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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Números 20-22

María muere en Cades

20 Toda la congregación de los hijos de Israel llegó al desierto de Zin, en el mes primerob, y el pueblo acampó en Cades. Allí murió María, y allí fue sepultada.

Brota agua de la roca en Meriba

Como no había agua para la congregación, se reunieron contra Moisés y Aarón. El pueblo contendía contra Moisés diciendo:

—¡Ojalá nos hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante del SEÑOR! ¿Por qué has traído la congregación del SEÑOR a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestro ganado? ¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para traernos a este lugar tan malo? Este no es un lugar de sembrados ni de higueras ni de viñas ni de granados. ¡Ni siquiera hay agua para beber!

Moisés y Aarón se fueron de delante de la congregación hasta la entrada del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros. Entonces se les apareció la gloria del SEÑOR. Y habló el SEÑOR a Moisés diciendo:

—Toma la vara, y tú y Aarón tu hermano reúnan a la congregación y hablen a la roca ante los ojos de ellos. Ella dará agua. Sacarás agua de la roca para ellos, y darás de beber a la congregación y a su ganado.

Moisés tomó la vara de delante del SEÑOR, como él le había mandado. 10 Luego Moisés y Aarón reunieron a la congregación delante de la roca, y él les dijo:

—¡Escuchen, rebeldes! ¿Sacaremos para ustedes agua de esta roca?

11 Entonces Moisés levantó su mano y golpeó la roca con su vara dos veces. Y salió agua abundante, de modo que bebieron la congregación y su ganado. 12 Luego el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón:

—Por cuanto no creyeron en mí, para tratarme como santo ante los ojos de los hijos de Israel, por eso ustedes no introducirán esta congregación en la tierra que les he dado.

13 Estas son las aguas de Meriba[a], porque allí contendieron los hijos de Israel contra el SEÑOR, y él manifestó su santidad entre ellos.

Edom niega el paso a Israel

14 Moisés envió mensajeros desde Cades al rey de Edom[b]. Y dijeron:

—Así dice tu hermano Israel: “Tú conoces todas las dificultades que nos han sobrevenido; 15 cómo nuestros padres fueron a Egipto, y habitamos allí mucho tiempo. Los egipcios nos maltrataron tanto a nosotros como a nuestros padres. 16 Pero cuando clamamos al SEÑOR, él escuchó nuestra voz, envió un ángel y nos sacó de Egipto. Y he aquí nosotros estamos en Cades, ciudad que se encuentra en el extremo de tu territorio. 17 Permite que pasemos por tu tierra. No pasaremos por los campos ni por las viñas; tampoco beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey, sin apartarnos ni a la derecha ni a la izquierda, hasta que hayamos pasado por tu territorio”.

18 Edom le respondió:

—No pasarás por mi tierra; de otra manera saldré contra ti con la espada.

19 Los hijos de Israel le dijeron:

—Iremos por el camino principal. Si bebemos de tus aguas nosotros y nuestro ganado, pagaremos su precio. Solamente déjanos pasar a pie, nada más.

20 Pero él respondió:

—No pasarás.

Y Edom salió contra Israel con mucha gente y con mano poderosa. 21 Como Edom rehusó dejar pasar a Israel por su territorio, Israel se alejó de ellos. 22 Los hijos de Israel, toda aquella congregación, partieron desde Cades y llegaron al monte Hor.

Eleazar sucede a Aarón

23 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en el monte Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo: 24 “Aarón será reunido con su pueblo, pues no entrará en la tierra que he dado a los hijos de Israel, porque ustedes fueron rebeldes a mi mandato en las aguas de Meriba. 25 Toma a Aarón y a su hijo Eleazar, y haz que suban al monte Hor. 26 Quita a Aarón sus vestiduras, y viste con ellas a su hijo Eleazar. Porque Aarón será reunido con su pueblo, y allí morirá”.

27 Moisés hizo como le había mandado el SEÑOR, y subieron al monte Hor ante la vista de toda la congregación. 28 Entonces Moisés quitó a Aarón sus vestiduras, y vistió con ellas a su hijo Eleazar. Y Aarón murió allí, en la cumbre del monte.

Luego Moisés y Eleazar descendieron del monte. 29 Y al ver toda la congregación que Aarón había muerto, toda la casa de Israel hizo duelo por él durante treinta días.

Israel destruye Arad

21 Cuando el rey cananeo de Arad, que habitaba en el Néguev, oyó que Israel iba por el camino de Atarim, combatió contra Israel y tomó cautivos a algunos de ellos. Entonces Israel hizo un voto al SEÑOR diciendo: “Si de veras entregas a este pueblo en mi mano, yo destruiré por completo sus ciudades”.

El SEÑOR escuchó la voz de Israel y entregó a los cananeos en su mano[c]. Luego Israel los destruyó por completo juntamente con sus ciudades. Por eso fue llamado el nombre de aquel lugar Horma[d].

La serpiente de bronce

Partieron del monte Hor con dirección al mar Rojo, para rodear la tierra de Edom. Pero el pueblo se impacientó por causa del camino, y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés, diciendo:

—¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para morir en el desierto? Porque no hay pan ni hay agua, y nuestra alma está hastiada de esta comida miserable.

Entonces el SEÑOR envió entre el pueblo serpientes ardientes, las cuales mordían al pueblo, y murió mucha gente de Israel. Y el pueblo fue a Moisés diciendo:

—Hemos pecado al haber hablado contra el SEÑOR y contra ti. Ruega al SEÑOR que quite de nosotros las serpientes.

Y Moisés oró por el pueblo. Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Hazte una serpiente ardiente y ponla sobre un asta. Y sucederá que cualquiera que sea mordido y la mire, vivirá.

Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y sucedía que cuando alguna serpiente mordía a alguno, si este miraba a la serpiente de bronce, vivía.

Israel rodea la tierra de Moab

10 Los hijos de Israel partieron y acamparon en Obot. 11 Partieron de Obot y acamparon en Iye-abarim, en el desierto que está frente a Moab, al oriente. 12 Partieron de allí y acamparon en el valle del Zered. 13 Partieron de allí y acamparon al otro lado del Arnón, en el desierto. El Arnón nace en el territorio de los amorreos, pues marca la frontera de Moab, entre los moabitas y los amorreos. 14 Por eso se dice en el libro de las batallas del SEÑOR:

“A Zahab[e] junto a Sufá,

a los arroyos del Arnón,

15 y a la vertiente de los arroyos que se desvía al sitio de Ar

y se apoya en la frontera de Moab”.

16 De allí fueron a Beer[f]. Este es el pozo del cual el SEÑOR dijo a Moisés: “Reúne al pueblo, y yo les daré agua”. 17 Entonces Israel cantó este cántico:

“¡Brota, oh pozo! ¡Cántenle!

18 Pozo que cavaron los jefes

y excavaron los nobles del pueblo

con el cetro y con sus báculos”.

Del desierto fueron a Mataná, 19 de Mataná a Najaliel y de Najaliel a Bamot. 20 Y de Bamot, en el valle que está en los campos de Moab, fueron a la cumbre del Pisga, que mira hacia Jesimón.

Israel derrota a los amorreos

21 Israel envió mensajeros a Sejón, rey de los amorreos, diciendo: 22 “Déjame pasar por tu tierra. No nos desviaremos por los campos ni por las viñas. Tampoco beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey hasta que hayamos pasado por tu territorio”.

23 Pero Sejón no dejó pasar a Israel por su territorio. Más bien, reunió a todo su pueblo, salió al desierto contra Israel, fue a Jahaz y combatió contra Israel. 24 Pero Israel los hirió a filo de espada y tomó posesión de su tierra desde el Arnón hasta el Jaboc, hasta la frontera de los hijos de Amón, porque Jazer[g] era la frontera de los hijos de Amón. 25 Israel tomó todas estas ciudades, y habitó en todas las ciudades de los amorreos, en Hesbón y en todas sus aldeas. 26 Porque Hesbón era la sede de Sejón, rey de los amorreos, quien había estado en guerra con el anterior rey de Moab y había tomado de su poder toda su tierra hasta el Arnón. 27 Por eso dicen los poetas:

Vengan a Hesbón, y sea reedificada. Sea reafirmada la ciudad de Sejón.

28 Porque fuego salió de Hesbón,

y llama de la ciudad de Sejón; consumió a Ar-moab

y las alturas más prominentes[h] del Arnón.

29 ¡Ay de ti, oh Moab!

Has perecido, pueblo de Quemós.

A sus hijos dejó ir fugitivos

y a sus hijas cautivas

de Sejón, rey de los amorreos.

30 Su descendencia ha perecido[i] desde Hesbón hasta Dibón.

Los asolamos hasta Nófaj,

que se extiende hasta Medeba.

31 Así Israel habitó en la tierra de los amorreos. 32 Moisés envió gente para espiar a Jazer, y tomaron sus aldeas echando a los amorreos que estaban allí.

Israel derrota al rey de Basán

33 Después se volvieron y subieron rumbo a Basán. Entonces Og, rey de Basán, salió al encuentro de ellos con todo su pueblo, para combatir en Edrei. 34 Y el SEÑOR dijo a Moisés: “No le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a él, a todo su pueblo y su tierra. Tú harás con él como hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón”.

35 Así los mataron a él, a sus hijos y a toda su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente. Y tomaron posesión de su tierra.

Balac contrata a Balaam contra Israel

22 Partieron los hijos de Israel y acamparon en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán, frente a Jericó. Balac hijo de Zipor había visto todo lo que Israel había hecho a los amorreos. Moab tuvo mucho temor del pueblo, porque era numeroso, y se aterrorizó Moab ante los hijos de Israel. Y dijo Moab a los ancianos de Madián:

—¡Ahora esta multitud lamerá todos nuestros contornos, como el buey lame la hierba del campo!

Balac hijo de Zipor era en aquel tiempo rey de Moab. Y envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, junto al Río, en la tierra de los hijos de su pueblo[j] para llamarlo diciendo: “He aquí un pueblo ha salido de Egipto y cubre la faz de la tierra, y ya está frente a mí. Ahora, por favor, ven y maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo. Quizás yo pueda derrotarlo y echarlo de la tierra. Porque yo sé que aquel a quien tú bendices es bendito, y aquel a quien maldices es maldito”.

Los ancianos de Moab y los ancianos de Madián fueron llevando con ellos los honorarios del adivino. Llegaron a donde estaba Balaam y le comunicaron las palabras de Balac. Y él les dijo:

—Pasen aquí la noche, y yo les daré respuesta según lo que me hable el SEÑOR.

Así que los principales de Moab se quedaron con Balaam. Entonces Dios vino a Balaam y le preguntó:

—¿Quiénes son estos hombres que están contigo?

10 Balaam respondió a Dios:

—Balac hijo de Zipor, rey de Moab, me ha mandado a decir: 11 “He aquí que un pueblo ha salido de Egipto y cubre la faz de la tierra. Ahora, ven y maldícemelo; quizás así pueda yo combatir contra él y echarlo”.

12 Entonces Dios dijo a Balaam:

—No vayas con ellos ni maldigas al pueblo, porque es bendito.

13 Balaam se levantó de mañana y dijo a los principales de Balac:

—Regresen a su tierra, porque el SEÑOR ha rehusado dejar que yo vaya con ustedes.

14 Los principales de Moab partieron, y cuando llegaron a donde estaba Balac, le dijeron:

—Balaam rehusó venir con nosotros.

15 Balac volvió a enviar otros principales, más numerosos y más distinguidos que los anteriores. 16 Llegaron a Balaam y le dijeron:

—Así ha dicho Balac hijo de Zipor: “Por favor, no dejes de venir a mí, 17 porque ciertamente te honraré mucho y haré todo lo que tú me digas. Por favor, ven y maldíceme a este pueblo”.

18 Pero Balaam respondió y dijo a los servidores de Balac:

—Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, yo no podría transgredir el mandato del SEÑOR mi Dios para hacer cosa alguna, pequeña ni grande. 19 Ahora, por favor, permanezcan también ustedes aquí esta noche, y sabré qué más me dice el SEÑOR.

20 Entonces Dios vino a Balaam de noche y le dijo:

—Si los hombres han venido a llamarte, levántate y ve con ellos. Pero solo harás lo que yo te diga.

El ángel del SEÑOR resiste a Balaam

21 Entonces Balaam se levantó muy de mañana, aparejó su asna y se fue con los principales de Moab. 22 Pero el furor de Dios se encendió cuando él iba, y el ángel del SEÑOR se presentó en el camino como un adversario suyo.

Balaam iba montado sobre su asna, acompañado de dos de sus criados. 23 Y el asna vio al ángel del SEÑOR, quien estaba de pie en el camino con su espada desenvainada en la mano. El asna se apartó del camino y se fue por un campo. Y Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.

24 Entonces el ángel del SEÑOR se puso de pie en un sendero entre las viñas, el cual tenía una cerca a un lado y otra cerca al otro lado. 25 El asna vio al ángel del SEÑOR y se pegó contra la cerca, presionando la pierna de Balaam contra la cerca. Y este volvió a azotarla.

26 El ángel del SEÑOR pasó más adelante, y se puso de pie en un lugar angosto, donde no había espacio para apartarse a la derecha ni a la izquierda. 27 El asna, al ver al ángel del SEÑOR, se recostó debajo de Balaam. Y este se enojó y azotó al asna con un palo. 28 Entonces el SEÑOR abrió la boca del asna, y esta dijo a Balaam:

—¿Qué te he hecho para que me hayas azotado estas tres veces?

29 Balaam respondió al asna:

—¡Porque te burlas de mí! ¡Ojalá tuviera una espada en mi mano! ¡Ahora mismo te mataría!

30 El asna dijo a Balaam:

—¿Acaso no soy yo tu asna? Sobre mí has montado desde que me tienes hasta el día de hoy. ¿Acaso acostumbro hacer esto contigo?

Y él respondió:

—No.

31 Entonces el SEÑOR abrió los ojos a Balaam, y él vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano. Balaam se inclinó y se postró sobre su rostro, 32 y el ángel del SEÑOR le dijo:

—¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? He aquí, yo he salido como adversario, porque tu camino es perverso delante de mí. 33 El asna me ha visto y se ha apartado de mi presencia estas tres veces. Si no se hubiera apartado de mí, yo te habría matado a ti, y a ella habría dejado viva.

34 Entonces Balaam dijo al ángel del SEÑOR:

—He pecado. Es que yo no sabía que te habías puesto en el camino, contra mí. Pero ahora, si esto te parece mal, yo me volveré.

35 Y el ángel del SEÑOR dijo a Balaam:

—Ve con esos hombres, pero hablarás solo la palabra que yo te diga.

Balaam bendice a Israel

Así Balaam fue con los principales de Balac. 36 Y al oír Balac que venía Balaam, salió a su encuentro en una ciudad de Moab que está junto a la frontera del Arnón, en el extremo del territorio. 37 Entonces Balac dijo a Balaam:

—¿Acaso no envié yo a llamarte con urgencia? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Acaso no puedo yo honrarte?

38 Balaam respondió a Balac:

—He aquí yo he venido a ti; pero ahora, ¿podré hablar cosa alguna? ¡La palabra que Dios ponga en mi boca, esa hablaré!

39 Entonces Balaam fue con Balac, y llegaron a Quiriat-juzot. 40 Luego Balac hizo matar toros y ovejas, y envió porciones a Balaam y a los principales que estaban con él.

41 Sucedió a la mañana siguiente que Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal. Desde allí Balaam vio un extremo del campamento.

Marcos 7:1-13

Lo que contamina al hombre

Se juntaron a Jesús los fariseos y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén. Ellos vieron que algunos discípulos de él estaban comiendo pan con las manos impuras; es decir, sin lavar[a]. Pues los fariseos y todos los judíos, si no se lavan las manos hasta la muñeca, no comen porque se aferran a la tradición de los ancianos. Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y de los utensilios de bronce y de los divanes[b].

Le preguntaron los fariseos y los escribas:

—¿Por qué no andan tus discípulos de acuerdo con la tradición de los ancianos sino que comen pan con las manos impuras?

Y les respondió diciendo:

—Bien profetizó Isaías acerca de ustedes, hipócritas, como está escrito:

Este pueblo me honra de labios,

pero su corazón está lejos de mí.

Y en vano me rinden culto,

enseñando como doctrina

los mandamientos de hombres[c].

Porque dejando los mandamientos de Dios, se aferran a la tradición de los hombres[d].

Les decía también:

—¡Bien desechan el mandamiento de Dios para establecer su tradición! 10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre[e], y: El que maldiga a su padre o a su madre muera irremisiblemente[f]. 11 Pero ustedes dicen que si alguien le dice a su padre o madre: “Aquello con que hubieras sido beneficiado de parte mía es Corbán” —es decir, una ofrenda a Dios—, 12 ya no le permiten hacer nada por su padre o su madre. 13 Así invalidan la palabra de Dios mediante su tradición que han transmitido, y hacen muchas cosas semejantes a estas.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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