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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Oseas 1-4

La tragedia de la infidelidad

La palabra del SEÑOR que vino a Oseas hijo de Beeri en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en los días de Jeroboam hijo de Joás rey de Israel[a].

El principio de la palabra del SEÑOR por medio de Oseas. El SEÑOR dijo a Oseas: “Ve, toma para ti una mujer dada a la prostitución e hijos de prostitución; porque la tierra se ha dado enteramente a la prostitución[b] apartándose del SEÑOR”.

Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. Entonces el SEÑOR le dijo: “Ponle por nombre Jezreel[c], porque dentro de poco yo castigaré a la casa de Jehú por los hechos de sangre de Jezreel y haré cesar el reino de la casa de Israel. Sucederá en aquel día que yo quebraré el arco de Israel en el valle de Jezreel”.

Ella concibió de nuevo y dio a luz una hija. Y Dios le dijo: “Ponle por nombre Lo-rujama[d], porque no me compadeceré más de la casa de Israel y no la soportaré más. Pero de la casa de Judá tendré misericordia y los salvaré por el SEÑOR su Dios. No los libraré con arco ni con espada ni con guerra ni con caballos y jinetes”.

Después de destetar a Lo-rujama concibió y dio a luz un hijo. Y Dios le dijo: “Ponle por nombre Lo-ammí[e], porque ustedes no son mi pueblo ni yo soy su Dios[f].

10 “No obstante, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar que no se puede medir ni contar. Y sucederá que en lugar de lo que se les dijo: ‘Ustedes no son mi pueblo’, se les dirá: ‘Hijos del Dios viviente’. 11 Los hijos de Judá y de Israel serán congregados en uno y nombrarán para sí un solo jefe. Y subirán de la tierra porque grande será el día de Jezreel.

“Digan a sus hermanos: Ammí[g] y a sus hermanas: Rujama[h].

El SEÑOR castiga a su pueblo infiel

“¡Acusen a su madre, acúsenla! Porque ella ya no es mi mujer ni yo soy su marido. Que quite sus fornicaciones de delante de su cara y sus adulterios de entre sus pechos. No sea que yo la desnude por completo y la ponga como en el día en que nació. No sea que la vuelva como un desierto, que la deje como una tierra reseca y la mate de sed. Tampoco me compadeceré de sus hijos porque son hijos de prostitución. Porque su madre se prostituyó; la que los concibió actuó desvergonzadamente porque dijo: ‘Iré tras mis amantes que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida’. Por tanto he aquí que yo obstruyo su camino con espinos y reforzaré su vallado, de manera que ella no encuentre sus senderos. Ella irá tras sus amantes pero no los alcanzará; los buscará pero no los hallará. Entonces dirá: ‘Iré y me volveré a mi primer marido porque mejor me iba antes que ahora’.

“Pero ella no reconoció que era yo[i] el que le daba el trigo, el vino nuevo y el aceite. Yo le di abundancia de plata y de oro que ellos usaron para Baal. Por tanto, volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi vino en su época, y quitaré mi lana y mi lino que cubren su desnudez. 10 Ahora pondré al descubierto su locura ante los ojos de sus amantes y nadie la librará de mi mano. 11 Haré cesar todo su regocijo: sus fiestas, sus lunas nuevas, sus sábados y todas sus festividades. 12 Arrasaré sus viñas y sus higueras de las cuales ha dicho: ‘Son la paga que me han dado mis amantes’. Yo las reduciré a matorral y se las comerán los animales del campo. 13 La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de mí”, dice el SEÑOR.

El SEÑOR restaurará a su pueblo

14 “Sin embargo, he aquí que yo la persuadiré, la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. 15 Y desde allí le daré sus viñas y el valle de Acor[j] será como puerta de esperanza. Allí me responderá como en los días de su juventud y como en el día en que subió de la tierra de Egipto. 16 Sucederá en aquel día, dice el SEÑOR, que me llamarás: ‘Marido mío’ y nunca más me llamarás: ‘Señor mío’. 17 Porque yo quitaré de su boca los nombres de los Baales y nunca más serán mencionados sus nombres.

18 “En aquel día haré por ellos un pacto con los animales del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra. Quebraré el arco y la espada, y anularé la guerra en la tierra. Y los haré dormir seguros.

19 “Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y derecho, en lealtad y compasión. 20 Yo te desposaré conmigo en fidelidad y conocerás al SEÑOR. 21 Y sucederá en aquel día, dice el SEÑOR, que responderé a los cielos y ellos responderán a la tierra. 22 La tierra responderá al trigo, al vino y al aceite; y estos responderán a Jezreel[k]. 23 Yo la sembraré para mí en esta tierra y tendré compasión de Lo-rujama[l]. Diré a Lo-ammí[m]: ‘¡Pueblo mío eres tú!’, y él dirá: ‘¡Dios mío!’ ”.

Amor de Oseas por su mujer infiel

El SEÑOR me dijo de nuevo: “Ve, ama a una mujer que ama a un amante y comete adulterio. Ámala con un amor como el del SEÑOR por los hijos de Israel, a pesar de que ellos miran a otros dioses y aman las tortas de pasas”.

Entonces la compré por doscientos gramos de plata y tres kilos de cebada. Y le dije: “Te quedarás conmigo muchos años. No te prostituirás ni serás de otro hombre; lo mismo haré yo contigo”.

Porque muchos años estarán los hijos de Israel sin rey ni gobernante ni sacrificio ni piedras rituales ni efod ni ídolos domésticos. Después volverán los hijos de Israel y buscarán al SEÑOR su Dios y a David su rey. Temblando acudirán al SEÑOR y a su bondad en los días postreros.

Corrupción del pueblo y del sacerdote

Oigan la palabra del SEÑOR, oh hijos de Israel: “El SEÑOR tiene pleito con los habitantes de la tierra[n], porque no hay en la tierra verdad ni lealtad ni conocimiento de Dios. El perjurar, el engañar, el asesinar, el robar y el adulterar han irrumpido. Uno a otro se suceden los hechos de sangre. Por eso la tierra está de duelo, y todo habitante de ella desfallece junto con los animales del campo y las aves del cielo. Aun los peces del mar perecen.

“Nadie contienda ni amoneste a ninguno, porque es contigo con quien tengo pleito, oh sacerdote. Tropezarás, por tanto, en pleno día; también el profeta tropezará contigo en la noche. Y haré perecer a tu madre.

“Mi pueblo es destruido porque carece de conocimiento. Porque tú has rechazado el conocimiento yo te echaré del sacerdocio; y porque te has olvidado de la ley de tu Dios yo también me olvidaré de tus hijos.

“Cuanto más se acrecentaron más pecaron contra mí; por tanto, yo cambiaré su gloria en afrenta. Comen las ofrendas por el pecado de mi pueblo y apetecen su iniquidad. Como es el pueblo así es el sacerdote. Lo castigaré por sus caminos y le pagaré conforme a sus obras. 10 Ellos comerán pero no se saciarán; fornicarán pero no se multiplicarán porque dejaron de escuchar al SEÑOR.

11 “La fornicación, el vino y el mosto arrebatan el entendimiento. 12 Mi pueblo consulta a su ídolo de madera y su palo le declara; porque el espíritu de prostitución lo ha engañado y se prostituyen debajo de su dios. 13 Sobre las cumbres de los montes ofrecen sacrificios y queman incienso sobre las colinas, debajo de las encinas, de los álamos y de los olmos que tienen buena sombra. Por tanto, sus hijas se prostituirán y sus nueras cometerán adulterio. 14 No castigaré a sus hijas cuando se prostituyan ni a sus nueras cuando cometan adulterio. Porque los hombres se apartan con las prostitutas y ofrecen sacrificios con las prostitutas sagradas. Por tanto, el pueblo sin entendimiento se arruina.

15 “Si tú te prostituyes, oh Israel, ¡que Judá no sea culpable! No entren a Gilgal ni suban a Bet-avén ni juren: ‘¡Vive el SEÑOR!’. 16 Porque Israel es obstinado como una vaca obstinada: ¿Los apacentará el SEÑOR ahora como a un cordero en un lugar espacioso?

17 “Efraín se ha apegado a los ídolos. ¡Déjalo! 18 Aunque se haya terminado su orgía se siguen prostituyendo. Sus gobernantes aman mucho lo que avergüenza. 19 El viento los arrollará en sus alas y se avergonzarán de sus altares.

Apocalipsis 1

La revelación de Jesucristo

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y que dio a conocer enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, quien ha dado testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, de todo lo que ha visto. Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca.

Saludo a las siete iglesias de Asia

Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a ustedes y paz de parte del que es y que era y que ha de venir, y de parte de los siete Espíritus que están delante de su trono, y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el soberano de los reyes de la tierra.

Al que nos ama y nos libró[a] de nuestros pecados con su sangre, y nos constituyó en un reino, sacerdotes para Dios su Padre; a él sea la gloria y el dominio para siempre jamás. Amén.

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá: aun los que le traspasaron. Todas las tribus de la tierra harán lamentación por él. ¡Sí, amén!

“Yo soy el Alfa y la Omega”[b], dice el Señor Dios, “el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”.

Juan ve al Hijo del Hombre en visión

Yo Juan, su hermano y copartícipe en la tribulación y en el reino y en la perseverancia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. 10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11 que decía[c]: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea”.

12 Di vuelta para ver la voz que hablaba conmigo. Y habiéndome vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los candeleros vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una vestidura que le llegaba hasta los pies y tenía el pecho ceñido con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve, y sus ojos eran como llama de fuego. 15 Sus pies eran semejantes al bronce bruñido, ardiente como en un horno[d]. Su voz era como el estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y puso sobre mí su mano derecha y me dijo: “No temas. Yo soy el primero y el último, 18 el que vive. Estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. 19 Así que, escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. 20 En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha, y de los siete candeleros de oro: Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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