profanar el sábado!”.

19 Sucedió, pues, que cuando oscurecía a las puertas de Jerusalén antes del sábado, ordené que fueran cerradas las puertas y que no las abrieran hasta después del sábado. Puse en las puertas a algunos de mis criados, para que no dejaran meter cargas el día de sábado. 20 Los comerciantes y los vendedores de toda clase de mercancía permanecieron durante la noche fuera de Jerusalén una o dos veces, 21 por lo que los amonesté diciendo: “¿Por qué permanecen durante la noche frente al muro? ¡Si lo hacen otra vez les echaré mano!”. Desde entonces no vinieron en el sábado.

22 Luego mandé a los levitas que se purificaran y fueran a guardar las puertas para santificar el día de sábado. También por esto acuérdate de mí, oh Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.

23 Asimismo, en aquellos días vi a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, de Amón y de Moab. 24 La mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod; no sabían hablar la lengua judía, sino el idioma de uno o de otro pueblo. 25 Reñí con ellos, los maldije, golpeé a algunos de ellos, les arranqué los pelos y los hice jurar por Dios, diciendo: “¡No darán sus hijas a sus hijos ni desposarán sus hijas con sus hijos ni con ustedes! 26 ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Entre las muchas naciones no hubo rey como él, amado por su Dios y a quien Dios lo había constituido rey de todo Israel. Con todo, incluso a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras. 27 ¿Habremos, pues, de escucharlos y cometer toda esta gran maldad de actuar con infidelidad contra nuestro Dios tomando mujeres extranjeras?”.

28 Uno de los hijos de Joyada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat el horonita; por lo que lo ahuyenté de mi lado. 29 ¡Acuérdate de ellos, oh Dios mío, porque han contaminado el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!

30 Los purifiqué, pues, de todo lo extranjero y asigné deberes a los sacerdotes y a los levitas, cada uno en su tarea. 31 Dispuse lo necesario para la ofrenda de leña en los tiempos señalados y para las primicias.

¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para bien!

Hechos 4:23-37

Oración de los discípulos amenazados

23 Una vez sueltos, fueron a los suyos y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Cuando ellos lo oyeron, de un solo ánimo alzaron sus voces a Dios y dijeron: “Soberano[a], tú eres el que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, 25 y que mediante el Espíritu Santo[b] por boca de nuestro padre David, tu siervo, dijiste:

¿Por qué se amotinaron las naciones

y los pueblos tramaron cosas vanas?

26 Se levantaron los reyes de la tierra

y sus gobernantes consultaron unidos contra el Señor y contra su Ungido[c].

27 Porque verdaderamente, tanto Herodes como Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel se reunieron en esta ciudad contra tu santo Siervo Jesús, al cual ungiste, 28 para llevar a cabo lo que tu mano y tu consejo habían determinado de antemano que había de ser hecho. 29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que hablen tu palabra con toda valentía. 30 Extiende tu mano para que sean hechas sanidades, señales y prodigios en el nombre de tu santo Siervo Jesús”.

31 Cuando acabaron de orar, el lugar en donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valentía.

La vida en común entre los fieles

32 La multitud de los que habían creído era de un solo corazón y una sola alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que todas las cosas les eran comunes. 33 Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia había sobre todos ellos. 34 No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que eran propietarios de terrenos o casas los vendían, traían el precio de lo vendido 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles. Y era repartido a cada uno según tenía necesidad.

36 Entonces José, quien por los apóstoles era llamado Bernabé (que significa hijo de consolación) y quien era levita, natural de Chipre, 37 como tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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